Espectáculo cultural rindió homenaje a la gesta moncadista

La voz del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz dio inicio al espectáculo cultural por el aniversario 70 del asalto al cuartel Moncada, realizado en el Teatro Heredia de la ciudad de Santiago de Cuba, con la presencia de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) y Presidente de la República. Los trovadores Aquiles Jorge y Eduardo Sosa, acompañados por la Orquesta Sinfónica Juvenil del Conservatorio Esteban Salas, regalaron las obras «Y si no bastara» y «Patria», para el disfrute de los participantes. El orgullo de ser santiaguero devino leitmotiv del concurrido bloque artístico, donde «Bandera mía» de la autoría de la actriz Dalia Leyva, del grupo Calibán Teatro, retumbó en los oídos de los invitados en la velada, al patentizar que la enseña nacional no será jamás mercenaria. En la urbe donde nacieron tantos grandes de la música y la cultura cubana como Miguel Matamoros, Pepe Sánchez y Compay Segundo, se escuchó de Silvio Rodríguez «Rabo de nube», interpretado por el cuarteto de saxofones Magic Sax, y en la inigualable voz de la santiaguera Zulema Iglesias, «Créeme», de Vicente Feliú. Como parte del recorrido por las tradiciones y los valores culturales que dignifican a la Muy Noble y Muy Leal, jóvenes del Ballet Santiago y niños de la Escuela Profesional de Arte José María Heredia ofrecieron su mejor desempeño en la jornada de celebración del cumpleaños 508 de la séptima villa cubana fundada por el Adelantado Diego Velázquez el 25 de julio de 1515. Al compás de «Pa’ mi pueblo santiaguero» del Septeto Los Guanches, la compañía danzaria Sabor Añejo deleitó a dirigentes del PCC y el gobierno, miembros de organizaciones de masas, asociaciones políticas y pueblo santiaguero en general. En la cuna del son, se recordó también al Poeta Nacional Nicolás Guillén, con «La …

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Así luchan los pueblos cuando quieren su libertad

La granjita Siboney fue escenario, en la noche del 25 de julio de 1953, de la reunión para precisar el plan de ataque en la acción del Moncada. Fidel les manifestó que si moría, los reemplazaría Abel, quien expresó: Es necesario que vayamos con fe en el triunfo pero, si el destino es adverso, estamos obligados a ser valientes en la derrota y el gesto servirá de ejemplo al pueblo de Cuba.  Para el asalto se escogió el 26 de julio por ser domingo de carnaval y, con la afluencia de público a los festejos, el tránsito de los jóvenes asaltantes no llamaría la atención. Cuando todos estuvieron listos se dio lectura al manifiesto del Moncada, el cual patentizaba que podrían vencer o ser vencidos, pero de todas formas el movimiento triunfaría. Para mis compañeros muertos no clamo venganza Gobiernos antecesores a Batista sembraron el temor de que ningún movimiento tendría éxito, pero los jóvenes de la Generación del Centenario echaron a andar la Revolución. Los asaltantes al Moncada se hallaban en desventaja frente a un enemigo superior en armas y en hombres. Continuar la lucha en esas condiciones era un suicidio colectivo, por lo que Fidel ordenó la retirada. Después de los hechos, la dictadura desató la más brutal represión y escribió una de las páginas más sangrientas en la historia Patria, ordenando que asesinaran a 10 revolucionarios por cada soldado muerto en combate. No clamo venganza, no es con sangre con lo que pueden pagarse las vidas de los jóvenes que mueren por el bien de un pueblo; la felicidad de ese pueblo es el único precio digno que puede pagarse por ellas, sentenció Fidel.

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