El dolor de Alicia Alonso
«No quiero hablar de Fidel porque lloro», me dijo Alicia y tuve que cambiar por un momento el tema de nuestra conversación.
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La Opinión
«No quiero hablar de Fidel porque lloro», me dijo Alicia y tuve que cambiar por un momento el tema de nuestra conversación.
Hoy es 2 de diciembre. En igual fecha, pero del año 1956, llegó a playa Las Coloradas en el Oriente cubano, el yate Granma con 82 expedicionarios a cuyo frente estaba nuestro invicto y eterno Fidel. Es un día de sentimientos profundos y hondas reflexiones en medio de un dolor que nos sacude por la pérdida física del Líder Histórico de la Revolución y forjador de la Cuba nueva.
Imborrable es para nuestro pueblo el triunfo de la Revolución Cubana después de cinco años, cinco meses y cinco días de los asaltos a los cuarteles Guillermón Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Santiago de Cuba y Bayamo respectivamente, ocurridos el 26 de julio de 1953, y protagonizados por la Generación del Centenario, con la guía certera de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro.
Multitudinarios han sido el recibimiento y la despedida del cortejo fúnebre con las cenizas de nuestro Comandante en Jefe durante los aproximadamente cincuenta minutos que demoró el recorrido anoche por la ciudad de Cienfuegos, extendido desde las 9:30 hasta cerca de las 10:20 minutos.
No existen dudas, desde el 25 de noviembre el pueblo de Cuba se encuentra conmocionado, lleno de dolor por la pérdida física del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, nuestro Fidel.