Por encima de todo se oye una voz que anuncia los festejos por el aniversario 458 de la fundación de la Villa de Pepe Antonio. Esa semana (casi siempre en la primera quincena de junio) rinde particular honor al surgimiento de una localidad que a lo largo de los años se ha convertido en mito y realidad de las historias de las ciudades habaneras.
Por esa fecha se celebra la Jornada de la Cultura de Guanabacoa todos los años; pero los festejos y alborotos se pueden sentir también cada año cuando todo el pueblo se congrega y apoya los Juegos Florales, el festival Wemilere, la Fiesta de la Candelaria o los Festejos por la Tutelar que datan desde la constitución de la Villa.
Mucho hay que decir de las jornadas festivas que tienen lugar en la Villa de Pepe Antonio, cada mes conmemorando acontecimientos o creencias diferentes. La mayoría de las celebraciones datan de siglos pasados, pero con los actuales programas de la Revolución, se fomenta el cuidado y la secuencia con que se deben celebrar para de esta manera mantener vinculado al pueblo a las diferentes manifestaciones artísticas que se presentan.
Isaac Ramírez, metodólogo de Cultura Popular tradicional en el municipio capitalino aseguró que la celebración de cada una de estas actividades motiva y vincula a los habitantes con la cultura y la historia que les precede. “Actualmente en la Villa se celebran más de 12 fiestas al año relacionadas con las tradiciones, todas ponen bien en alto los valores patrimoniales a la vez que convierten a Guanabacoa en una de las regiones del país donde más fiestas tradicionales se desarrollan para el pueblo”, afirmó el historiador.
“Tierra de culto y santería”, sería el epíteto con que caracterizarían muchos cubanos a Guanabacoa. Y es que la religión y la cultura, aun en la actualidad, van de la mano en esta región habanera. Una mezcla de cultos africanos con creencias cristianas occidentales persiste en nuestros días en los pobladores de la Villa.
Conocen y defienden los pobladores de la Villa la historia de la cultura guanabacoense, como cuna de nombres que enaltecen la tradición artística cubana. Bastaría solo con mencionar los nombres de Ernesto Lecuona, Silvestre de Balboa, Rita Montaner e Ignacio Villa (Bola de Nieve), para afirmar que la región capitalina fue y es escenario de grandes artistas del patio.
“Durante cada Fiesta del Libro que se celebra en la Capital cubana y donde Guanabacoa tiene sede especial, el pueblo juega un papel activo, pues se acerca a las diferentes tertulias para conocer sobre la historia de la región e incluso nos apoyan y participan dándonos información sobre temas de muchísimo interés”, afirmó Víctor Montes de Oca Jiménez, Jefe de Cátedra y representante del Consejo Municipal del Libro y la Literatura.
Asimismo Montes de Oca resaltó la participación de los guanabacoenses cada en el mes de enero en los diferentes concursos que lanza el consejo de Cultura Municipal a propósito del natalicio del Apóstol cubano. “La figura de José Martí está muy presente en cada poblador de la Villa. Desde las diferentes esferas de la cultura municipal se enuncia al Héroe Nacional señalando que fue en nuestra localidad donde pronunció su primer discurso político y la alegórica frase de Ser cultos es el único modo de ser libres.”
Organismos e instituciones apoyan el progreso y la recreación de los habitantes en la Villa de Pepe Antonio. La Galería de Arte, El museo, La Casa de la Trova así como la Casa de Cultura Rita Montaner, atrapan a la comunidad con cada evento o presentación que proponen, dándoles la oportunidad a los habitantes del municipio a sentirse cada vez más cercas de sus raíces y de la cultura de su localidad.
Casa de Cultura: una mirada a su interior
En 1861 se funda el Liceo de Guanabacoa, un espacio que fomentó la literatura y reunió en sus salas a los principales intelectuales de la época. Tertulias sobre temas culturales y filosóficos se escuchaban en las salas de la actual Casa de Cultura Rita Montaner.
Recientemente remodelada, la casona, cita en la calle Máximo Gómez, una de las arterias principales de la Villa, se constituyó como tal el 28 de enero de 1978 y cuenta con un gran cúmulo de profesionales integrados por Artistas de la Brigada José Martí, así como instructores de Arte graduados y adiestrados en las diferentes manifestaciones artísticas que cumplen con su servicio social. Es meritorio resaltar que el trabajo en la Casona se apoya también, en gran medida, en los artistas consagrados que son capases de llevar sus talentos hacia la comunidad.
“En la actualidad la Casa desarrolla todo un programa bien planificado dedicado a crear los nuevos valores artísticos del municipio, y fomentar los ya existes, teniendo en cuenta que nuestra función social fundamental radica en conservar la cultura tradicional y impulsar el arte desde la comunidad como una trinchera ideológica fundamental”, explicó Analay Sotolongo, programadora del centro.
Al término del pasado curso escolar, la Casa de Cultura de Guanabacoa concluyó con 143 talleres artísticos entre los que resaltan las artes plásticas y la danza. En la recién comenzada jornada estudiantil los profesionales que allí laboran se proponen nuevos talleres que darán inicio según las matrículas captadas para nuevas entregas artísticas.
Aunque se potencia un mayor acercamiento al centro por parte de los niños de la comunidad, los jóvenes y adultos también tienen sus espacios reservados y de preferencia dentro de las actividades que programa la Casa. “Actualmente contamos con siete peñas artísticas, entre las que resaltan un Danzón que lleva el nombre de Joseíto Fernández, el espacio Rumbeando en mi Villa y la Peña campesina de todos los domingos”, afirmó Analay Sotolongo.
Con el apoyo de las instituciones pertinentes y sobre todo, con la participación de la comunidad en general, el municipio de Guanabacoa se distingue, con su Casa de Cultura fundamentalmente, como un lugar que fomenta la cultura y la tradición lugareña.
Y así se muestra la Villa, tradicional y hospitalaria. Sentimental, hermosa y sigilosa, para sus habitantes. Encantadora, asombrosa e interesante para los visitadores. Lo cierto es que actualmente y tras cumplirse 458 años de su fundación, Guanabacoa continúa tan mítica y legendaria como sus pobladores.
No resulta extraño escuchar cada tarde y por diferentes zonas, toques de tambores que anuncian la llegada de un nuevo devoto al Panteón Oricha. Y resulta usual encontrar en las manos de muchos de los pobladores, pulsos de Orula como evidencia de que viven y creen en lo que los ancestros les legaron.