Carmen, siempre arte

Para honrarla, tomo las estrofas de José Martí, tan bella, que “que si el cielo la atmósfera vacía dejase de su luz, dice una estrella que en el alma de Carmen la hallaría”. Maestra de maestra, Premio Nacional de la Radio, es ella una de las matriarcas de la cultura cubana que ha dedicado más de cinco décadas de su fecundo quehacer a Radio Progreso.

Hoy, martes cuando sus compañeros la felicitan por sus 87 cumpleaños en su casa: la Onda de la Alegría, Carmen se siente victoriosa no porque sea Artista de Mérito de la Radio y la Televisión Cubanas, o porque haya recibido innumerables reconocimientos, sino porque no deja de trabajar un solo día. Ahí está su triunfo, su felicidad para mantenerse vital y lozana.

Pero el mayor premio para esta habanera –lo ha expresado a sus allegados- es el cariño y el respeto de sus seguidores: los millones de oyentes, fieles a su arte durante más de 40 años. También ha afirmado, que entre sus laureles están sus amigos, que muchos son sus compañeros de trabajo.

Por eso, Radio Progreso es parte de su vida. Es como una extensión de su hogar. Si ningún modo de adular a esta cubana, pienso que la emisora de la familia cubana le debe mucho a ella. Cada estudio de grabación, edición, cabina central, salones de ensayo contienen el amor y la pasión con que ha realizado su trabajo, su entrega.

Más para este cronista es imposible resumir en una cuartilla lo creado por ella durante décadas; pero pienso que la gran obra es su colosal pedagogía radial en Corresponsal Rapilisto o su arte en el espacio: Aventuras y La familia Pirulí. Para otros, esté en sus intensa cualidades para el canto y la actuación, sin dejar de mencionar la declamación y la locución.

Valoro, además, que en esta revolucionaria mujer sobresale junto con su arte, la humildad y la sencillez. Fraterna es siempre a ese hermoso axioma martiano: “el hombre crece con el trabajo sale de sus manos”.

 

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