¡Compartir un segundo de vida con Fidel es excepcional!

Menchaca, como le conocemos en el medio radial, piensa que entre él y Fidel existe un hilo invisible. Primero por el azar y, más tarde, por su profesión, ha vivido varios momentos junto al Comandante en Jefe.

“Yo soy un hombre afortunado porque me estuve encontrando con Fidel desde que tenía ocho o nueve años. Recuerdo que estaba en la primaria y Fidel bajaba en un Jeep. Paró y se puso a hablar con los muchachos que estábamos ahí y ese fue mi primer contacto”, dijo, para comentar que años más tarde compartiría con él cuando era un “Camilito”.

Sin embargo, su primer acercamiento profesional no ocurrió hasta su tiempo de cobertura durante un encuentro que tuvo lugar en La Habana en 1985, durante el Segundo Encuentro Mundial contra la Deuda Externa.

“Ese día habíamos salido a tomar un café en una de las pequeñas cafeterías que había en el Palacio de Convenciones, y de buenas a primera -éramos cuatro o cinco compañeros de Radio Reloj- se aparece Fidel, dobla hacia nosotros.

Ese fue el primer encuentro, fue impresionante. Él se detuvo a hablar con nosotros y me dijo: “¿Y tú quién eres?” En ese momento yo no sabía ni quién era. No pude contestarle. Mirtha Inés Cervantes, directora de Reloj en aquel entonces, se da cuenta de que yo estoy bloqueado, y le dice: Comandante, nosotros somos periodistas de Radio Reloj. ¡Te confieso que yo no abrí la boca!”

Acompañar a Fidel como periodista sería una experiencia que Menchaca repetiría, años después, en Vietnam, Chile y República Dominicana.

¿Cómo era Fidel con la prensa en esas visitas?

Éramos nosotros los que estamos detrás de él, pero sí teníamos un diálogo fluido y existían los canales de información.

La cobertura periodística trataba de seguirlo, pero eso era bien difícil. Como mismo vivía en Cuba, todo el mundo sabe que Fidel dormía tres horas, por ejemplo, así era en los viajes al exterior. ¡Y era bien complejo porque el ritmo de trabajo de él era tremendo!

Fidel Castro dialoga con Raúl Menchaca, Mirta Inés Cervantes y otros periodistas en el Palacio de las Convenciones.

Cuando estábamos en Vietnam él se iba para Japón y, por problemas de logística, los periodistas no pudimos viajar. Fidel se iba solo y nosotros fuimos a despedirlo al aeropuerto; conversábamos con él sobre la visita y de pronto se vira y dice: “¿Ustedes no van a Japón?” Es entonces cuando uno reflexiona: un hombre que tiene tantas cosas en su cabeza preocupándose por los periodistas. ¡Yo creo que sí, compartir un segundo de vida con él es excepcional!

Usted estuvo cerca de Fidel varias veces, ¿nunca intentó comentarle sobre esos encuentros casuales, desde su infancia?

¡Esas cosas me dan pena! Yo creo que cuando uno está en funciones periodísticas deja eso al lado; no soy Menchaca, sino el periodista de Radio Reloj. Además, cuando uno está delante de Fidel no hace falta hablar. Uno va ante él a aprender, no a enseñar.

¿Cuánto le aportó el Comandante a usted como periodista y ser humano?

Eso te obliga a crecer, a dar más de lo que crees que puedes. ¡Yo de verdad que soy afortunado! ¡La vida me premió con eso! Lo guardo como un buen recuerdo y lo cuento a las nuevas generaciones, porque de él se aprendía todos los días.

Para nadie es un secreto que Fidel es uno de los grandes líderes mundiales del siglo XX y hoy es, de ellos, el único sobreviviente de la Guerra Fría. La historia que lleva Fidel sobre sus hombros es descomunal, y uno ha estado en contacto con esa historia cuando se pone en contacto con él. Además tiene una oratoria telúrica. Fidel es hombre que siempre ha estado preocupado por los demás.

En Vietnam entendí que Fidel era un hombre genial cuando te pones a pensar en su manera de enfrentar la comunicación. A pesar de la diferencia de idiosincrasia, mantenía un diálogo con las autoridades y el pueblo vietnamitas muy fluido y entrañable. De ahí la frase de “Por Vietnam hasta nuestra propia sangre”.

¿Qué le inspira de Fidel Castro?

Fidel tiene un poder de análisis enorme. Está tres o cuatro pasos por delante de uno. Es como los grandes ajedrecistas que son capaces de ver hasta diez jugadas por delante de la que están haciendo. ¡Yo creo que Fidel llega hasta el fin del juego!

Hoy una de mis misiones en el periodismo es hacer comentarios en Radio Reloj, nacionales e internacionales. Sobre todo en los internacionales a veces yo digo: ¿qué estará pensando Fidel sobre esto? ¿Cómo él analizará lo que viene?

Precisamente unas de las cosas que me inspiró para mi sesión “Telescopio”, de la página web de la emisora, fue Fidel. Mi intención es acercarme a las cosas antes de que sucedan. Eso está inspirado en la sagacidad política de Fidel.

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