Oscar Ramón Viñas Ortiz: Un comunicador que abraza la historia

Productor o realizador de 7 documentales en vídeos promocionales. Director e ilustrador de 2 boletines informativos. Autor del diseño de nueve logotipos oficiales y seis canceladores de sobres del Primer Día del Correo Nacional de Cuba.

Ha sido acreedor de múltiples y altas condecoraciones y reconocimientos otorgados por el Estado cubano y otras instituciones nacionales y extranjeras.

Miembro activo de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales donde ha desempeñado una intensa
labor, ocupando importantes responsabilidades en su territorio que han tenido una trascendencia nacional a cuyo nivel se le reconoce y respeta por los resultados, así es Oscar Ramón Viñas Ortíz.

El Colegio Nacional de Locutores:

PONENCIA DE OSCAR RAMÓN VIÑAS ORTIZ EN ENCUENTRO CIENTÍFICO DE LOCUTORES CUBANOS

La primera Asociación de Radio Locutores que se hizo en Cuba fue la de Camagüey, constituida oficialmente el 20 de octubre de 1935 en la finca “Siete palmas”, de esa provincia.

La constitución de la Asociación de Locutores de Camagüey significó un magnífico ejemplo a seguir por otras provincias, ya que inmediatamente se dio a conocer su existencia, no sólo por la radio, sino por la prensa escrita.

Los primeros pasos para crear una Asociación de Locutores en la provincia de La Habana se dieron cuatro años después, en 1939, según un testimonio escrito por Antonio Castells, quien fuera la persona elegida en el año 1940 como Presidente del embrión de una “Unión Nacional de Locutores de Cuba”, en una reunión “nacional”, a la que asistieron solamente 5 delegados de la capital.

Evidentemente, aquella Unión Nacional, que nunca fue nacional, ni tampoco logro unir a los locutores, ni siquiera de la capital de la República, fue decayendo nuevamente, pero creó una base, una creando una conciencia de clase en lo locutores que conocieron de su existencia y sentó las bases para concurrir, años después, a la ciudad de Camagüey, donde existía una fuerte Asociación de Locutores que promovió la necesaria colegiación en todo el país.

Tras la presidencia que José Antonio Alonso asumió en 1941, fue electo Modesto Vázquez y una nueva etapa comenzó con un trabajo más activo de la “Unión Nacional de Locutores” que decidió constituir una Comisión Gestora para la celebración de un Primer Congreso que dejara oficialmente constituido un Colegio Nacional de Locutores.

En esa reunión, celebrada en los primeros días de octubre de 1946, participaron los locutores camagüeyanos Vicente A. Romeo Pérez y Alfredo Rodríguez Telford, en representación de la Asociación de Locutores de Camagüey, que ya tenía 11 años de experiencias.

La Comisión Gestora aprobada tenía como Presidente al propio Modesto Vázquez; Elio Oliva, Tesorero; Enrique Rodríguez como Secretario; y como vocales: Luis Romero Canales y Gabriel Tremble.

Después de adoptar numerosos acuerdos la junta directiva nacional tomó posesión de su cargo el domingo 2 de marzo del propio año 1947, a las 10 de la noche, en una ceremonia que se llevó a cabo en los salones cedidos por la Asociación de Reporteros de La Habana, donde prestó juramento el Decano Modesto Vázquez González, recién electo en Camagüey, que seguidamente informó de los proyectos de la Junta de Gobierno para la lucha contra el intrusismo profesional, la creación de una Escuela Nacional de Locutores, así como por el retiro de todos los que trabajan frente a los micrófonos.

Hay que decir que la nueva Junta de Gobierno inició un activo trabajo en promoción y logró el nombramiento de dos delegados del Colegio Nacional en los Tribunales de Exámenes para locutores, así como la discusión y aprobación de un proyecto para crear la Escuela Nacional de Locución.

De igual forma, se discutieron y aprobaron tarifas mínimas para el pago a locutores, las que se presentaron al Ministerio del Trabajo para su futura aprobación, y se logró la firma de Convenios de Trabajo con las emisoras radiales.

Apenas transcurridos unos días de haber sido constituido el Colegio Nacional de Locutores, se acordó por su Junta de Gobierno llevar a cabo un festival nombrado “Microfonito invita”, con el doble propósito de recaudar fondos para el establecimiento de un local social, muebles y enseres del mismo y, a la vez, hacer sentir en la opinión pública el peso de la nueva organización mediante la intensa propaganda que se realizaría.

Una vez nombradas las correspondientes comisiones de trabajo, comenzaron los preparativos y se consiguió el amplio terreno y edificio del Parque Juvenil “José Martí”, frente al malecón habanero, y con la ayuda del ejército y la Compañía Cubana de Electricidad, se hizo un extraordinario trabajo de iluminación en todo aquel extenso espacio.

A ese festival se le bautizó como “Microfonito Invita” y diariamente, a través de miles y miles de receptores de radio, se repetía la invitación a todo el pueblo para participar con entusiasmo en este grandioso festival donde podían conocer y compartir sus alegrías con los más reconocidos locutores de todo el país.

Los Colegios Municipales de interior de la República colaboraron de acuerdo a sus posibilidades y se organizó un concurso para estimular a aquellos que más papeletas pudieran vender. Los honores fueron compartidos entre Eva Vázquez, actriz y esposa del locutor Carlos Badías y Adriana Tamayo Suárez, vocal de la Junta de Gobierno, en la rama femenina. Entre los varones, el record de venta de papeletas lo estableció Germán Pinelli, Presidente del Colegio Municipal de Marianao, seguido por Luis Aragón, quien fuera miembro de la primera Junta Directiva.

La noche del 3 de junio de 1947, apenas 5 meses después de celebrado el Primer Congreso de Locutores, marcó record en la asistencia del público al primer evento organizado por la recientemente elegida Junta de Gobierno, donde pudieron disfrutar, no sólo de la compañía de locutores y actores de reconocida popularidad, sino de otras opciones recreativas propias de la época.

La Segunda Reunión o Asamblea Nacional de Delegados se efectuó en la Capital de la República el 20 de marzo de 1948, para analizar la marcha del trabajo social, una vez por año, como establecían los Estatutos.

La Junta de Gobierno del Colegio Nacional de Locutores, aprobada para el bienio 1947-1949, logró con el Gobierno de la República solamente una parte de las utilidades que generaban los sorteos de la Lotería Nacional y en el año 1950, recibió la suma de 25 mil pesos y logró, además, la donación por parte del Gobierno Municipal de un terreno situado en la calle 26 y línea del ferrocarril, en las Alturas del Vedado; muy próximo a la Fuente Luminosa de Vía Blanca y Avenida de Rancho Boyeros, para la edificación de un local social y campo deportivo.

Tal y como establecían los Estatutos, el Congreso Nacional se efectuó en La Habana, el 27 de marzo de 1949, coincidiendo con la Tercera Reunión o Asamblea Nacional de Delegados.

En la mañana de ese día se efectuó una ceremonia para colocar la primera piedra de lo que sería el edificio social de los locutores cubanos, en los terrenos la finca “La Ciénaga” que había cedido el ayuntamiento de La Habana. La primera paletada de cemento sobre la piedra la colocó el Alcalde de La Habana, Nicolás Castellanos, y una segunda la efectuó el Decano Modesto Vázquez, quien explicó las características del edificio que se proyectaba construir  y la trascendencia que para los locutores cubanos tenía esa fabricación que serviría “de crisol donde se fundan aún más los férreos lazos de solidaridad de la clase locutora cubana”.

La obra contemplaba un edificio con un área de fabricación de 500 metros cuadrados, con cimientos y columnas apropiadas para una posterior segunda planta, donde se instalaría un teatro y un gran salón de actos.

En la planta baja que comenzaba, se construiría un vestíbulo, el Decanato, un salón biblioteca, las oficinas del Ejecutivo Nacional, un salón para albergar al Colegio Municipal de La Habana, un salón de recreo, un salón dormitorio para albergar a los colegiados del interior de la República que transitoriamente fueran a la capital, un cuarto para el conserje y dos grandes cuartos con duchas y taquillas para hombres y mujeres.

En un extremo se instalaría una barra y un amplio pasillo circundaría la edificación para ofrecer descanso al aire libre. El terreno, convenientemente cercado, llevaría un campo de basketball, una cancha de front tennis, aparatos gimnásticos y un pequeño parque infantil.

La experiencia adquirida por los integrantes de la Junta Directiva había dado sus frutos y se vislumbraban nuevos logros.

En horas de la tarde se realizaría la III Asamblea Nacional y así se describió ese día en la página 37 de la revista “CENTENARIO” bajo el título de “2das. Elecciones Nacionales”:

En esta oportunidad la Junta de Gobierno quedó elegida así: Modesto Vázquez González, Decano; José Antonio Estruch Covarrubias como Primer Vice Decano; José Alberto Iñiguez Ceballos, Segundo Vice Decano; el Dr. Octavio Fernández Borges como Secretario de Actas y Correspondencia; Vice Secretario de Actas y Correspondencia, Carlos M. Torres García; como Secretario de Finanzas resultó electo el Dr. Eusebio Quintana Betancourt y Fredesvindo Otero Cabral como Vice Secretario de Finanzas. Como Secretario de Trabajo, René Díaz Pichs y como Vice Ramón Alvarez Viejo. El Secretario de Organización resultó José A. Cepero Brito y como Vice Arsenio Abilio Felipe. En esta oportunidad, resultaron elegidos como Vocales: Roberto Vázquez González, Adriana Tamayo Suárez, Dr. Ulderico Hernández Hernández, José Vila González, Amos Keeling Fernández, Carlos Garate Quiñones, Eusebio Valls Gómez, Enrique Alzugaray Olivera y Juan Abel Adán Rodríguez (Juvenil Adán).

La celebración del Segundo Congreso Nacional de Locutores sirvió para incrementar el número de Colegios Municipales en todo el país, ya que existía una dirección nacional consolidada desde el año 1947. Así se hicieron elecciones municipales y se eligieron los directivos a ese nivel para el período 1949-1951.

También en el año 1950, se aprobó por el Senado de la República la Ley de Retiro de los Locutores, Artistas, Empleados y Obreros de la Industria y el Comercio de la Radio Nacional, gracias a las gestiones iniciadas con anterioridad por la Asociación de Radiolocutores de Camagüey y apoyada entonces por el Colegio Nacional.

Con este asunto pendiente de aprobación por la Cámara de Representantes, los locutores obtuvieron distintas resoluciones tendientes a aclarar la exigencia del título en todos los casos de animaciones, narraciones, y otras.

También se estableció una reclamación ante el Ministerio de Comunicaciones por el intento, apoyado por el Colegio de Periodistas de Cuba, de invadir el campo de la locución por la pretensión de algunos periodistas en actuar como locutores en entrevistas y otros trabajos orales que salían al aire.

En la revista “CENTENARIO” se dice que en este segundo período de gobierno, un representante del Colegio participó en un seminario de la ONU, organizado por la UNESCO, en el que Cuba planteó la conveniencia de crear una Unión continental de locutores, lo cual fue acogido con beneplácito, ya que en diferentes países de Latinoamérica se estaban constituyendo asociaciones y colegios semejantes.

A los efectos de consolidar el trabajo en ese sentido, el Colegio Nacional de Locutores de Cuba propició encuentros con locutores de México, Panamá, Venezuela, Colombia, Guatemala, Puerto Rico, Argentina y Estados Unidos.

Estos pasos serian decisivo para la futura creación de una Asociación Interamericana de Locutores, que se materializó el 27 de julio de 1952, en México.

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