Nació, desde entonces, un sentimiento apasionado e inspirador que los acompaña como pareja bendecida por la dicha de un matrimonio cómplice de la amistad que lo precedía.
Cuando juraron amarse y respetarse para toda la vida en 1984, más que una promesa apasionada y legal, eligieron caminar juntos con la prudente distancia de los pasos propios; condujeron motivaciones y ánimos hacia un fin común preservando la identidad donde motivaciones, intereses y carácter confluyeran sin conflictos, culpas, reproches o lamentaciones.
En el matrimonio han encontrado el espacio para crecer como personas, aceptarse unos a otros sin ataduras por obsesiones, piedad o costumbre; casi cuatro décadas es suficiente tiempo para favorecer una convivencia en ambiente de armonía, confianza y lealtad.
«Yo decido casarme con él porque encontré lo que yo buscaba. Me encontré un hombre muy noble, independientemente de su belleza que me cautivó», y confiesa además que estar a su lado le ha aportado esa necesaria experiencia para soportar los avatares de la vida.
«De Enma cualquiera se enamora, lo digo porque es una persona exacta en todo el sentido de la palabra, ella siempre tiene una jarana a flor de piel, tiene la simpatía de los cubanos dentro y lo exterioriza, no es una persona que esté escondiendo lo que siente y como es tan sincera, eso siempre atrae, y eso fue lo que me atrajo de ella, la sinceridad».
Y Néstor -revela Enma- posee la ecuanimidad, otra cualidad esencial en las relaciones humanas y de pareja. «Es una persona con mucha calma y eso me ha ayudado a sobrellevar la vida en momentos difíciles. Es un encanto, es un primor de hombre».
Su conexión es evidente y el cariño los delata. ¿Enma como esposa?: «Primero amorosa, después comprensiva, te ayuda en todo lo que puede, te da consejos cuando los necesitas y cuando no los necesitas también te los da; siempre alegre, cuando hay problemas familiares o personales trata de superarlos y de que yo los supere… y eso, me parece, es la esencia principal de la convivencia mutua».
Para Néstor una relación constructiva y sana está basada también en la igualdad, comparte los quehaceres del hogar sin prejuicios de género: «Le encanta la cocina, siempre está inventando, él es el que hace esta labor en la casa».
Porque en este matrimonio el amor sí que entra por la cocina. «Soy un cocinero empírico, que se ha llevado por consejos de chefs y los ha llevado a los libros», publicados en Cuba, Estados Unidos, Panamá y Uruguay.
De su autoría son, por ejemplo, Comida que cura y protege (2014) y Frijoles y vegetales excelentes para la salud (2016) (Editorial José Martí); y bajo el sello de la Editorial Oriente: Recetas al alcance de todos (2009); El arroz y el pescado en mi cocina (2012) y La salud y la belleza…entran por la cocina (2016), este último resultó finalista en los premios Gourmand World Cookbook Awards 2018 que reconoce los mejores títulos de cocina y de vino en el mundo.
Talentoso y creativo profesional, Néstor, locutor, director y escritor de programas radiales es reconocido y admirado en su Holguín natal; en 2007 recibió en la categoría de música el Premio de la Ciudad que otorga la Dirección Provincial de Cultura a destacadas personalidades. «Él es compositor y tiene muchas canciones. Me dedicó una que se llama Lo que aprendí contigo, esta canción él me confesó que la había escrito y la había guardado en espera de que apareciera una mujer que se la mereciera y ahí apareció la muñeca…-sonríe- mira que cosa más linda».
Ambos llegaron a la radio a inicios de la década de 1970. Estar unidos por profesión y amor favorece la complicidad y comprensión: «Como pareja radial yo me he sentido siempre muy bien con él y según los especialistas, los que más sabían o saben dentro de nuestra profesión (Locución) las voces nuestras empastaban muy bien en lo radial y también en lo sentimental. Hemos trabajado en muchos programas, comenzamos a ser pareja en Brisa nueva, un programa que salía a las siete de la noche, y así durante todos estos años hemos trabajado juntos en muchos espacios, lo último que hicimos fue La Fórmula, pasamos mucho tiempo narrando los paseos del Carnaval y nos sentíamos muy bien, muy felices».
De la mano van por el mismo camino esquivando monotonía y conflictos. «Ella tiene sus deberes profesionales y yo tengo los míos, respetamos cada uno el espacio del otro».
Aunque jubilados, Néstor continúa activo en el programa musical AM-FM, en la revista cultural Café Milenio y en La Fórmula, un espacio de participación popular. Y Enma, es el sello sonoro desde hace 39 años del Especial del Sábado, porque son voces insignes del sonido radial holguinero, respetadas y preferidas por la audiencia.
No tuvieron hijos en común, pero sí una familia en la que Enma acoge, como suyos, los hijos y nietos de Néstor, frutos de su primera relación nupcial. Comparten gustos y aficiones que fortalecen su vínculo afectivo y conyugal: «Te digo la música, te digo la casa, una buena comida, compartir con un amigo, un buen libro e incluso hasta el amanecer y el atardecer»-revela Néstor- para quien el matrimonio exige responsabilidad y entrega, pero también propicia el placer de acompañar y disfrutar “él es una persona que aprecia mucho salir, divertirse… hemos ido desde Pinar del Río hasta Baracoa».
Para Enma, primero el amor y después el perdón, «esa es la esencia de la permanencia en el matrimonio, de un matrimonio feliz…porque cuando hay un matrimonio bien atinado y que sobre todas las cosas exista el amor, ese amor que nunca falla, realmente se vuelve una institución maravillosa».