por Sin embargo, cuando comenzó su etapa de trabajadora, en septiembre del 2015, recibió una noticia que trastocó todos sus planes, sí, ejercería en la Radio, pero en una planta muy pequeña, ubicada a más de treinta kilómetros de su casa. En ese momento pensó que se iniciaba su calvario.
Pero al llegar a Minas y adentrarse en la pequeña gran familia de La Voz del Bayatabo, comprendió que en la vida todo sucede por una razón.
Allí conoció de las vicisitudes anteriores con la acústica del estudio, pues el recubrimiento de las paredes no era adecuado y, para colmo de males, la emisora estaba situada justo al lado de las líneas del ferrocarril, por lo que en ocasiones resultaba común escuchar el silbato del tren.
Supo, además, de las labores para la construcción de un nuevo local, pues lograron incluirse entre las obras del 26 de Julio en el municipio, al ser Minas la sede del acto provincial por la efemérides.
En esa faena, hombres y mujeres, vecinos y familiares de la emisora trabajaron sin descanso, y sin dejar de sacar al aire su programación.
Cuando ella llegó la realidad era otra, la recibió una emisora renovada, contaba con computadoras de moderna tecnología conectadas a Internet y dos estudios con todos los equipamientos tecnológicos necesarios para hacer radio.
Durante su estancia, la transmisión, otrora de tres horas, fue extendida hasta seis, lo cual implicó un esfuerzo doble para satisfacer las necesidades de la nueva parrilla de programación.
A los espacios anteriores se añadieron otros de corte infantil, dedicados a problemáticas juveniles, radio-revistas de orientación a la familia, a la mujer y al adulto mayor, musicales, de facilitación social, en correspondencia con los estudios de público efectuados con anterioridad.
Luego de más de un año, le resultó necesario despedirse de La Voz del Bayatabo, pero, como en toda buena familia, no fue un adiós definitivo.
Por esa razón, hoy, 24 de febrero, fecha en la que hace 12 años salió al éter la frecuencia de la radio mineña, ella desea felicitar a todo ese colectivo, que lucha cada día para adentrarse en el corazón del pueblo de Minas.