Luis Manuel Pantoja reparte “agüita de tinajón” en la radio

Y así, de esa manera tan jocosa describe un juego de Béisbol, quien desde pequeño pedía a su madre la radio antes que un juguete, y en vez de disfrutar del enfrentamiento de los equipos en el “Cándido González”, como hacía toda la afición camagüeyana, fingía ser uno de los narradores deportivos de la época.

-Háblame de la primera vez que narraste un juego

“La primera experiencia en estas labores fue mientras ocurría el enfrentamiento entre Camagüey y Guantánamo. Creí que sería “pan comido”, como decimos los cubanos, pero fue donde realmente me di cuenta de la responsabilidad que asumiría de ahí en lo adelante. Me dieron la oportunidad y no podía defraudar a mis colegas.

“Fue muy difícil, al contrario de lo que muchas personas piensan. Sucede que en cada escenario deportivo hay que simultanear la descripción y la anotación del partido. En la radio, por ejemplo, hay que hacerlo de manera mecánica y no esperar a que sucedan las cosas. Eso lo aprendí con el tiempo”.

-¿Qué resulta más cómodo para usted, narrar desde el mismo lugar de los acontecimientos, o a través de una pantalla de televisión o estudio de radio adonde llegan las estadísticas?

“Lo mejor es estar donde ocurre el evento deportivo. Aunque se puede y hemos adquirido la suficiente experiencia para hacerlo de cualquier forma, lo ideal es vivir el juego para contarlo, desde el mismo escenario donde suceden los hechos”.

-Ahora mismo, la Serie Nacional de Béisbol, tiene una nueva forma de seguirla a través de la radio. Cuando el conjunto de Camagüey, por ejemplo, se desplaza a otra provincia como Pinar del Río, el equipo de  narradores de Radio Cadena Agramonte se encadena a Radio Guamá y viceversa. ¿Significa esto un reto a la imparcialidad?

“Por supuesto, debemos ser imparciales aún narrando para nuestra propia provincia. Mira, yo quisiera ver siempre a “Los Granjeros” como los campeones de la serie, pero eso no significa que deje de reconocer las virtudes y defectos de cualquier equipo, incluso los de mi tierra. Hay que tener mucho cuidado con esto porque podemos herir la sensibilidad de quienes siguen a una u otra selección beisbolera, o de cualquier deporte.

“Ganar la pelota en Cuba escomo bailar en la casa del trompo. Uno tiene que despojarse de todo sentimentalismo si quiere lograr el resultado final de tu trabajo: que la gente disfrute, se informe y conozca sobre el juego. No se concibe que usted alague a su equipo todo el tiempo y desconozca las virtudes del otro. El aficionado sí es parcial completamente y debemos jugar con eso, sin lastimar a quienes te escuchan.

“Por eso, en la narración, lo mismo debe divertirse el pinareño como el camagüeyano, sin importar su lugar de residencia. Esta nueva modalidad nos obliga a prepararnos mejor en todos los terrenos y todos los deportes”.

-¿Cuál ha sido el momento más emotivo de tu carrera?

Han sido muchos, y no todos con el béisbol, sino también, en el futbol, el boxeo, el baloncesto… Recuerdo con mucho agrado una final en la Liga Superior de Baloncesto. El partido fue entre Ciego de Ávila y Camagüey, dos de los mejores equipos del país. La sala polivalente del Palacio de los Deportes Rafael Fortún, de la Ciudad de los Tinajones prácticamente se llenó. Te hablo de una instalación que nunca se había podido atestar de personas, aún con eventos culturales o conciertos de artistas famosos. Ese fue el partido más emocionante de mi vida.  

Autor