Santiago Álvarez: Radio y Cine

El encuentro alienta la promoción de obras dedicadas a temas centrales del mundo contemporáneo y a la reflexión sobre el papel del género documental en nuestra época. Este año el certamen rinde homenaje Chile y a su cantautor Víctor Jara.

El  Festival pretende que se conozca todo lo bueno que se hace en el mundo y en Cuba con respecto al documental·. El objetivo de la Oficina Santiago Álvarez, que dirige Lázara Herrera, “es seguir trabajando para que el documental recupere el lugar que le corresponde atendiendo a   que  hay grandes documentalistas que han sido olvidados; nosotros tenemos la responsabilidad de que los jóvenes conozcan su obra”,

En esta ocasión se recibieron 234 documentales realizados en más de 45 países, entre los cuales destacan Cuba, Venezuela, Argentina, Chile y Brasil. De ese total, se contabilizaron 171 obras producidas en Latinoamérica, y España resultó ser el país europeo con más documentales inscritos en el certamen: con un total de 46 títulos.

Los documentales que compiten en este Festival se caracterizan por abordar temas sociales y políticos.

Desempolvo apenas un fragmento de una larga entrevista que le hiciera  a Santiago Álvarez, nuestro extraordinario  documentalista y hombre revolucionario del cine cubano,  un día inolvidable de intercambio de opiniones y confesiones donde aprecié dos entrañables pasiones en Santiago Álvarez: la Radio y el Cine.

No hay nada más parecido al documental que Usted.

– He descubierto que el cine documental en sus estructuras, sobre todo el que yo realizo, tiene una especificidad especial en el elemento dramático. De ahí que yo clasificara este estilo de cine documental con el nombre de documentalurgia, lo mismo que hay dramaturgia.  Yo utilizo mucho la ironía y la sátira en todos mis documentales y todos tienen el sello del humorismo porque creo que la vida está llena de momentos humorísticos.

Evidentemente usted es un apasionado de la Radio.

– Lo soy porque ella transmite imágenes que van a componer una idea cinematográfica.

santiago-alvarez-icaic¿Escucha Radio?

– Me paso las madrugadas tratando de captar todas las ondas cortas que existen en el mundo y conozco muchísimos programas.

Es un disfrute total.

– Lo mismo que la lectura. Yo gozo mejor leyendo una novela que viendo una película, porque en la novela la imaginación vuelve a ser creativa mientras que en la película la imaginación está hecha, no es nueva, y bueno, allá aquellos que gozan mejor los filmes, yo me quedo con una buena novela.

Sin embargo usted es de cine.

– No nací cineasta, ni artista; yo me hice cineasta y me hice artista trabajando. El trabajo es el que ha hecho posible que esa vocación de periodista cinematográfico, que he tenido durante toda mi  vida, se pudiera desarrollar y proyectar en la forma que ha sido. Es decir, seiscientos noticieros han sido realizados directamente por mí y cerca de ciento veinte documentales, que se dice fácil pero que es trabajo.

Anterior a su ingreso al ICAIC ¿dónde trabajaba Usted?.

– Es importante la pregunta que me haces, Roberto, porque ahí vas a poder descubrir, como lo descubrí yo en su momento oportuno, que gracias al entrenamiento que tuve en la CMQ como musicalizador de programas radiales y de televisión, pude entender mejor estas dos pasiones de mi vida: la Radio y el Cine. Es decir, en CMQ se recibían discos, materiales grabados sonoros y mi trabajo consistía en clasificar esa música para que después pudiera ser utilizada en secuencias dramáticas y humorísticas o de otro tipo dentro de los programas radiales y de televisión.

Hacía una edición de cortes dramáticos.

– Efectivamente. Y por lo visto semejante entrenamiento en la clasificación de la música me llevó a captar momentos creativos a través de imágenes auditivas.

¿Qué recuerdos de la infancia se mantienen presentes en Usted?

– Yo he sido muy politizado desde pequeño. Mi padre fue anarquista y eso me hizo a mí seleccionar políticamente hechos que iban a marcar mi propia vida. Yo a la edad de 15 años, más o menos, inicié una hora de radio por la CMBN y después por la CMBZ, Radio Salas, y lo hice como director, con ideas propias. Esa hora se transmitía los domingos de nueve a diez de la mañana y la dividía en cuatro partes: tópicos juveniles, estudiantiles, sexuales y antiimperialistas. Con eso te quiero decir que empecé a través de la Radio a hacer cine. Para mi la Radio y el Cine son dos cosas muy parecidas.

¿Por qué?

– Porque la Radio hace pensar a la gente y le crea imágenes para poder entender y emocionarse mejor y eso tú lo sabes bien porque has escrito muchas novelas de Radio donde has tenido constantemente que partir de imágenes para llegar a la gente. En el cine el  problema es trabajar con las imágenes como en la Radio.

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