Elvis Gil: Prensa de lealtad y compromiso

Este joven de 36 años de edad lo hace en medio de un escenario desafiante, difícil, cuando «Venezuela recibe una de las mayores agresiones en 200 años de soberanía».

Sin embargo, para Elvis esta misión profesional es una de las mayores oportunidades para crecer, para hacer más por el legado de Chávez y Venezuela, oportuna ocasión para dar más por su Cuba querida y por ese modelo de prensa comprometida e inquieta que anida en el espíritu de este hijo de San Nicolás.

Aproveché para felicitarlo por el Día de la Prensa cubana. Fue entonces cuando lo hice viajar en el tiempo con algunas preguntas que repasaron momentos de su vida, instantes que lleva prendidos en su recuerdo, para siempre.

Con algo de timidez, me contó de sus inicios en Radio Cadena Habana y de ahí, en 2007, sobre su paso definitivo a Radio Rebelde, la emisora de la Revolución, donde permanece anclado defendiendo nuestra cotidianidad a través del éter.

Retornó en sus letras a aquellos tiempos cuando recorría la otrora Habana de una punta a la otra, y penetraba cualquier punto cardinal en geografías insospechadas para entrevistar lo mismo a un campesino que a un machetero, en un ejercicio que para él «implica un compromiso con la verdad y sus protagonistas».

Nada casual es su presencia en un país «que le ha robado el alma». El azar no define su estatus de internacionalista. Está en la tierra de Chávez por sus méritos de Vanguardia de la Radio por Rebelde, ganador en dos ocasiones del Gran Premio en el Concurso de Periodismo Primero de Mayo, Premio en el Concurso Nacional de Periodismo 28 de septiembre y Mención en el 26 de julio de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC).

Tres veces mereció el principal galardón en el Concurso Nacional de Periodismo Azucarero y obtuvo el Premio del Barrio de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR).

En el ámbito provincial muestra varios galardones en el Concurso Juan Candelario Bacallao. Logró por primera vez en la provincia, la condición de mejor periodista joven y posee múltiples reconocimientos de la UPEC.

Desde que se fundó la provincia de Mayabeque, hace casi dos lustros, cada palabra que viene de Elvis Gil deja ver una entrega fraguada por entero en su amor por «el mejor oficio del mundo», como definiera Gabriel García Márquez, al Periodismo.

A su intensa vida y rango profesional se adhieren otras responsabilidades en el Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas y como Delegado a la Asamblea Provincial del Poder Popular.

Mientras leía cada una de sus oraciones hilvanadas con modestia, percibía la perseverancia y dicha que lo habitan por estar precisamente ahora en Venezuela, en tiempos donde en América Latina no se baja la cabeza.

Casi al despedirnos, me ratificó con su sentido admirable de lealtad, que vive cada suceso con una intensidad tremenda, que Cuba puede confiar en él, en sus hondos deseos de seguir haciendo Periodismo, aún en las horas y condiciones más adversas.

Nos dijimos adiós, y aunque intentó controlar el ave de marras; ese gorrión que nos sacude cuando estamos lejos de la Patria, no pudo evitar abrir sus horizontes sentimentales para contarme la nostalgia por Paulina, su madre adorada, quien aguarda por él cada día, cada hora, a cada instante en San Nicolás, a sabiendas que la vida no cuenta los pasos que damos, sino las huellas que dejamos.

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