Raúl y Díaz-Canel vuelven a las raíces

Aquí estamos 70 años después, proclamó el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en el acto por el aniversario 70 del asalto al Cuartel Moncada, en el que participó el líder de la Revolución Cubana, Raúl Castro Ruz. Díaz-Canel trazó un panorama histórico del aporte de Santiago de Cuba a las luchas por la independencia nacional, antes de recordar los sucesos del 26 de Julio de 1953, motor que encendió la última etapa de combate por la soberanía. El 26 de Julio fue el principio del fin de la última dictadura instalada en Cuba, con el apoyo material de Estados Unidos, por eso no nos perdonan la resistencia, subrayó el mandatario. Afirmó que el Moncada es el símbolo de la Revolución y aseguró que los jóvenes que en Santiago de Cuba y Bayamo se lanzaron al combate dieron su vida por el ideario martiano de alcanzar toda la justicia. Un Moncada por asaltar Mientras el gobierno de Estados Unidos persista en su intento de asfixiarnos con su genocida bloqueo, mientras no alcancemos un nivel de prosperidad digna para cada cubano, tendremos un Moncada que asaltar, dijo Díaz-Canel. El presidente enumeró las últimas medidas aplicadas contra nuestro país, como la inclusión en la espuria Lista de Países patrocinadores del terrorismo, la aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton o la persecución de los suministros de combustible. Díaz-Canel reconoció los duros efectos sobre la economía cubana de esas medidas, aliviados, dijo, por la enorme ola de solidaridad de los amigos del país en todas partes del mundo. Quedan muchos Moncadas por asaltar para resolver los problemas que nos acechan, pero al volver a Santiago siempre encontramos avances. Lo han hecho bien, santiagueros, y seguramente lo pueden hacer mejor, exhortó Díaz-Canel. El camino para alcanzar la sociedad más justa En el acto por el aniversario 70 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de …

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Espectáculo cultural rindió homenaje a la gesta moncadista

La voz del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz dio inicio al espectáculo cultural por el aniversario 70 del asalto al cuartel Moncada, realizado en el Teatro Heredia de la ciudad de Santiago de Cuba, con la presencia de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) y Presidente de la República. Los trovadores Aquiles Jorge y Eduardo Sosa, acompañados por la Orquesta Sinfónica Juvenil del Conservatorio Esteban Salas, regalaron las obras «Y si no bastara» y «Patria», para el disfrute de los participantes. El orgullo de ser santiaguero devino leitmotiv del concurrido bloque artístico, donde «Bandera mía» de la autoría de la actriz Dalia Leyva, del grupo Calibán Teatro, retumbó en los oídos de los invitados en la velada, al patentizar que la enseña nacional no será jamás mercenaria. En la urbe donde nacieron tantos grandes de la música y la cultura cubana como Miguel Matamoros, Pepe Sánchez y Compay Segundo, se escuchó de Silvio Rodríguez «Rabo de nube», interpretado por el cuarteto de saxofones Magic Sax, y en la inigualable voz de la santiaguera Zulema Iglesias, «Créeme», de Vicente Feliú. Como parte del recorrido por las tradiciones y los valores culturales que dignifican a la Muy Noble y Muy Leal, jóvenes del Ballet Santiago y niños de la Escuela Profesional de Arte José María Heredia ofrecieron su mejor desempeño en la jornada de celebración del cumpleaños 508 de la séptima villa cubana fundada por el Adelantado Diego Velázquez el 25 de julio de 1515. Al compás de «Pa’ mi pueblo santiaguero» del Septeto Los Guanches, la compañía danzaria Sabor Añejo deleitó a dirigentes del PCC y el gobierno, miembros de organizaciones de masas, asociaciones políticas y pueblo santiaguero en general. En la cuna del son, se recordó también al Poeta Nacional Nicolás Guillén, con «La …

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Así luchan los pueblos cuando quieren su libertad

La granjita Siboney fue escenario, en la noche del 25 de julio de 1953, de la reunión para precisar el plan de ataque en la acción del Moncada. Fidel les manifestó que si moría, los reemplazaría Abel, quien expresó: Es necesario que vayamos con fe en el triunfo pero, si el destino es adverso, estamos obligados a ser valientes en la derrota y el gesto servirá de ejemplo al pueblo de Cuba.  Para el asalto se escogió el 26 de julio por ser domingo de carnaval y, con la afluencia de público a los festejos, el tránsito de los jóvenes asaltantes no llamaría la atención. Cuando todos estuvieron listos se dio lectura al manifiesto del Moncada, el cual patentizaba que podrían vencer o ser vencidos, pero de todas formas el movimiento triunfaría. Para mis compañeros muertos no clamo venganza Gobiernos antecesores a Batista sembraron el temor de que ningún movimiento tendría éxito, pero los jóvenes de la Generación del Centenario echaron a andar la Revolución. Los asaltantes al Moncada se hallaban en desventaja frente a un enemigo superior en armas y en hombres. Continuar la lucha en esas condiciones era un suicidio colectivo, por lo que Fidel ordenó la retirada. Después de los hechos, la dictadura desató la más brutal represión y escribió una de las páginas más sangrientas en la historia Patria, ordenando que asesinaran a 10 revolucionarios por cada soldado muerto en combate. No clamo venganza, no es con sangre con lo que pueden pagarse las vidas de los jóvenes que mueren por el bien de un pueblo; la felicidad de ese pueblo es el único precio digno que puede pagarse por ellas, sentenció Fidel.

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La juventud: Principal protagonista del 26 de Julio

Los asaltantes a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo no fueron expertos militares ni soldados con experiencia en disposición combativa como reseñó un libelo inmediatamente después de conocidas esas acciones. Quienes fueron a la gesta del 26 de Julio representaban lo mejor de la juventud cubana de su época y eran, mayoritariamente jóvenes. Los historiadores han reseñado que de los 158 enrolados en esas acciones patrióticas, 121 no llegaban a los 30 años, y solo tres sobrepasaban los 40 años. Tras la repercusión de esos hechos históricos se demostró fehacientemente el papel decisivo de la juventud en la toma de conciencia y decisión de materializar la lucha por la plena liberación nacional en la segunda mitad del Siglo XX. Los jóvenes: Fuerza liberadora No fue el asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes en la segunda mitad del siglo XX la única hazaña protagonizada por la juventud en busca de la soberanía y libertad. Las múltiples acciones revolucionarias acaecidas en ese tiempo fueron lideradas por jóvenes. Ahí están los ejemplos de Julio Antonio Mella y José Antonio Echeverría, entre otros, quienes no llegaban a 30 años de edad. Nuestra historia, como lo demostraron las acciones del 26 de Julio de 1953, fue resultado de la gran madurez política de los jóvenes cubanos a lo largo de nuestra historiografía, y de un ejemplar compromiso con la vergüenza de los caídos durante las continuadas luchas por la soberanía patria. Por eso: El ímpetu y conciencia de los jóvenes del 26 de Julio nos siguen guiando.

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Sesión parlamentaria hizo más visibles problemas y soluciones

Miguel Díaz-Canel, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, afirmó que durante mucho tiempo se recordará la I Sesión Ordinaria de la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento), porque fueron más visibles los problemas y las posibles soluciones. Ante la presencia del General de Ejército Raúl Castro Ruz, en sus palabras de clausura de la cita, el mandatario reconoció los profundos debates suscitados en el Parlamento durante estas jornadas en repudio a todas las manifestaciones de indisciplina, corrupción y actividades ilícitas. Expresó que lo más importante es enfrentarlas, con la articulación de todas las fuerzas revolucionarias, bajo la dirección del Partido, el sistema institucional, las organizaciones de base y la sociedad civil, junto al pueblo. Solo así podremos combatir adecuadamente la evasión fiscal, el mercado ilegal de divisas, la especulación, la corrupción, la vagancia, la pillería, la burocracia, la mentira, la vulgaridad, la indecencia, en fin, la molestia que ocasionan los comportamientos antisociales, acotó el jefe de Estado. No podemos permitir que quienes no trabajan y se mueven en un entorno de ilegalidad ganen más y tengan mejores condiciones de vida que quienes aportan a la sociedad, afirmó el mandatario, quien llamó a enfrentar el fenómeno con unidad, coraje, determinación, orden, disciplina y efectividad. Díaz-Canel aseveró que el Estado y el Gobierno cubanos no pueden vivir de espaldas al incremento de actividades ilícitas que se establecen con una economía paralela, sumergida, que penetra como un cáncer en el tejido social hasta destruirlo. Las manifestaciones de delito, la indisciplina social y la corrupción atentan contra lo más sagrado del proceso de construcción socialista, en tanto profundizan las indeseables desigualdades sociales y atentan contra la seguridad ciudadana, uno de los pilares del socialismo, dijo el Presidente. Todos los actores de …

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