Respecto a los talleres de programación (incluye periodísticos)

En su planificación han de tenerse en cuenta, sin rigidez ni esquemas, las máximas necesidades de la emisora a partir del conocimiento de las principales deficiencias del trabajo. Tomemos un ejemplo: Si el trabajo de difusión musical marcha bien, no sería tan necesario contar con varios talleres en esa materia; contrariamente si se afrontan dificultades respecto a la dirección de programas entonces, obviamente, recibirá un mayor tratamiento en las frecuencias de estos talleres.

Lo más importante es ser consecuentes con el objetivo del taller, porque no se trata de evaluar o discutir acerca de un programa específico, tampoco de analizar ninguna disposición administrativa, ni siquiera chequear ni adoptar acuerdos. Es, repito, elevar el conocimiento de los compañeros.

A estos talleres deben ser citados (no invitados) los compañeros vinculados directamente a la realización de programas, incluyendo, por supuesto, a los periodistas, los que están en el deber, como todos, de ganar conocimientos del Medio, independientemente de su profesión específica. Igualmente es perfectamente posible invitar a algún personal de otra emisora que cuente con gran prestigio profesional en el medio para impartir, mediante conferencia u otra forma, sus conocimientos.

Hay que destacar la necesidad de excluir cualquier proceder que haga de los Talleres reuniones con matices administrativos o de gran formalidad. Por el contrario, se trata de exponer, dialogar y discutir fraternalmente para obtener al final un saldo positivo para todos.

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