45 años de la educación superior en Camagüey

Sin embargo, son varios los referentes de la Antigüedad: la Academia de Platón, el Liceo de Aristóteles, Alejandría…, centros de enseñanza filosófica y religiosa que atrajeron a no pocos sabios y estudiosos de Oriente, ansiosos de conocimiento.

Cuba, por su parte, tuvo su primera universidad allá por el siglo XVIII, en La Habana, y tardó bastante en que una institución similar saliera de predios capitalinos. Desde sus inicios, la enseñanza superior estuvo restringida a aquellos que podían pagar las costosas becas; de ahí que una de las primeras medidas revolucionarias fuese el acceso libre a la universidad, también porque la masa de profesionales era insuficiente para todo cuanto había que construir.

Fue así, que a la histórica Universidad de La Habana –desde donde se forjó la Revolución misma-, y a las de Oriente y Las Villas, se unieron otros centros. El primero de ellos, la Universidad de Camagüey, resultado de la estrategia de la dirección del país de formar en cada región el capital humano necesario para su transformación económica y social.

En aquel entonces -década del sesenta- Camagüey abarcaba desde el actual municipio de Hatibonico, en Sancti Spíritus, hasta Amancio Rodríguez, en Las Tunas; ocupando así gran parte de las tierras productivas del territorio nacional. Sin embargo apenas existían indicios de desarrollo pues los extensos latifundios contrastaban con la baja población rural.

No fue entonces casualidad que los estudios superiores en la provincia iniciaran precisamente con la carrera de Ingeniería Agrónoma, el 6 de noviembre de 1967, y a la que le siguió Medicina, Mecánica, Economía, Ingeniería Eléctrica, Ingeniería Civil e Ingeniería Química en los años posteriores.

Actualmente se potencia también la formación de profesionales en carreras humanísticas como Estudio Socioculturales, Historia, Derecho, Periodismo, Sociología, Comunicación Social, Psicología…, aunque otra vez se apuesta por las especialidades técnicas, de acuerdo con las necesidades del país y el proceso de actualización de la economía cubana.

En las aulas de la Universidad de Camagüey se han graduado más de 26 400 estudiantes, y su mayor impacto en la sociedad ha sido justamente la incorporación de estos profesionales a las más diversas esferas de desarrollo social.

No obstante, debe perfeccionarse el vínculo de la casa de altos estudios camagüeyana con los diferentes organismos de la administración central del Estado, bien mediante una mayor aplicación de las investigaciones y proyectos que se generan dentro de la institución académica, o la inserción de los alumnos en las empresas, más allá del período de práctica laboral.

Más de un centenar de premios y reconocimientos nacionales e internacionales entre profesores y alumnos avalan el desempeño de esta institución en sus 45 años de existencia; no ajenos de tiempos y situaciones difíciles, como el mismísimo Período Especial, cuyos efectos se hicieron sentir, y fuerte, en toda la infraestructura de la educación cubana.

Hoy, el mayor reto de la Universidad de Camagüey, que desde el 2010 lleva el nombre del insigne patriota lugareño Ignacio Agramonte Loynaz, sigue siendo el de formar profesionales altamente calificados; esos que tienen el encargo social de llevar adelante la obra creadora de la Revolución, gracias a la cual vio la luz.

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