por Nacido en Nueva York el 1ro. de marzo de 1927, el intérprete de otros temas como Island In The Sun vio en su infancia cómo sus padres de origen antillano, debían esquivar constantemente a los oficiales de inmigración en los Estado Unidos. Con la experiencia de haber vivido algunos años de su niñez en Jamaica, Belafonte encontraría, en el Caribe, la riqueza de una cultura que dejaría huellas indelebles en su obra.
Iniciado en el mundo de la actuación en las tablas del American Negro Theatre, Harry Belafonte, no tardaría en unir su voz al movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos. Su participación en la marcha de Washington por el trabajo y la libertad en 1963, así como su unión al desfile de Selma en 1965 con el objetivo de que los ciudadanos afroamericanos pudieran ejercitar su derecho constitucional del voto, le convertirían en uno de los artistas más comprometidos con la justicia en el país.
Amigo entrañable del reverendo Martin Luther King Jr., Harry Belafonte con el tiempo destinaría sus fuerzas a defender otras causas en el mundo. En la década de los ochenta sería uno de los impulsores de la grabación del tema “We are the world” como parte de una campaña para recaudar fondos para luchar contra el hambre en África.
Convertido en Embajador de Buena Voluntad de la UNICEF en 1987, Harry Belafonte fue una de las voces que a nivel internacional respaldaron la causa por la libertad de Los Cinco Héroes Cubanos, quienes sufrieron injustas condenas en los Estados Unidos. En 2020, la Isla le concedió la Medalla de la Amistad por su permanente solidaridad con el pueblo cubano.
Merecedor de un Oscar honorario y del Premio Jean Hersholt por su labor humanitaria, Harry Belafonte a sus 95 años demuestra la virtud de haber interpretado como nadie la canción de la justicia y la libertad.