Ya no sorprende a nadie

Son hijos de un sistema que pare a estos seres comidos por pensamientos retrógrados y ansias de supremacía por encima de cualquier consideración ética y/o humana. Véase el caso de Harry Truman que no dudó un segundo en arrojar bombas atómicas contra el pueblo japonés, véase también un Nixon que tuvo que presentar su renuncia ante el gran desprestigio que siempre lo acompañó; y claro, no podía faltar un Donald Trump, porque él mismo se siente realizado y feliz como un gran elefante en una cristalería, y  tiene el poder de desbaratarla sin pagar su irresponsabilidad.

El perfil de este señor, aunque es bien conocido, no deja de tener interés cuando se aportan nuevos datos de su personalidad. Por ejemplo, recientemente se anunció la publicación,  el pasado 11 de septiembre, de un nuevo libro de título “Miedo: Trump en la Casa Blanca”, texto que, en esencia, describe el caos que impera en la mansión ejecutiva.

El autor es Bob Woodward, el mismo periodista que reportó el escándalo Watergate que motivó la renuncia de otro de triste recordación, Richard Nixon. Al efecto vale destacar que el texto en cuestión se vale de fuentes como The New York Times, Washington Post, CNN etc. y también del propio autor ya mencionado.  Es decir, fuentes importantes que funcionan dentro del imperio, no de Cuba, ni Venezuela, ni Nicaragua, Bolivia etc.



Veamos una síntesis muy apretada: personas muy allegadas al emperador, tales como asesores, miembros de su gabinete y otros afirman que el señor presidente es “inestable y desinformado”, “deben controlar sus impulsos para evitar desastres”, “hay que retirar documentos importantes de su escritorio para impedir que lo vea o firme”, “es un gran desconocedor sobre asuntos mundiales”, “lo ven como un peligro para la seguridad nacional”, “el propio jefe de personal de la Casa Blanca lo ha descrito como “un idiota y desquiciado”;  mientras que el Secretario de Defensa afirma que “su entendimiento es el de un niño de quinto o sexto grado”, y para concluir con esta breve síntesis es necesario incluir una pregunta que este buen señor ha hecho: ¿cuándo vamos a ganar algunas guerras?. Es decir, para el presidente este asunto de las guerras es como un simple juego en el que no hay que medir consecuencias ni daño a esta sufrida humanidad.

A lo anterior hay que incluir sus famosas mentiras, afirmar y retractarse después, burlarse y ofender a la prensa de su propio país, denigrar a las mujeres, considerar que los migrantes no son seres humanos, mandar a enjaular a niños que han sido separados de sus padres, amenazar a todo gobierno que no le sea obediente, actuar como un sheriff del mundo al estilo de  películas del oeste yanqui, aprobar presupuestos prácticamente insólitos para más guerras “necesarias para salvaguardar su sistema de oprobio, su democracia y su particular definición de derechos humanos”.  “ser ferviente defensor de la tristemente célebre doctrina Monroe”. Hay mucho más por supuesto, porque el libro mencionado cuenta con más de 400 páginas. Solo he querido referirme a algunos rasgos de su personalidad.

Hay que seguir denunciando incansablemente a personas como Trump y su accionar malvado. Piense usted por un momento lo que puede ocurrir si en un arranque de ira  este personaje decide desatar una nueva guerra donde no habrá ni vencedores ni vencidos, porque no solo morirán los pobres, también los Trump, su familia, sus enormes torres y casinos,  y todo el sistema despiadado que le dio vida.

Los pocos seres humanos que sobrevivan al primer espanto solo habrán salvado la vida para morir después por el horror de sus recuerdos”. Gabriel García Márquez

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