Pinar del Río, ciudad cubana con aires de renovación

Esta fecha conmemora el aniversario 64 del ataque a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, por jóvenes revolucionarios liderados por Fidel Castro el 26 de julio de 1953, gesta considerada motor impulsor de acciones posteriores que resultaron en el triunfo de la Revolución cubana en enero de 1959.

La selección del territorio donde se cultiva el mejor tabaco del mundo como sede de la efeméride coincidió, además, con el aniversario 150 de la proclamación como ciudad de su capital provincial.

En Pinar del Río se respiran aires de renovación y esperanza, sustentados en el progreso económico y social de la provincia, y en contraste con la precariedad y la desidia de las que fue víctima antiguamente, destacaron las autoridades durante un recorrido por varias zonas de interés.

Según datos citados por el vicepresidente cubano y segundo secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), José Ramón Machado, antes de 1959, buena parte de las tierras no pertenecían a los campesinos que la trabajaban, y el nivel de desempleo alcanzaba el 30 por ciento.

Igualmente, en el sector de la salud existían solo 16 unidades asistenciales y unas 100 consultas privadas, en total 248 médicos, 25 estomatólogos y 50 enfermeras y auxiliares.

Antes de 1959, se registraba la alarmante cifra de más de seis niños fallecidos por cada mil nacidos vivos, y la esperanza de vida era apenas de 53 años. En el periodo anterior a la Revolución, el nivel de analfabetismo alcanzaba el 30 por ciento, con un nivel escolar promedio de segundo grado y un número de maestros y profesores que apenas superaba los mil 500.

La situación era tal, que entre los calificativos de esta provincia figura el de la Cenicienta de Cuba, en alusión a la situación de abandono que sufría este territorio durante los gobiernos neocoloniales de la primera mitad del siglo XX, apuntó Machado ventura.

Al respecto, el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, expresó que “En el capitalismo, ninguna región del país fue más olvidada y ninguna población de Cuba fue objeto de mayor indiferencia, y hasta podríamos decir de desprecio, a pesar de que esta provincia durante la última guerra de independencia tuvo una participación fundamental (…).”

Luego del triunfo revolucionario, el panorama cambió de tono para la más occidental de las provincias cubanas.

Hoy cuenta con 626 consultorios médicos de la familia, 19 policlínicos que funcionan en todos los municipios, 8 clínicas estomatológicas y 5 hospitales, centros en los que prestan servicios 4577 médicos y 5635 asistentes y enfermeros.

En las zonas rurales, en la actualidad funcionan 24 servicios extendidos de urgencia con los que no se contaba antes del triunfo revolucionario.

La cifra de niños por cada mil nacidos vivos pasó a ser de 1,7 en el primer semestre del 2017, uno de los índices más bajos del país, y la esperanza de vida alcanza los 79 años, indicadores de naciones del primer mundo.

En materia de Educación, se registra un por ciento prácticamente nulo de analfabetismo, un nivel de escolaridad promedio de 9,7 grados y la presencia de más de 16 mil docentes en el territorio.

Asimismo, el desempleo en la región es del 1,3 por ciento, lo que lo hace prácticamente inexistente.

Dentro de los resultados económicos, Machado destacó los logros en el área productiva en correspondencia con los acuerdos adoptados por el 7mo Congreso del PCC.

En este sentido destaca el sector tabacalero, decisivo no solo para Pinar del Río sino para toda la nación cuyos logros es preciso consolidar paulatinamente, reconoció Machado Ventura.

Sin embargo, esta nueva etapa en la vida de los vueltabajeros en momentos se vio eclipsada por la sucesiva y en ocasiones persistente ocurrencia de fenómenos hidrometeorológicos de alta y mediana intensidad que se obstinaban en hacer retroceder el desarrollo pinareño.

Como ejemplo, podrían citarse los huracanes Michelle, Isidore, Gustav y Charli, los cuales causaron serias afectaciones materiales tanto al sector residencial como sectores económicos.

Ante esta situación, destaca el empeño de los habitantes del territorio y la voluntad de sus dirigentes en proveer a las familias afectadas por situaciones de desastres un lugar decoroso donde vivir y fomentar el bienestar de la población pinareña.

No obstante, las vicisitudes sufridas por esta provincia no han hecho mella en el optimismo de los pinareños quienes festejaron con orgullo su bien merecida condición de sede por el 26 de julio.

Una muestra de confianza y estímulo del Gobierno del país a través de la cual les hace saber que nunca más volverán a ser la ciudad preterida de Cuba.

 

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