Meditando con Teresa

Su reconocida presencia en el teatro, la radio, el cine y la televisión la convierten en una voz autorizada cuando de medios y mediaciones se trata. Teresa, como prefiere que la llame al nombrarla, no habla por hablar. Se deja llevar por su mundo interior y busca entre las sensaciones más palpitantes de su espíritu. Su mirada devela que escucha lentamente. Conversar con ella es toda una lección. Mejor meditar.

«Desde niña siempre preferí las melodías suaves. Recuerdo que todos los días escuchaba Radio Enciclopedia. Me encantan las atmósferas tranquilas, sin que lleguen a ser taciturnas. Desde que me jubilé en la radio he aprovechado para buscar más dentro de mí.

«Cuando trabajaba no tenía mucho tiempo. La radio, sobre todo, en ocasiones es un poco hostil en ese sentido. El eterno compromiso de llegar a cada grabación o transmisión en vivo de cualquier radionovela o aventura nos deja poco tiempo a los actores. El amor y el sentido de la responsabilidad emergen cuando concientizas que tu trabajo llega a miles de personas. Hay que amar mucho el medio para entregar tanto».

«¿Dónde aprendí tan bien las lecciones sobre respeto y compromiso? Pues, además del seno familiar, los estudios en la Escuela de Actuación del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), dirigida entonces por Alejandro Lugo, me delinearon el espíritu. Por supuesto que mis primeros pasos marcaron también a la persona que soy hoy: mi debut como actriz en el espacio Aventuras de la Televisión, que se transmitía En Vivo; las actuaciones sobre las tablas del teatro después; y la llegada a la familia de Radio Rebelde tras los micrófonos del segmento Alborada, dedicado en parte a la novelística cubana.

«Como parte de mi trabajo he recibido varios reconocimientos y galardones: premios Caricatos, que entrega la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC); lauros en Festivales Nacionales de la Radio, entre otros. Confieso que los mayores reconocimientos me los han dado los oyentes en los más de 40 años que trabajé en la radio, a pesar de que no te hace popular como el cine o la televisión».

«La tan nombrada magia del medio es la que te atrapa y hace que atrapes a los demás. Crea un mundo tan fantástico, con solo el poder de la creatividad, que llega a los espectadores a manera de imagen sonora. Con muy pocos elementos (guión, micrófonos, etc.) haces maravillas.

«Quizá por eso hoy soy una fiel defensora de la radio a pesar de los años y los contratiempos. Tal vez por eso me molesto tanto cada vez que es renegada tanto por oyentes como por trabajadores de otros sectores o sus mismos realizadores. El amor que antes se respiraba a cántaros en cualquiera de sus pasillos o cabinas ya casi desaparece con la llegada de las nuevas tecnologías y otras no pocas tentaciones y discriminaciones.

«Por ejemplo, la llamada crisis de los dramatizados de radio es cada vez más evidente. ¿Y qué se hace para contrarrestarla? Esperemos que con los ímpetus de unos y los apasionamientos de otros podamos salvar la historia de la Radio no solo cubana, sino Latinoamericana. Mientras tanto, yo seguiré haciendo todo lo posible por conservar esos buenos recuerdos de mi vida, por transmitirlos a cuántas personas se me acerquen inquietos, por defenderlos».

La actriz cubana Teresa Rúa aún se mantiene activa en las tablas del teatro y en la televisión, aunque prefiere estar rodeada de textos que la cultiven cada día más. Reconoce ser partidaria de la idea de que el ser humano nunca lo aprende todo en la vida. La conversación aquella tarde en el balcón de la sala de su casa la hizo reflexionar, lo cual, según expresó, «es también una forma de amar mucho más».

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