Desde adolescente lo había oído mencionar, recuerdo cuando leí su libro Hombradas que me gané en un concurso. Pasó el tiempo y cuando a la par de colaborar para la radio me inicié en los quehaceres del periodismo, tuve la suerte de contar con su ayuda valiosa. Corría el año 1980 y con el nacimiento del diario Cinco de Septiembre hice mi despegue en estos quehaceres. Llegó el momento en que Andrés se jubiló – fue fundador del periódico Vanguardia y más tarde subdirector del diario Cinco de Septiembre – y por sus amplios conocimientos fue llamado por la radio para escribir el guión de Sendero H, desde entonces y hasta la fecha dirigido por mí. Fue mi oportunidad de retribuirle al reconocido periodista de la prensa escrita, esta vez con mis conocimientos acerca de la prensa radial.
Andresito, hombre de talento y 44 años de experiencia, enseguida supo readecuar su lenguaje escrito al hablado. Gracias a esa labor continuada que viene realizando varios años, la radio en Cienfuegos sumó a sus filas a un cienfueguero culto y laborioso. Esa pasión que desarrolló con plenitud en el periódico, hoy la vuelca en la radio a la par que continúa como escritor, desde el año pasado esmerado también en su libro “Contar de Cienfuegos” relacionado con la historia local.
Nos encontramos a menudo, y en una ocasión le pregunté qué representa para él hacer ahora radioperiodismo histórico.
– Tuve que acostumbrarme. Tú como director de programas te diste cuenta que al principio tenía parlamentos muy largos, no hacía frases cortadas, había muchas subordinadas, estaba acostumbrado al periodismo escrito desde hacía muchos años. Al comenzar esta nueva faceta en 1997, a finales, empecé con Sendero H hasta hoy que sigo colaborando, y después se incorporó Huellas, que es el comentario de una de las efemérides del día.
¿Cuándo empezaste a escribir Huellas?
– A partir del 2002, me parece. Quizás un poquito antes, es posible. Y te digo que me tuve que acostumbrar a escribir de otra manera, el periodismo radial que es más ágil, menos parlamentos largos, tener en cuenta la música que lleva de fondo, realmente me tuve que adaptar.
¿Qué piensas del radioperiodismo histórico desde tu experiencia personal?
– Pienso que sobre todo ésta es una labor de mucha búsqueda, de trabajo, eso de lograr resumir en seis u ocho líneas una efeméride del día. Es, primero, una labor de búsqueda constante, a veces angustiosa, pues tienes días del año en que apenas encuentras qué ocurrió. Luego adaptar eso al lenguaje de la radio.
¿Te satisface hacerlo?
– Claro que sí, en esa búsqueda he descubierto muchas cosas interesantísimas. Además, tienes que ser creativo, no puedes escribir igual de un año para otro, a veces la efeméride es la misma, pero no se escribe igual, se le buscan nuevos enfoques, nuevos puntos de vista, tienes que investigar y recrearlo todo. Hay que comentar desde distinto ángulo determinada fecha. Eso me consume mucho tiempo.
¿Pudieras decir que prácticamente todo el tiempo?
– Creo que sí, es que estoy leyendo algo, encuentro un dato interesante y enseguida pienso en el programa, tomo nota, a veces no es la fecha, pero tengo que anotar para luego aprovechar lo hallado.
¿Cómo haces?
– Le hago una ficha a las notas. Cada vez que encuentro algo hago una ficha y la clasifico para su momento. Así me pasa, siempre estoy pensando en eso, buscando siempre la manera de acopiar materiales para que el oyente tenga algo nuevo, algo interesante que recordar y conocer qué se celebra.
¿Qué consideras que te haya aportado la radio como periodista que eres?
– Me ha aportado mucho, pues me doy cuenta de que los radioyentes son personas más acuciosas, parece que es porque les gusta el medio y encuentran en la radio un periodismo más ágil, más dinámico, y así hay que escribírselo. En el periódico siempre fui editorialista, comentarista, tenía a cargo columnas del periódico, todo lo contrario de la radio, son matices mucho más breves, y eso me ha servido para la agilidad, para conocer a muchísima gente que aunque no me doy cuenta voy por la calle con mi esposa y me saludan y me dicen: oye, qué buena la nota de hoy, qué interesante. Me doy cuenta de que la gente lo aprecia, y eso es muy bueno. En el periodismo escrito no tuve esa experiencia. Aquí me encuentro todos los días con mis oyentes y eso me satisface en lo personal.
Sé que también has escrito dramatizaciones para la radio.
– Sí, en un aniversario cerrado del 5 de Septiembre hice un serial, incursioné en eso y los actores hicieron las escenificaciones de los capítulos. Cuando se grabó el capítulo final para luego ponerlo en la radio, experimenté una emoción que jamás había sentido en el periodismo. Y quiero decirte que junto con los actores, el parlamento final era muy arriba, los mismos actores aplaudían, aunque así lo pedía el guión, pero además, les salió, muchos se emocionaron y yo también. Es la primera vez que he incursionado en un género que me toque tanto la sensibilidad. La radio me ha enseñado muchísimo y me ha servido de satisfacciones personales.
¿No te parece que aquel serial fue en sí un trabajo periodístico con una óptica diferente?
– Seguro que sí, Fue un trabajo periodístico al que se le aplicó la dramaturgia, y eso es una experiencia muy interesante. Es el periodismo visto de una manera más sensible, más emotiva. Es un periodismo vivo. Y con eso me doy cuenta de que el periodismo es inagotable.
¿Por qué no me hablas un poco de tu libro Hombradas?
– Es un libro de crónicas y a la vez testimonial. Son entrevistas en toda la antigua provincia de Las Villas en medio de aquella gran Batalla de los Cien Días de Esfuerzo en el trabajo voluntario. Visité todos los campamentos y entrevisté a centenares de personas. De ahí salieron esas crónicas que indudablemente son testimonios valiosísimos. Por eso se me ha hecho difícil ubicar ese libro como crónica o testimonio. Ese fue mi primer libro. El segundo fue el del Escambray, un poco más maduro, fue cuando se iniciaron las obras en el Escambray, las carreteras. Ese otro libro es un reportaje y lo titulé El Escambray en ascenso.
En el año 2009 Andrés fue nominado por cuarta vez para el Premio Nacional de Periodismo “José Martí”, realidad que representa para él, con su modestia característica, un gesto de la bondad de sus compañeros. Considera como un honor inmenso los colectivos donde ha trabajado lo hayan propuesto para ser nominado, distinción que para él – como martiano – tiene una trascendencia enorme, ya solamente por el nombre que lleva.
Algo que siempre recomienda a los nuevos profesionales, que nunca dejen de estudiar y vincularse mucho con el pueblo. Cuando se hace un trabajo hay que ir al obrero, a la gente simple, ahí está el secreto de un buen trabajo periodístico, para que el trabajo que hacen y la vida, siempre vayan por un mismo camino.
Andrés continúa su labor, esta vez como guionista. La radio sumó a sus filas a un periodista de prensa plana que piensa que realizar su tarea no es un trabajo, sino volcar la vida a algo que ama.