por Así lo expresó Marino Murillo Jorge, vicepresidente del Consejo de Ministros, durante el análisis de las estrategias económicas y sociales aplicadas en la isla caribeña, proceso que estuvo precedido por un abarcador proceso de estudio y consulta popular, que recogió aquellos asuntos que más preocupan a los cubanos.
Entre ellos, citó Murillo Jorge, figuran la propiedad privada y su regulación, la planificación y el control del mercado y de los precios, la preservación y ulterior desarrollo de las conquistas sociales, y la urgencia de perfeccionar la calidad de los servicios a la población.
También sobresalen la emigración y su impacto negativo en el potencial humano así como su relación con las condiciones de trabajo, los salarios, pensiones y subsidios, la necesidad de que el turismo aporte mayores ingresos al país, alcanzar mayor participación de los trabajadores y de la población en los procesos decisorios, y asegurar el desarrollo de la Comunicación Social y de los medios de comunicación.
Potenciar la participación papel de la juventud, fortalecer el trabajo político-ideológico con las nuevas generaciones, la preparación y capacitación de los cuadros y funcionarios, restablecer valores, consolidar el enfrentamiento a la corrupción, las indisciplinas sociales y el delito, son otros tópicos que ameritan la total atención de todos.
El intercambio con los delegados al Séptimo Congreso del PCC, particularmente los miembros de la Comisión 3, arrojó que Cuba cuenta con un sistema empresarial estatal dotado de mayor autonomía y de nuevas formas de gestión que se expanden y deben resultar un complemento para contribuir a la mayor eficiencia integral de la economía.
De acuerdo con los documentos que debaten los 312 delegados y 112 invitados presentes en ese espacio, para el período 2016-2020 la nación caribeña también tiene la posibilidad de ampliar la captación de inversión extranjera y las relaciones económicas y financieras con el resto del mundo.
El también miembro del Buró Político del Comité Central del PCC, Marino Murillo Jorge se refirió a la evolución de la economía cubana durante el quinquenio anterior, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) tuvo un crecimiento promedio anual de 2,8 por ciento.
Tal desempeño, aseveró, no responde a la dinámica que exige el desarrollo nacional país, a la vez que no tiene un reflejo significativo en la economía doméstica.
El dirigente llamó la atención sobre el hecho de que en esa etapa las importaciones a precios corrientes aumentaron a una tasa promedio anual de 4,7 por ciento, un ritmo mayor al registrado por el crecimiento del PIB.
Asimismo, se refirió a la adopción de acciones para sanear las finanzas externas, entre ellas el reordenamiento de la deuda, lo que ha permitido el restablecimiento gradual de la confianza del país ante sus acreedores y socios comerciales.
La reseña discutida en la comisión 3 indicó que la producción de bienes materiales y los servicios básicos en su conjunto deben marcar la pauta en un escenario dinámico de la economía.
La participación de esos sectores en el PIB prácticamente se mantuvo igual en el quinquenio último, pues de 33,9 por ciento en 2010 pasó a 34,9 por ciento el pasado año; en tanto, las actividades de comercio, restaurantes y hoteles aumentaron su presencia del 23,4 al 26,2 por ciento.