La juventud que engrandece a Cuba

Desde que el intrépido brazo veintiañero de Ignacio Agramonte y Loynaz (El Mayor) entró en las páginas de la lucha por la Independencia en la década de 1860, han sido muchos los jóvenes que se han dedicado a conquistar la libertad de su Patria.

Antonio Maceo se incorporó a la Guerra del 68 cuando recién cumplía los 23 abriles y justamente dos días después de iniciada la contienda. Su valor fue tal que el ascenso llegó, uno tras otro, hasta llegar a Mayor General en 1877, con solo 32 años.

En la misma coyuntura política por la que pasaba el país, el casi niño José Martí Pérez, de 13 años, publicó junto a su amigo Fermín Valdés Domínguez, en eneroJosé Martí Pérez de 1869, «El Diablo Cojuelo», aprovechando la «Libertad de Imprenta» decretada por el Capitán General de la Isla, Domingo Dulce Garay.

Tal publicación tenía un marcado corte patriótico y anticolonial, al igual que el periódico «La Patria Libre», que saldría cuatro días más tarde.

La labor de Martí en los años sucesivos tendría una intensidad asombrosa. Hasta 1895, fecha en que cae en combate, El Apóstol logró, desde su juventud, unir generaciones de combatientes, organizar a la emigración, plasmar su pensamiento en maravillosos escritos que hoy conforman sus Obras Completas, y sobre todo preparar la Guerra Necesaria.

En 1898 Cuba logró ganar la confrontación con España. Pero no obtendría la real Independencia, pues la intervención de los Estados Unidos consiguió que la mayor de las Antillas pasara a ser, de posesión española, a un nuevo tipo de colonialismo ejercido por el país del norte.

Durante dos décadas la colonia americana del Caribe sufriría el shock de perder su libertad por la que había luchado por más de 30 años. Sin embargo, en 1920 entraría en juego la figura de un joven que iniciaría un período de convulsiones políticas: Julio Antonio Mella.

Julio Antonio MellaEn la Universidad de La Habana, Mella creó un bastión de lucha contra la injerencia extranjera y los desmanes de la sociedad cubana. En ese lugar fundaría, el 20 de diciembre de 1922, la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), la cual defendió los intereses del movimiento juvenil universitario y los de la sociedad en general.

Tomando como paradigma el poderoso caudal del pensamiento del Maestro como forma de iluminar el camino a las nuevas generaciones, surge la Universidad Popular José Martí, dirigida a la educación de los sectores más atrasados.

Al respecto, Mella destacó: «La Universidad Popular es una institución para todos y un camino abierto para tener un futuro mejor». Tal iniciativa fue cerrada por el gobierno de Gerardo Machado en 1927.

Reconocido como el más auténtico líder estudiantil cubano, Mella murió asesinado por encargo del tirano Machado el 10 de enero de 1929, cuando contaba con 27 años de edad.

Ante los esfuerzos desesperados por decapitar el movimiento juvenil cubano, aparece en la palestra política cubana Rubén Martínez Villena, quien a cambio de su vida hizo una Revolución en los años 30. Ese acontecimiento logró expulsar de la presidencia al dictador Gerardo Machado, y aunque fue un fracaso, creó una situación convulsiva heredada por las décadas posteriores.

Fue la muerte prematura de Villena uno de las causas de que la Revolución del 30 se fuera a bolina. Pero el status quo reinante era propicio para la continuación de la lucha social y política contra los gobiernos de turno y la injerencia de las administraciones norteamericanas. Ante tal circunstancia, le tocó llevar la bandera de las ideas progresistas a Antonio «Tony» Guiteras.

Antonio Guiteras HolmesFue Guiteras un hombre que defendió la soberanía y se opuso a la mediación de Benjamín Summer Welles por parte del gobierno de los Estados Unidos. Durante el «Gobierno de los Cien Días» impulsó medidas progresistas a favor del pueblo. Tony Guiteras fue el primero en darse cuenta de que la lucha armada era el único camino para enfrentar al dictador Fulgencio Batista.

Ambos habían compartido responsabilidades en el gobierno de los Cien Días y el talento de Antonio, según Batista, representaba un peligro para él.

Enfrascado en tales planes revolucionarios, cayó en combate en la zona de Matanzas conocida como «El Morrillo», cuando intentaba salir de la isla para organizar una expedición armada.

Más adelante, en la década del cincuenta, llegaría el turno de dirigir las acciones contra la dictadura de Batista a la Generación del Centenario, liderada por los jóvenes Fidel Castro y Abel Santamaría, y cuyo propósito era devolver a la nación antillana su dignidad basándose en su independencia y en la obra de José Martí.

Fue este grupo, encabezado de forma genial por Fidel, el núcleo principal de una etapa de lucha que derivó en el triunfo victorioso del Primero de Enero de 1958.

Ya en el nuevo cotexto, los pinos nuevos dieron vida a una organización encargada de dirigir y coordinar sus acciones y ser cantera de reserva: la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).

En su fundación en abril de 1962, Fidel expresó: «La Revolución que estamos haciendo nosotros no es la Revolución que nosotros queremos; la Revolución que nosotros queremos es la Revolución que van a hacer ustedes.  La sociedad que nosotros vivimos no es la sociedad que nosotros queremos.  La sociedad que nosotros queremos es la sociedad en que van a vivir ustedes».

Fidel Castro RuzLa juventud cubana siempre desempeñó un rol importante en todas esferas de la vida económica, social y política. No en balde, el Comandante en Jefe afirmó en una ocasión que «si los jóvenes fallan, todo fallará. Es mi más profunda convicción que la juventud cubana luchará por impedirlo. Creo en ustedes».

En estos momentos, los jóvenes asumen un liderazgo decisivo y renovador, con espontaneidad, responsabilidad y alto compromiso con la historia nacional y sus protagonistas. Tal y como lo reafirmó el General de Ejército, Raúl Castro Ruz, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros: «La juventud cubana está llamada a tomar el relevo de la generación fundadora de la Revolución y para conducir la gran fuerza de las masas requiere de una vanguardia que convenza y movilice».

Las contradicciones generacionales no representan obtáculos para llevar a delante la batalla, ese ejemplo lo vemos en el joven Maceo cuando peleó al lado de «el viejo» Máximo Gómez, o el bisoño Martí, quien debió unir las fuerzas de los mambises luchadores del 68 con los del 95.

Por ello, el relevo de la nación está asegurado, y su eterno afán de mejorar y transformar la realidad para el bien de todos será una constante de lucha.

Ya estamos en combate
por defender la idea de todos los que han muerto
para arrojar a los malos del histórico templo
por el heroico gesto de Maceo
por la dulce memoria de Martí

Así lo reafirmó Raúl Gómez García, «el poeta de la Generación del Centenario». Los jóvenes de Cuba siempre estarán al lado de los ideales revolucionarios y de las causas justas, por los que sus predecesores ofrendaron sus vidas. 

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