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Resulta sorprendente, insólito y de enorme preocupación la imagen que nos ofrece el imperio yanqui: Un panorama que alcanza dimensión mundial, y en su interior una invitación para acceder al “anhelado” sueño americano. Pero, más que un sueño lo que realmente se aprecia es una pesadilla. Detrás de las cortinas es una sociedad decadente que, en su agonía, pretende mantenerse erguida para continuar su carrera de sojuzgamiento de pueblos, gobiernos, ideologías, religiones, defensores de DD.HH. y todo lo que, de una u otra manera, contradiga los apetitos imperiales, utilizando siempre las armas para lograr sus objetivos. Si en esa loca carrera deben morir miles de seres humanos, entonces no hay preocupación. Murieron como daños colaterales para lograr democracia y derechos humanos. Es una prueba de que el cinismo no tiene límites.
Permítame un breve asomo a tanta maldad. Si bien es cierto que no llega a integrar el conjunto de fechorías y muerte causadas por el imperio –para lo cual se requieren varios volúmenes- al menos constituyen ejemplos de una sociedad carcomida por el odio y la injusticia. Veamos algunos de actualidad: en esa sociedad enferma es algo muy común el tráfico y consumo de drogas que producen daños irreparables, y su uso llega a todos los estratos sociales, incluyendo a figuras de gobierno y sus familiares. Un caso muy conocido es el del hijo del anciano presidente Biden, el susodicho, Hunter Biden. Ese señor está acusado de poseer la cocaína que apareció en la Casa Blanca, el que además, cuenta con largo historial de abuso de narcóticos, alcohol, corrupción, posesión ilegal de armas de fuego y fraudes fiscales. Y en cualquier momento no dude que se presente como candidato a presidente del imperio.
Según información del propio Pentágono, la cantidad de muertos entre militares de Estados Unidos registró un aumento record del 25% en el primer trimestre de 2023. Los suicidios han tenido un ritmo de uno (1) por día, y mueren por esa causa más que en las guerras que EE.UU. ha desatado en su lucha contra el terrorismo. Por otra parte, en escenarios diversos donde se celebraba recientemente el Día de la Independencia se produjeron tiroteos masivos en ciudades como Washington, Luisiana, Florida, Texas, Baltimore, dejando más de una decena de muertos y 60 heridos, incluidos niños. Ya casi diariamente nos enteramos de tiroteos y ataques armados hasta en escuelas.
Otros ejemplos: digamos la guerra de Ucrania, la que se extiende demasiado con la consecuente alegría de los fabricantes de armas; documentos nuevos que vinculan a la CIA con la tortura médica de niños indígenas y prisioneros negros; la utilización criminal de las llamadas bombas de racimo y tantos otros crímenes de lesa humanidad. Y creo imprescindible mencionar, ya sin gran actualidad, lo ocurrido durante los 200 años de la tristemente célebre doctrina Monroe: pueblos de nuestra América han sido víctimas permanentes de constantes atropellos, lo que ha resultado un atraso político, social y, sobre todo económico.
Se ha hecho un hábito la imposición de sanciones y bloqueos por no querer obedecer al yanqui, con el propósito de desestabilizar a gobiernos que consideran enemigos. Al respecto vale mencionar el robo de la mitad del territorio de México; la ocupación colonial de Cuba, Puerto Rico, Nicaragua; las invasiones a México, Haití y República Dominicana…en fin…como bestias depredadoras arrasan contra todo vestigio de dignidad y decoro de los pueblos. El imperio utiliza pensamientos retrógrados para mantenerse: están con nosotros o con el terrorismo, de aquel bochorno de presidente George Bush; o del energúmeno Donald Trump cuando afirmaba constantemente que United State es First. Es decir, que el resto del mundo no vale nada, con excepción de los que se les subordine vergonzosamente.
En definitiva…¿Quiénes anhelan que se instale en Cuba u otros países de nuestra América, el sueño americano?
R: los egoístas, los mediocres, los que se contentan con su propio placidez de la cama y el sillón, los que reniegan de su patria. También aquellos aludidos por Martí cuando decía que “Hay que cargar los barcos de esos insectos dañinos que le roen el hueso a la patria que los nutre”.