«La ONU mantiene contactos con varias partes y espera que la comunidad internacional responda a esto», dijo Dujarric ante una pregunta de la prensa y evitó hacer comentarios sobre el rechazo del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, a los 20 millones de dólares ofrecidos por el G-7 para abordar esa crisis.
También recalcó que los fuegos en la región del Amazonas son un asunto crítico y que la organización multilateral ayuda a movilizar recursos para enfrentar ese problema.
Además, recordó, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, fue muy claro al decir que el bosque del Amazonas es un patrimonio mundial que todos tenemos la responsabilidad de proteger.
Por su parte, la presidenta de la Asamblea General, María Fernanda Espinosa, insiste en que urge trabajar juntos en iniciativas dirigidas a abordar lo antes posible la crisis ambiental en el Amazonas, dijo su portavoz.
Espinosa conoce bien el área pues durante muchos años su trabajo estuvo relacionado con esa región, apuntó, y por ello subraya la necesidad de proteger toda la riqueza y la diversidad de la Amazonía.
Según informó este miércoles la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los siniestros que causan estragos en la selva amazónica están agravando el estrés sobre el clima y el medio ambiente del planeta.
En el Amazonas se han detectado casi cuatro mil incendios, pero aún no se trata de un evento sin precedentes. Sin embargo, las condiciones son más graves que en cualquier año desde 2010, y se estaría en camino de registrar una actividad récord en 2019, indica la OMM.
Además de la amenaza directa de la quema, incluso para muchas comunidades indígenas, los incendios forestales liberan a la atmósfera partículas y gases tóxicos como el monóxido de carbono, los óxidos de nitrógeno y los compuestos orgánicos no metanos.
Fuentes: Cubadebate, PL / Editor: Conrado Vives Anias