Un hijo ilustre de Cuba

Todos, sin excepción, merecen nuestro respeto y profunda gratitud; aunque obviamente, otros podemos calificarlos como figuras cimeras de la patria, dirigiendo acciones militares o de avanzado pensamiento al servicio de nuestra sufrida isla; pero todos, sin excepción, dedicando sus vidas en pos de la independencia absoluta y el decoro nacional.

Uno de estos hombres imprescindibles por su obra es, sin duda, Bonifacio Byrne, hijo de Matanzas, territorio que vive orgulloso de haber sido su cuna un 3 de marzo de 1861.

Toda su vida estuvo dedicada a la causa por la independencia de Cuba; desde su posición de brillante intelectual hizo de la poesía y el periodismo armas para el combate, y trincheras para resistir los embates del colonialismo español.

Fue fundador de los periódicos La Mañana y Juventud Literaria, y su labor independentista lo llevó al exilio en 1896 en Estados Unidos; pero no descansó, muy por el contrario continuó con su quehacer patriótico, destacándose su trabajo en el periódico Patria, órgano del Partido Revolucionario Cubano fundado por nuestro José Martí.

El supo, de brillante manera, defender con gran fervor las raíces históricas de Cuba, sociales y culturales; y fue uno de los artistas que mejor pudo sintetizar el desencanto tras la liquidación del colonialismo español contribuyendo, además, con fondos económicos para la guerra de independencia.

Su poesía comprometida hizo que su amigo Nicolás Heredia, lo considerara «el poeta de la guerra».

Nuestro Bonifacio Byrne llegó a ser una de las voces más influyentes de la poesía nacionalista cubana de todos los tiempos.

Experimentó momentos de extrema tristeza cuando retornaba del exilio y solo vio ondear la bandera del norte en su patria y no la propia.

Y otro de los grandes de la patria, el inolvidable Camilo Cienfuegos, utilizó en un vibrante discurso la última estrofa de su poema «Mi Bandera»: «…Si deshecha en menudos pedazos/ llega a ser mi bandera algún día/ nuestros muertos alzando los brazos/ la sabrán defender todavía».

De este hombre patriota sin tacha, se habla poco; por tanto debemos mostrarlo con mayor frecuencia a nuestros jóvenes de hoy, para que ellos trasladen sus valores a sus hijos y en definitiva para las nuevas generaciones de cubanos y cubanas.

Sirvan estas, mis modestas palabras, para honrar a un grande de la patria; no son de ocasión, sino de imprescindible compromiso; no son de oropel pero sí del corazón.

«El lenguaje es humo cuando no sirve de vestido al sentimiento generoso o la idea eterna», José Martí.

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