La comunidad de descendientes, conocidos como nikkei, está conformada en la actualidad por unas mil 200 personas, asentadas fundamentalmente en la Isla de la Juventud y La Habana.
Masayoshi Ono, jefe de la Misión Adjunta de la embajada de Japón en la isla, dijo que están muy agradecidos por la acogida dispensada a sus coterráneos en la nación antillana, donde contribuyen al desarrollo económico y social.
Resaltó que a pesar del choque cultural de los primeros años, actualmente los japoneses se sienten cubanos y comparten valores como la honradez, sinceridad, disciplina y delicadeza.
Informó que la jornada incluye exposiciones de artes plásticas de ambos países, la presentación de un bailarín de danza contemporánea de Tokio junto al reconocido artista cubano Carlos Acosta y encuentros bilaterales.
Con anterioridad Masahisa Sato, ministro de Estado para Asuntos Exteriores de Japón, estuvo en La Habana y expresó su satisfacción porque su visita coincidiera con el aniversario 120 de la migración japonesa a Cuba.
Tras destacar el aporte de los nikkei en varios sectores de la vida en el país caribeño, Sato expresó su profundo respeto en nombre del gobierno japonés por la acogida a esa comunidad, a la que calificó como un frente de amistad entre los dos países.
El funcionario nipón aseguró que su gobierno apoyará todas las actividades conmemorativas por la llegada de los primeros inmigrantes del llamado País del Sol Naciente, que se produjo en 1898 procedentes de las prefecturas de Okinawa, Kagoshima, Kumamoto, Fukuoka, Hiroshima y Nagano.
Por lo general los hombres que integraron esos grupos formaron familias con cubanas y crearon pequeñas cooperativas dedicadas a la producción agrícola, cuyos huellas perduran hasta nuestros días.