En Cuba, una nueva radio

Según ese estudio, con el paso de los años y los influjos tecnológicos, la radio habrá cambiado por completo su canal de distribución, el soporte en el cual se escucha y su capacidad de segmentación; impulsará una nueva relación con los oyentes al ofrecerles contenidos sonoros personalizados a un nivel de interactividad que potenciará el consumo en tiempo real.

El radialista colombiano Vicente Moros, también incluido en la pesquisa, estima que la radio ideal para el futuro tendrá que reunir las siguientes características: menos radios físicas y más virtuales; interacción con la música («yo programo lo que quiero»); contenidos multimedia (la radio será para ver y escuchar y podrá incluso llegar a ser más popular que la televisión, ya que no necesita tantos protocolos de producción); periodistas y locutores serán integrales (voz, manejo de redes y editores de audio y vídeo para sus respectivos informes o intervenciones).

Por último, para el realizador sonoro Chusé Fernández, en un futuro próximo la radio: «Debería ser hiperespecializada, compartible, interactiva, multiplataforma y complementaria a otros contenidos transmedia».

Apunta el especialista: «En Tea FM ya estamos experimentando con nuevos formatos como los «híbridos sonoros» o las «webseries transmedia».

Es vital ofrecer contenidos especializados y a la carta, con géneros interconectados que, por ejemplo, recuperen la ficción sonora adaptada a contenidos informativos y divulgativos; radiodocumentales interactivos y escalables con la ayuda de oyentes-productores.

Más radio en vivo desde el lugar de la noticia con la ayuda de las nuevas tecnologías móviles (…). En definitiva, una radio viva y al servicio de la audiencia que formará parte activa de los contenidos del medio.

Dentro de ese contexto internacional, Cuba en los últimos años, ha recibido el influjo de las mediaciones tecnológicas, económicas y socioculturales que han acelerado el proceso de convergencia mediática y propiciado la construcción de relatos distribuidos a través de diferentes soportes.

En la actualidad no solo se ofrecen relatos, sino mundos y experiencias que han roto con la unidireccionalidad del discurso y han transformado a este en un diálogo constante en el que el creador junto con su consumidor, instauran nuevos contenidos.

Desde esa perspectiva, la red pasa a ser el núcleo de la comunicación interactiva al generar nuevas posibilidades de creación de narrativas gracias a la readaptación y la integración de los mensajes.

En nuestro país, aún quedan muchos desafíos en el tema. El primero es lograr una mejor conectividad, más económica, más al alcance.

El segundo es la necesidad de contar -cada vez más- con periodistas, comunicadores y realizadores que sean capaces de adaptarse a los nuevos retos digitales.

Aún la presencia de la radio cubana en Internet debe ponderar el sonido, porque es la distinción con relación a otros formatos, diversificar las fuentes de información y estimular la intervención de las audiencias a través de su participación en la generación de contenidos.

Creo además que no deben obviarse opciones como el uso de los podcast, que ya es una tendencia a nivel internacional y que en el mayor archipiélago de las Antillas cuenta con la preferencia de nuestras audiencias.

Para que nuestra radio en Internet se adapte más a los comportamientos internacionales, debe parecerse más a la gente, así como propiciar el diálogo a través de la realización de foros, encuestas y concursos.

De ello se deriva también lo imprescindible de la presencia del medio en las redes sociales, convertidas ahora en espacios de intercambio entre los internautas y los profesionales.

En el mundo, la radio apostará cada vez más por Internet, en Cuba hemos de configurarla mejor para continuar ofreciendo a nuestros públicos programaciones y productos más acabados y con variedad de soportes.

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