No sé por qué sucede esto, pero casi siempre quienes no quieren hablar de sí mismos son los que tienen algo interesante que contar. Lo confirmé todo cuando conversamos aquella calurosa mañana, y la plática nos sorprendió pasado el mediodía. De las historias reveladas por él me dispongo a publicar algunas relacionadas con su vida en el radioperiodismo.
AC: Al principio de conocerte supe que habías sido maestro. Por eso me asalta una duda: ¿Pasaste del magisterio al periodismo?
MV: Es casi al revés de cómo tú dices. Llegué al magisterio después de estar en el periodismo. Mi aspiración primera fue ser abogado; entré a la Universidad con mil trabajos, como le sucedía a un pobre en esa época, pero mi papá se enferma, no había Revolución y tuve que dejar de estudiar para trabajar y mantener a mi mamá y a mi hermana, ¡y mantenerme yo! ¿Qué sucede entonces? Por suerte también porque conseguir trabajo en aquel momento no era fácil, pero algunos amigos míos lograron que el dueño de la tienda de ropas El Siglo me diera trabajo. Siempre desde que estuve en el Instituto tuve la idea de participar en los periódicos estudiantiles, sinceramente, no porque me interesara mucho el periodismo en aquel momento, sino porque me interesaba participar en la vida estudiantil y los periódicos eran una vía para eso. Entonces teníamos el periódico. Finalmente un día creamos en la antigua emisora CMHJ una radio-revista que se llamaba “El Estudiantado Habla”, donde estaba Esteban Suárez, que después fue locutor de radio, Alberto Farray, Glauco Duque y yo. Nosotros teníamos esa hora en la radio, que era comprada para ese espacio.
AC: El nombre de Alberto Farray me hace recordar a Sergio Farray, quien fue locutor de Radio Ciudad del Mar y de Radio Cadena Habana. ¿Te referías a Sergio, entonces?
MV: Me refiero a Alberto Farray, tío de Sergio.
AC: Gracias por la aclaración.
MV: Y mencioné también a Esteban Suárez, que aparece en la historia de nuestra radio porque fue durante mucho tiempo locutor de Radio Cienfuegos. Algo que debo decirte es que aquella hora en la radio no la manteníamos con espíritu económico, no era para ganar dinero, sino para hablar de la vida estudiantil y también enfrentar algunas cosas que pasaban en esta ciudad y que los estudiantes criticábamos.
AC: ¿Cómo se las ingeniaron para mantener aquel espacio en una radio privada?
MV: Para pagar nuestra hora radial les vendíamos anuncios a los comerciantes. No recuerdo exactamente cuánto pagábamos, pero nos daba para eso y poner algunos anuncios nuestros del “El Estudiantado Habla”, para la autopromoción como revista juvenil al servicio de las causas populares.
AC: ¿En qué año salió al aire aquel programa?
MV: Eso fue alrededor de 1948, por ahí…, un poquito más o menos.
AC: Pero tengo noticias de que también escribías…
MV: Así fue. En aquel tiempo, a la par entonces, a través del periodista Roberto González Quesada, que era jefe de información del periódico El Comercio, empiezo a escribir una sección titulada “Retablo Estudiantil”, que yo firmaba con el seudónimo de “Estudiantico”. Ahí escribía sobre cuestiones sociales de los estudiantes, de la ciudad, protestas estudiantiles, bueno, era algo diverso que salía casi todos los días. ¿Qué pasó? Que eso era un poco anónimo, ¿no?, pero una muchacha descubrió que yo era quien escribía y entonces me dijo: “¿Tú sabes que yo tengo recortados todos los retablos estudiantiles de alguien que se oculta ahí para hablar, y yo creo que eres tú?” Desde entonces decidí no escribir más con el seudónimo y empecé a firmar con mi propio nombre. Esa fue casi la primera vez que el nombre mío sale en la prensa.
AC: Y en cuanto a la radio, ¿hubo más por aquel tiempo?
MV: Por la década de los 40s comencé a escribir comentarios estudiantiles para la CMHJ de Cienfuegos, y que una vez a la semana salían por Unión Radio, pues la CMHJ pasó a ser filial de esa otra emisora que tenía alcance nacional. Y fíjate, Cadalzo, que tuve el honor, de que el profesor Arnaldo Díaz Pérez publicara en La Correspondencia un comentario acerca de mis escritos, diciendo que estaban muy bien, que escuchaban muy bien. En aquella época Arnaldo no era todavía amigo mío; había sido mi profesor en el Instituto de Segunda Enseñanza, pero no teníamos relaciones de amistad.
AC: Entonces imagino que emprendiste nuevas actividades en este quehacer…
MV: Sí. En 1951 comienzo como corresponsal en Cienfuegos de “La Voz del Aire” de la CMCX, del Palacio Blanco de La Habana, que tenía un Noticiero ya de carácter nacional. Hoy guardo como recuerdo los carnés de esos años. A la vez me entero de que existía una Federación Nacional de Corresponsales Voluntarios de la cual yo no oía hablar mucho, que radicaba en la antigua provincia de Oriente. Escribí allá solicitando mi ingreso, diciéndoles de la emisora que yo era corresponsal y entonces me admiten y paso a ser el número 115 de los corresponsales voluntarios del país. El secretario de aquella Federación de Corresponsales Voluntarios de Cuba era Sarmiento, reconocido periodista en el país. En aquel tiempo también colaboré para el periódico La Correspondencia y otras emisoras locales. Hubo dos espacios radiales de matiz político que yo dirigí, que fueron “La Voz de la Ortodoxia”, por la CMHJ y “La Tribuna Ortodoxa” en Radio Tiempo, que pensando en aquello de una revista al servicio de las causas populares también le llamamos a ese segundo programa “Tribuna Juvenil al Servicio de las Causas Populares”. Desde ahí se hacía periodismo, radioperiodismo, un periodismo partidista, orientado hacia la doctrina política de Eduardo Chibás y del Partido Ortodoxo.
AC: Manolo, en todo ese camino recorrido por ti el tiempo fue transcurriendo; me dijiste que eso fue por los años 50s, así que finalmente triunfó la Revolución. Quisiera conocer de los comienzos hasta hoy en esta nueva etapa de la historia cubana.
MV: Pues triunfa la Revolución y continúo colaborando con la prensa. A petición de la dirección de la Revolución en Cienfuegos me piden que colabore con Radio Rebelde. Comenzaba Rebelde su labor, era su directora la compañera Vilma Espín, que le había acabado de entregar a Más Martín la dirección de la emisora, y allí comienza mi presencia en una emisora nacional de modo permanente. Me mantuve en Radio Rebelde durante toda aquella época. Tiempo después desapareció el noticiero “Información Política” y entonces Rebelde empieza a transmitir “El Rápido de las Siete en Punto”, que necesitaba noticias muy breves. Yo, desgraciadamente, en esa época me caracterizaba por no tener la brevedad que tengo hoy, pero hay una persona en la radio de Cienfuegos que me ayudó muchísimo en eso: Alcides Cuesta Suárez. Ese poder de síntesis para decir en dieciséis líneas muchísimas cosas. El me entrenó en eso, cogía mis trabajos, me sugería cambios, y eso me ayudó a consolidar mi trabajo en Radio Rebelde.
AC: Y de tu labor como maestro, ¿qué me puedes decir?
MV: Al triunfo de la Revolución yo había estudiado en la Escuela Normal de Maestros, era uno de los maestros sin plazas y se crea aquella idea genial de Fidel de comenzar con los maestros a medio sueldo para que todos tuviéramos oportunidad de trabajar, y que fue el inicio de la Revolución Educacional en este país. Entonces simultaneaba con el periodismo; por eso, como te aclaré al principio, no sé decirte dónde comienza el Varela periodista y dónde comienza el Varela maestro y se armó una liga ahí que me ha confirmado en el pensamiento sobre esta simbiosis lograda. El periodista tiene mucho de maestro, y el maestro debe tener mucho de periodista para llevar a los alumnos los conocimientos de forma amena y directa. Así fue hasta que me jubilé como maestro, pero sin dejar el periodismo.
AC: ¿Qué pasó cuando te jubilaste del magisterio?
MV: Al jubilarme de maestro había pocos periodistas, y colaboraba lo mismo para Radio Rebelde que para Radio Reloj, como Radio Ciudad del Mar. Hoy no es así, hay muchos jóvenes recién graduados, una cantidad de nuevos profesionales que han surgido, que son muy preocupados y muy capaces, y traen eso nuevo que identifica a la juventud.
AC: ¿Y…?
MV: Jubilado, tras 34 años de trabajo, ya Radio Rebelde tenía a Mireya Ojeda, quien con el período especial, como muchos otros compañeros y compañeras, pasaron de la prensa escrita a la prensa radial. Fue cuando pensé retirarme de Rebelde, jubilarme a tiempo completo, como dice la gente “retirarme de verdad”, pero la vida le depara a uno muchas sorpresas; en aquel momento me llamó el compañero Manuel Menéndez Castellanos, entonces Primer Secretario del Partido en la provincia de Cienfuegos, quien siempre fue muy atento conmigo y me dijo: “¿quién le dijo a usted que va a jubilarse del periodismo? ¡No, hombre, no! Mire, Radio Progreso no tiene corresponsal en Cienfuegos, hace falta que Cienfuegos esté en todas las emisoras del país y hace falta que usted sea el corresponsal de Progreso”. Yo le dije: “Secretario, a mí en Progreso nadie me conoce, ¿qué pinto yo allí?”. Bueno, pasó aquello y como a los tres días me dicen que él quería que fuera a su oficina, y cuando me reúno con él me dijo: “Mire, dice Viñas Alfonso que si usted no recuerda que él fue jefe suyo en Radio Rebelde, y que ahora está en Progreso como jefe de información. Estos son los teléfonos y mañana usted comienza a enviar informaciones. Me dijo Viñas Alfonso que él no tiene que darle explicaciones, que usted sabe cómo se hace eso”.
AC: Entonces no te jubilaste, como me decías, “a tiempo completo”, pero la confianza que depositaron en ti fue un estímulo mayor que estar sentado en casa.
MV: Esos detalles representan mucho para un ser humano. Son cosas que no están en ningún diploma, pero que lo estimulan a uno a continuar trabajando a pesar de la edad. Y lo mismo con los corresponsales de Rebelde como con los de Progreso me llevo de maravillas, ellos tienen muchas deferencias conmigo, todos los años el día de los padres me llaman, lo mismo que a fin de año y no se les olvida mi cumpleaños, aunque no fuera a cumplir 80 como ahora, y eso estimula. Cuando de Progreso me llaman para darme instrucciones, lo hacen con una delicadeza que tal parece que me están pidiendo un favor, cuando es un deber mío, ¿no? Es mi deber laboral.
AC: Me gustaría que hables de esas otras tareas que realizas y que complementan tu actividad como periodista.
MV: Desde hace un tiempo trabajo con el Gobierno en Cienfuegos para apoyar la divulgación de los municipios; también colaboro con la dirección de Cultura municipal para divulgar actividades, pero más la cultura comunitaria que la del espectáculo, o sea, lo que se hace en las comunidades, que no tiene mucha promoción y son extraordinarias, cosas interesantes en los barrios que no se conocen. También voy al programa “Con Todo Detalle” de Radio Ciudad del Mar, para hablar actividades culturales.
AC: Varias veces he entrado a tu Blog.
MV: De informática y esas cosas no conozco mucho, pero ante la necesidad de que la verdad de Cuba se conozca, pues yo tengo mi Blog “Brújula al Sur”. ¿Por qué ese título? Porque la brújula de la Revolución, de la felicidad, de las realizaciones indica al Sur, no al norte. Lo hago con muchas dificultades, pero ya estoy incursionando también en las Redes Sociales, eso es poco a poco. Ahí quiero hablar de la realidad de Cuba a partir de mis propias experiencias, de hablar de los avances de este país tomando como referencia lo que he vivido. Cómo es que hoy todo el mundo puede estudiar y realizarse.
AC: Como hombre de radio, ¿qué puedes decir a tus colegas?
MV: Lo primero es decirles que no se sientan a menos por ser trabajadores de la radio pues para mí, con perdón de los demás medios, la radio es la que llega más lejos, cuando la gente descansa en la cama, cuando se están bañando, en todo momento. La gente va con su radio receptor a todas partes. A ver, que me digan… ¿qué otro medio puede hacer eso? La televisión y el periódico claro que son importantes; la televisión es impactante, pues la mayor cantidad de conocimientos se reciben por la vista, y esas cosas quedan en los archivos mientras la radio es efímera; haces un trabajo hoy y posiblemente desaparezca a las pocas horas, no conozco mucho de eso, pero me parece que los archivos de la radio no son tan eficientes que digamos, y desaparecen muchos trabajos valiosos, como por ejemplo entrevistas. Y les digo a mis colegas de la Radio que este medio ha sido el baluarte mayor para hacer todas las revoluciones en el mundo.
AC: Por último, un consejo a los nuevos radialistas y aquellos que piensan algún día serlo.
MV: Que es bueno que la Radio se convierta en educativa, pero que piensen que requiere un lenguaje directo. No se puede rodear mucho ni tratar de embellecer mucho las imágenes porque entonces se pierde el mensaje fundamental. No digo que no se use un mensaje bello, pero con el propósito de que la idea central esté ahí. A veces yo mismo lo escucho y pregunto qué me dijeron. No es como el periódico que puedes volver al párrafo anterior. Para mí en la Radio no se puede hacer literatura informativa. Hay algunos espacios para eso, pero no hay que ir a los noticieros a hacer Literatura, para eso hay sus espacios, la forma noticiosa tiene que ser directa para que el mensaje llegue y quede en el corazón de la gente. Y al que no le guste la Radio, que cambie de trabajo y deje ese espacio a otro que sí le guste porque como en todos, hay que hacerlo con amor. Quien no sienta amor por la radio jamás será ni un buen radialista, ni un buen periodista de radio.
AC: Muchas gracias, Manolo, por darme la oportunidad de entrevistarte y te deseo un Feliz Cumpleaños, siempre junto a nosotros tus compañeros y compañeras del radioperiodismo.
MV: Gracias a ti también y al Portal de la Radio Cubana en Internet. Un abrazo.