Aramís Sánchez: “La narración deportiva es una especialidad empírica”

Sánchez cuenta con una trayectoria que abarca casi treinta años en la Emisora Provincial de Guantánamo CMKS, Radio Trinchera Antimperialista, y ha transmitido eventos provinciales, nacionales e internacionales en las disciplinas de boxeo, baloncesto, y en especial el béisbol, durante sus Series Nacionales. Su desarrollo como narrador deportivo abarcó la cobertura de eventos internacionales, como los Play Off de la pelota cubana y los Juegos Panamericanos de Río Janeiro, Brasil, en 2007.

Graduado de Magisterio, y luego devenido periodista, Sánchez conversa con el Portal de la Radio Cubana sobre el comentario deportivo en nuestro archipiélago y sus experiencias personales en esta labor.

¿Qué deporte es para usted más difícil de narrar?

Todos son difíciles de narrar. A todos hay que ponerles entusiasmo y profesionalidad. Estudiar bien cada uno para poder narrarlo con calidad.

Pienso que en Cuba lo más complicado es narrar béisbol, pues posee más reglas y vocablos difíciles de pronunciar, pero que es necesario usar para describir los juegos.

¿Cuánto tiempo le ha tomado aprender todas estas reglas, vocablos…?

Son cosas que se van dominando desde antes, incluso, de ser narrador profesional. Lo primero que se hace es escuchar a otros trabajar, y mientras lo haces, te familiarizas con esos vocablos, con esas formas de decir.

¿A quién escuchaba antes de convertirse en narrador profesional?

Yo escuchaba mucho en la zona oriental a José Daniel Quevedo, que ya no está entre nosotros. Escuché en Venezuela al cubano Felo Ramírez. Luego del Triunfo de la Revolución escuché a verdaderos paradigmas como Bobby Salamanca y Eddy Martin. Estos son fundamentalmente para mí los ejemplos a seguir dentro de la narración deportiva.

Los comentaristas no dejan de mencionar estos nombres como influencias y fuente de inspiración. ¿Qué los hacía buenos narradores?

Eran muy profesionales. Eddy Martin gozaba de una muy buena memoria. Se veía que tenía la historia en su cabeza, y la contaba en las transmisiones. Bobby era el creador por excelencia. Fue aquel hombre que llevó al argot beisbolero el lenguaje relacionado con la caña de azúcar durante la década de los 70, en la conocida Zafra de los Diez Millones. De ahí creó una jerga que se hizo muy popular en Cuba. Por ejemplo, él decía «Azúcar, abanicando» para marcar un strike, o decía «Caña limpia al central» para indicar un hit. Y así llevó a la pelota muchos vocablos.

Algunos de esos vocablos los he escuchado en boca de otros narradores luego…?

Es necesario respetar a los autores de cada invención. La copia es fatal. Usted puede decir «Azúcar, como dijera Salamanca”. Pero atribuirse las iniciativas que han tenido otros no es recomendable.

¿Qué deporte le gusta menos narrar?

Nunca he narrado Fútbol. Si tuviera que decirte uno sería ese. El que más me gusta narrar es el Boxeo, y luego el Baloncesto. El Béisbol es el que narramos siempre. Surgimos narrando Béisbol.

¿Qué narrador actual le parece peculiar en su estilo, en su desenvolvimiento?

Bobby Salamanca es insuperable en Cuba. Sin embargo yo creo que Luis Izquierdo – de Radio Rebelde- , tiene variabilidad, versatilidad a la hora de describir. En Cuba es, para mí, el único que te transmite cualquier deporte con el mismo ritmo, con una magnífica vivacidad.

Mantiene la objetividad en el Baloncesto, en el Fútbol, en el Béisbol, en cualquier deporte. Creo que es uno de los más completos en Cuba. También admiro a Ramón Rivera (Piti), por su seguridad, su cadencia, serenidad y seriedad  a la hora de la descripción. Mantiene una concentración total en las acciones verdaderamente deportivas. No se disocia, como hacemos otros a veces, que divagamos un poco y nos ponemos a hablar de otras cosas mientras las jugadas están sucediendo.

¿Hay otros deportes que pudieran ser más narrados en Cuba y no lo son?

La cobertura narrativa en nuestro país es esencialmente de Béisbol. Se narra Baloncesto, Boxeo. Pero el Voleibol se narra solo en eventos internacionales. Creo que necesitamos que las emisoras sigan también campeonatos nacionales y los transmitan.

También hay deportes que en Cuba no se transmiten nunca, sin embargo se transmiten desde el exterior. Es el caso de las Artes Marciales como el judo. Aquí nunca se transmite un evento de lucha ni uno de judo. Muchas veces el argumento en respuesta a esta situación es el problema económico. Pienso que, más que eso, hay falta de voluntad política para diversificar las narraciones deportivas en el país.

Es muy importante la ejercitación de la memoria en un narrador. ¿Cómo la ejercita usted?

A mí me gusta hacer apuntes. En medio de la descripción de un juego, cuando hay oportunidad, voy haciendo notas. Si voy a hablar, por ejemplo, del primer guantanamero campeón mundial en beisbol, anoto «Campeonato Mundial, 1941», y ya sé que “La Montaña Guantanamera”, Luis Suárez, es el primer campeón.

La narración deportiva es pura improvisación. Por eso es imposible tenerlo todo apuntado. Es imposible preverlo todo. Hay cosas que vienen a la mente en un instante. Lo que nosotros decimos depende de los propios movimientos de los atletas en el escenario del juego. Hay hasta frases y giros del lenguaje que llegan en un momento para llevar al oyente que no está presenciando el juego, al escenario deportivo.

Es necesario tener chispa, hallar  las frases que ayuden al oyente a imaginarse las acciones adecuadamente. Se precisa aplicar dramaturgia en la descripción deportiva.

Según su juicio, ¿qué espacios en Cuba están haciendo mejor trabajo en este sentido, ya sean televisivos o radiales?

Radio Rebelde hace actualmente excelentes coberturas de los eventos internacionales. Menciono a la Radio, pues el esfuerzo en ese medio es mucho mayor. Al no haber imagen, la narración debe ser más descriptiva, para lograr que el oyente esté metido en el estadio aun cuando esté en otro sitio. Como alguien dijo alguna vez: «ver por el oído». Para eso hay que hacer un esfuerzo, y tener medida de la objetividad en la descripción. Eso es muy difícil.

¿Cuándo podría decir que un comentario deportivo es malo?

Cuando no hace juicios de valor. Un comentario debe reflejar opiniones sobre un determinado hecho. Si uno repite solo lo que acontece no aporta nada. El verdadero comentario es el que aporta elementos propios y analiza, y lleva a la reflexión del oyente que nos escucha. El que no lleve eso es un comentario desafortunado.

Es difícil que los juicios de valor complazcan a todo el público. A veces se puede llegar a ser injusto incluso con algún atleta. ¿Ha sido injusto alguna vez emitiendo una opinión?

Una vez dije de algún jugador que no había corrido lo suficiente para capturar un

batazo que picó dentro del terreno, y que cualquier jugador lo hubiese capturado. Sucedió que el hombre no podía desplazarse bien por una dificultad que yo no conocía. Él me llamó y me dijo: «Me apretó. Yo estoy jugando porque quiero ayudar al equipo, pero yo estoy lesionado».

Fue una enseñanza para mí. Es necesario conocer las interioridades de un equipo para hacer un comentario adecuado a la realidad.   El que opina corre ese riesgo. Pero si hay buena vinculación con las fuentes, si se han conseguido los datos necesarios, si se ha investigado de manera profunda sobre lo que se va a decir, no debe uno equivocarse.

¿Nunca se ha quedado en blanco mientras narra un juego en vivo?

Sí, y cuando me ha sucedido no sé cómo los oyentes lo habrán percibido. Aunque esto no es costumbre. Cualquiera se queda en blanco. La virtud del narrador entonces es retomarlo y hacerlo con calidad.

¿Cómo se llena ese silencio?

Se sigue narrando normalmente. A veces se puede cortar la transmisión, y se le dice al oyente que durante unos segundos volveremos con ellos, tan pronto como se restablezca la señal.

¿Es una especie de truco para que no se note demasiado que se han quedado en blanco?

Sí. Pero solo para los vacíos que duran segundos. Por otra parte, si uno se equivoca en lo que está diciendo es mejor no rectificar, sino continuar y luego repetir lo que se dijo mal, de la manera correcta. La gente no está totalmente al tanto de todo lo que uno dice. Quizás si no advirtieron tu falla la primera vez, al pedir disculpas y rectificar la falla se pueden dar cuenta entonces.

¿Cómo cree que deban ser formadas las nuevas generaciones de narradores deportivos?

Esta es una especialidad bastante empírica en el mundo. Cuando yo comencé no existían los cursos que ahora hay para formar y habilitar profesionales. Quizás a nivel nacional había, pero hubo zonas del país en las que no.

La narración deportiva es algo que nace contigo. Si no tienes ese arte y tampoco tienes el conocimiento deportivo, no lo vas a poder ejercer. Hay cosas innatas, que se van luego desarrollando con la educación progresiva.

En los últimos años se han impartido más cursos de habilitación cuando son necesarios. De esos cursos han egresado compañeros que hoy ejercen esta bella especialidad de nuestra profesión.

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