Por segundo año consecutivo, integrantes del elenco de la Compañía Habana, del Circo Nacional de Cuba, colmaron con su virtuosismo, alegría y colorido el cierre del encuentro semanal en el cual el sumo pontífice recibe a peregrinos de todo el mundo.
Con evidente regocijo apreció Francisco la presentación de acróbatas, bailarines y un malabarista quien le colocó sobre el dedo índice de su mano derecha un balón en movimiento, en un gesto poco usual recibido de buena gana por el Papa, quien al concluir la actuación dialogó brevemente con los artistas junto a quienes se retrató.
Al intervenir en la clausura de la audiencia, el pontífice agradeció “en un modo especial” a los jóvenes artistas cubanos quienes -dijo- con su espectáculo portan belleza, una belleza que requiere mucho esfuerzo.
“Quiero agradecer a los artistas del Circo de Cuba. Ellos con su espectáculo portan belleza. Se requiere mucho esfuerzo para hacerla. Hemos visto mucho entrenamiento”, dijo el pontífice al término del espectáculo.
Francisco dijo ante los artistas circenses que “la belleza siempre eleva el corazón, nos hace mejores a todos. La belleza nos porta la bondad y también a Dios. Continuad así, ofreciendo belleza a todo el mundo”
El espectáculo tuvo lugar en el auditorio Pablo VI del Vaticano, también ante los miles de fieles que asistieron a la audiencia, y contó con la participación de una veintena de artistas del Circo de Cuba.
Ejercicios de cuerdas, aros y pelotas, malabares, equilibrios y música de ritmos electrónico y tropical animaron el final de la audiencia.
Fuente. Prensa Latina, RHC