Declaración de la Misión Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas

Estados Unidos, en una acción más de desprecio a los derechos humanos y a esta Organización, ha preferido crear absurdas mentiras sobre Cuba antes que reconocer e impulsar una campaña para reparar sus múltiples violaciones de derechos humanos, tanto en su territorio, como en el resto del mundo.

Con esta acción, que incluyó el empleo de la sala del ECOSOC y del WebCast de Naciones Unidas, se utilizó el nombre y emblema de la Organización en un acto contra un Estado miembro, simulando apoyo internacional a su falaz campaña; todo ello en contravención de los Principios y Propósitos de la Carta.

Es clara la intención del gobierno de los Estados Unidos de sostener, con cualquier recurso disponible y sin el menor reparo moral, la política unilateral de bloqueo económico, comercial y financiero impuesta contra Cuba y repudiada de manera universal por la Asamblea General de las Naciones Unidas por su naturaleza criminal, genocida y por tanto, violatoria del derecho internacional.

Este evento es un nuevo capítulo en la larga lista de agresiones contra Cuba. Forma parte de las acciones encaminadas a subvertir el orden constitucional legítimamente establecido y constituye parte de la agenda intervencionista que ha tomado renovado impulso bajo la actual administración, cuyas ideas fascistas, racistas y xenófobas, motivan profunda preocupación en la comunidad internacional.

Cuba alertó y denunció esta situación mediante carta de protesta al Secretario General, a quien solicitamos la cancelación dentro de las instalaciones de las Naciones Unidas de esta farsa del gobierno de los Estados Unidos. Nos asisten la Carta de Naciones Unidas y las normas vigentes relativas a la utilización de las salas de conferencias, aprobadas por esta Organización.

El evento, como habíamos previsto, constituyó una comedia política edificada sobre falsos argumentos y con actores de reparto de oscuro historial al servicio de una potencia extranjera, muchos de ellos asalariados de Washington, entre los que se incluye el propio Secretario General de la títere Organización de Estados Americanos.

Los patrocinadores de la supuesta campaña no estaban dispuestos a escuchar la verdad de Cuba; incluso, se intentó impedir que los funcionarios diplomáticos cubanos accedieran a la sala. Lo sucedido es total y absoluta responsabilidad de Estados Unidos.

La voz de Cuba se escuchó pese a todo. No pudieron darnos argumentos válidos, no los tenían, la verdad está de nuestro lado.

Cuba se enorgullece de su ejecutoria en materia de derechos humanos, la cual desmiente cualquier manipulación en su contra. Estados Unidos carece de moral para dar lecciones y mucho menos en esta materia. Dicho país, con su escasa adhesión a instrumentos internacionales de derechos humanos, tiene un patrón de violaciones sistemáticas de todos los derechos humanos, incluido el uso de la tortura, la detención y la privación de libertad arbitrarias, como ocurre en la Base Naval de Guantánamo, territorio cubano ilegalmente ocupado; el asesinato de afroamericanos por policías; la muerte de civiles inocentes por sus tropas de intervención y ocupación; la xenofobia y represión; el encarcelamiento de inmigrantes, incluidos niños, a los que se separan de sus familias. Esto último, el encarcelamiento de niños, sí que hubiese justificado el nombre de “Jailed for What?”.

Cuba condena y rechaza de la manera más enérgica esta nueva acción anticubana por parte del gobierno de los Estados Unidos, que constituye un ultraje a la soberanía del pueblo cubano y un irrespeto a su libre determinación y que no solo agrede a un Estado soberano, sino también a los principios del multilateralismo y a las bases fundacionales de la Organización de Naciones Unidas.

Nueva York, 16 de octubre de 2018 / Misión Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas.

 

Autor