Tal vez pocos sepan – entre el auditorio – que se llama Mauricio José, aunque le queda artísticamente bien haberse dado a conocer por sus apellidos.
Mauricio José Machado González es un profesional de la Radio Cubana que ama su labor; tanto, al extremo de que luego de su jubilación sigue colaborando de diversas maneras con la radioemisora que tanto ama.
Lo conocí personalmente a mediados de los 80s cuando iniciándome como director de programas en la plantilla de Radio Ciudad del Mar visité CMHW a sugerencia de Fabio Bosch Jr para solicitar su ayuda en varios temas instrumentales para mis espacios.
Le hablé por teléfono y tan pronto llegué a Santa Clara ya estaban listas varias cintas con las piezas. Desde aquel momento me percaté de que unido a su vocación por el medio radial también prevalece un carácter amistoso, solidario y de servicio. Este radialista admirable desconoce el egoísmo.
Para él, como para la mayoría de los buenos radialistas, la llegada a este medio no resultó cosa fácil. Nacido el 22 de septiembre de 1939 en el municipio de La Esperanza, antes de poder convertirse en plantilla de CMHW laboró como Auxiliar de Contabilidad en su pueblo natal y, posteriormente en las oficinas de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) del municipio de Cruces. Luego en Santa Clara las esferas Ideológica y de Organización de la misma entidad campesina, esa vez a nivel provincial.
Desde 1961 empezó a colaborar en la Radio como locutor y productor de programas, en aquellos tiempos en la CMHK de Cruces. Fueron aquellos años siempre bien recordados por quienes los vivieron, cuando hacer Radio era una pasión despojada del menor afán monetario.
Actualmente su labor en la Radio acumula poco más de medio siglo, tiempo dedicado a labores en la locución, producción, dirección y la escritura de guiones. Una vez fue designado Subdirector Provincial de Programación, Divulgación y Música en el Sistema Provincial de la Radio en Villa Clara.
Me ha comentado que desde los años 50s le nació la vocación hacia la Radio, entonces cuando era solamente un oyente habitual; aquel interés, pronto convertido en pasión, lo llevó a visitar varias emisoras en Santa Clara, donde realizó sus pininos. De aquellos tiempos recuerda la Radio Base – como llamamos en Cuba a servicios de radio no transmitidos, sino reproducidos por sistemas de amplificación – de su municipio natal (La Esperanza).
Como hombre que suma a sus virtudes la gratitud, siempre recuerda y menciona nombres de radialistas que le dieron la mano en sus comienzos; así rememora a Orlando Pérez González en la Radio Base de La Esperanza y a Fabio Bosch García, destacado locutor y director de programas de CMHK en Cruces y posteriormente en la propia CMHW.
No todo en su vida radial ha sido color de rosa. Como muchos ha padecido la incomprensión de algunos directivos que en determinados momentos – los menos, por suerte, según afirma – no entendieron sus proyectos o algunos temas en discusión.
De amor sin medida por su profesión entre lo que más le preocupa cuentan la coherencia y disciplina que deben reinar en cada colectivo de programa. Está convencido de que resulta imposible alcanzar una buena realización, independientemente del talento de sus miembros.
Su estilo de trabajo se ha caracterizado por la exigencia constante y el propósito de aprender algo nuevo cada día para así mejorar su condición empírica inicial.
Muchos años tuvo a su cargo el guion y la dirección del programa «Mañanitas Mexicanas», así como «De Nuestra América», y otros especializados en la música cubana. Quise conocer sus motivaciones acerca de estos géneros de programas, y me respondió textualmente:
– Yo creo que esto se debe a un concepto de identidad cultural, nosotros somos un gran pueblo del Bravo a la Patagonia y me parece que ese sentido que nos identifica a todos como latinoamericanos se ha impregnado en el caso mío en la difusión de esta música, de sus costumbres, de sus valores, su geografía, su historia, y realmente yo me he sentido muy bien haciendo este tipo de programas en los cuales he alcanzado cierta especialización. En el caso de la música cubana, un espacio que nosotros creamos llamado «La isla de la música» en el cual se destacan nuestros ricos valores, géneros desde el Son, el Danzón, el Bolero, el Cha Cha Cha, el Mambo y los ritmos más contemporáneos, todo esto con entrevistas a intérpretes y autores, y a todo el que tuviera que decir algo en relación con la música cubana.
Machado González es también un formador de nuevas generaciones de radialistas, profesión para la que se debe contar con ciertas cualidades. Y confirma en este diálogo con el Portal de la Radio Cubana:
– Yo pienso que en primer término, la vocación, el interés por superarse y el talento, son indispensables para ser un radialista. Deben desarrollarse a tono con los tiempos que vivimos y nunca creerse que se las saben todas. Siempre se puede aprender algo más en un medio tan rico y tan diverso como este. No podemos seguir haciendo la misma Radio de los 50s y décadas posteriores, eso sí: aprovechar los elementos positivos e incorporar los novedosos para hacer un producto consecuente con nuestro tiempo.
En relación con la importancia del guion en la radio expresó:
– Considero que el guión es fundamental, defiendo el concepto de guión, pero a la hora de hacer un guión trabajo primero con la música y a partir de ella vienen las ideas para hacer el guion, trabajar con el guión que debe de ser comunicativo, no denso, tener la agilidad necesaria y despertar el interés en los oyentes, ya sea con un solo locutor o mediante el diálogo de locutores entre sí y con el público. Y siempre hay que buscar el punto de interés para que siempre pueda ser audible.
Este profesional de primera línea ha participado como profesor en cuatro cursos con más de 50 alumnos quienes hoy se desempeñan como directores de programas de radio en emisoras de Villa Clara.
Mauricio José Machado González ha recibido reconocimientos a su virtud profesional, entre ellos «Artista Distinguido de la Cultura», «Medalla Raúl Gómez García», «Sello 85 Aniversario de la Radio Cubana», «Premio Rolando Rodríguez Frenes por la Obra de la Vida» y un Reconocimiento de la Asociación Cubana de Derechos de Autores Musicales por la difusión en la Radio de la música cubana. Un aval más que suficiente para afirmar cuanto ama a la Radio Cubana y le ha entregado este eminente radialista de la central provincia de Villa Clara.