Un colmado teatro La Caridad fue escenario de la gala, presidida en esta ocasión por José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) y Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros; Miguel Díaz-Canel, miembro del Buró Político del PCC y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y Esteban Lazo Hernández, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, y demás autoridades políticas y gubernamentales en Villa Clara.
En el teatro La Caridad la cultura rindió tributo al Che
Fragmentos del texto El Redentor, del poeta argentino Julio Huasi, en voz de actores del patio conmocionaron a los asistentes que rememoraron a ese «Ernesto amor, Cristo Guevara, Che salvador, hijo del hombre, la libertad y el espíritu en armas».
Desde una especial geopoética, según definiera Ernesto Alejo, director general del espectáculo, se recorrieron parte de los ritmos y tradiciones latinoamericanos, ese continente que defendió Guevara, manifestado así en las Estampas Argentinas, bailadas por la compañía De Nuestra América.
Artistas de la talla de Juan Manuel Campos, Raptus, el Trío Palabras, la Orquesta de Cámara Rubén Urribarres, Danza del Alma, Vionayka Martínez, Lázaro García y Gustavo Felipe Remedios entre otros, interpretaron temas dedicados al Guerrillero Heroico como Con la adarga al brazo y Si el poeta eres tú.
Presentes el Canto a Fidel, que el Che dedicara al líder de la Revolución Cubana y los versos míticos: ¡Vámonos ardiente profeta de la aurora, juremos lograr el triunfo o encontrar la muerte…! también se dejaron oír las palabras del Comandante en Jefe Fidel Castro tras la muerte del amigo, ese que «estaba dispuesto a verter su sangre generosa por la suerte de cualquier pueblo».
En Santa Clara, ciudad que guarda sus restos mortales, los villaclareños ovacionaron el poema de Enrique Núñez Rodríguez y confirmaron que es este un buen sitio para echar a andar de nuevo sus guerrilleros huesos.
Al final, banderas blancas, azules, rojas y negras y banderas cubanas inundaron el estrado, en un mar de colores que puso de manifiesto la presencia viva de Guevara, y su ejemplo, que siempre va a estar en este pueblo.