Elecciones cubanas son una expresión de genuina democracia

«Estamos funcionando a escala internacional con los cánones de la democracia burguesa. Eso fue muy revolucionario hace 200 años y abrió sin dudas un camino de desarrollo. Sin embargo, dos siglos después la propia burguesía ha aprendido a violar sus principios medulares», señaló el diputado en entrevista concedida a la agencia Prensa Latina.

González declaró que en la actualidad esa burguesía, devenida en el sistema capitalista de nuestros días, contraviene sus compromisos de hermandad, igualdad y fraternidad, en función de defender los intereses de las grandes corporaciones.

Esas reglas del juego predominan en el mundo -apuntó el funcionario-, por lo que todos los esfuerzos democratizadores de ruptura con ese sistema serán satanizados.

«El caso el cubano entra en ese ejemplo, de ahí que surjan declaraciones como las que hiciera en febrero pasado el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro», indicó.

«Los argumentos del titular de la OEA son débiles, tan débiles como su propia imagen y su función en el continente», aseveró el parlamentario caribeño.

Asimismo, agregó que por norma se dice que democracia es tener varios partidos, y que esas organizaciones políticas convoquen y participen en elecciones supuestamente abiertas: «Eso tiene mucho de falso y de mítico; Cuba no tiene un sistema de pluripartido por razones históricas y políticas», argumentó.

«Ese sistema no le resolvió a la nación antillana sus problemas fundamentales como nación ni como pueblo; sino que existió para que el dominio extranjero tuviese cómo influir en el país», puntualizó.

Que haya varios partidos, que éstos elijan a sus candidatos y la gente vote o no por ellos no necesariamente es el paradigma de la democracia. En Cuba hay un solo partido pero no es una organización electoral, y cada ciudadano tiene la potestad en su barrio de proponer candidatos».

También añadió que esos representantes elegidos en sus territorios son los que integran las asambleas municipales del Poder Popular, y los aprueban finalmente las listas de candidatos a las asambleas provinciales y la Asamblea Nacional, para que el pueblo vote por ellos.

Otro elemento es que en Cuba no hay que tener dinero para poder inscribirse, es un derecho que tiene cada ciudadano al arribar a la mayoría de edad (16 años para las asambleas provinciales y 18 años para el Parlamento), que es una edad muy baja si comparamos con otros países.

Por eso, en más de una ocasión he dicho en foros internacionales que la transparencia de los sistemas democráticos y de gobierno no se basa en decir cuáles son las propiedades de determinado candidato por cómo opera, sino por cómo se nomina».

Denunció que todos esos elementos generalmente se omiten en la arena internacional, para defender el mito de la falta de democracia en el país.

«El objetivo de la gran oligarquía es que lleguen a las posiciones de gobierno los representantes de los intereses reales del gran capital. Por ejemplo, si vamos a Brasil vemos que un candidato del pueblo -como Luiz Inacio Lula da Silva- es acosado por un supuesto delito que no ha sido demostrado», aseveró.

Por el otro lado, tienen a un jefe de Gobierno (Michel Temer), que llegó al poder mediante un fraude promovido por personas que sí cometieron delitos -algunos de los cuales están incluso cumpliendo condenas-, y que además está involucrado en varios escándalos de corrupción.

«Aún cuando el sistema cubano es perfectible, como todo proceso democrático, creo que la historia contemporánea demuestra cuán perverso puede ser ese sistema pretendidamente democrático que impera hoy en el mundo, pues no es sino otra forma de eternizar el capitalismo», concluyó.

 

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