Seducido por labios invisibles
Cuando el ser humano logró enviar señales de audio a través de las ondas de radio, las palabras pasaron a ser voces, y en cada rincón hubo un instante parecido a la noche de pánico norteamericana en 1938, durante la trasmisión de La Guerra de los Mundos, cuando una gran multitud salió a las calles convencida de la presencia real de aquellos marcianos, fantaseados en un guion del actor, director, guionista y productor de cine estadounidense Orson Welles.