La Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) es el referente organizacional, político y comunicación al de un movimiento internacional constituido en torno a las radios comunitarias, ciudadanas y populares en todo el mundo. AMARC está reconocida como un organismo no gubernamental internacional, de carácter laico y sin fines de lucro.
La misión de AMARC es promover la democratización de las comunicaciones, especialmente de la radio, para favorecer la libertad de expresión y contribuir al desarrollo equitativo y sostenible de nuestros pueblos: democratizar la palabra para democratizar la sociedad.
Este movimiento se articula formalmente a nivel mundial en 1983, cuando 600 radialistas de diversos países crean la Asociación Mundial de Radios Comunitarias. En la actualidad, tal organismo tiene presencia en 102 naciones de los cinco continentes. Cuba es miembro de AMARC.
Existe otra organización continental que reúne a emisoras de la comunidad, La Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER) Esta radio nació alfabetizando a distancia, especialmente en el campo. Al juntarse buscaban mejorar la planificación y evaluación de los programas educativos, capacitar al personal de las emisoras, encontrar apoyo económico internacional, entre otros objetivos.
ALER es una gran red continental compuesta por Instituciones Radiofónicas con proyectos claros y sólidos. Articulada de manera territorial y temática, que opera de manera descentralizada.
Hay una tendencia a pensar que lo comunitario se refiere al tamaño y/o a un área geográfica en específico. Para muchas personas radio comunitaria es sinónimo de radios pequeñas de baja potencia, recluidas en algún lugar perdido de un pueblo, de quién sabe dónde. En pocas palabras: se les identifica con las características de las tres P: pocas, pequeñas y pobres.
Aleida Callejas Representante de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias de México ha hecho una justa reflexión, la cual asumo y le incorporo algunos elementos.
Pocas. En el mundo, y en especial en América Latina, existen centenas de radios comunitarias a pesar de las restricciones para acceder a las frecuencias, de los constantes ataques a sus miembros, y de la incautación de equipos por parte de las autoridades. Estas emisoras tienen cada vez mayor presencia debido al descontento social por el papel que juegan los medios tradicionales, donde la rentabilidad comercial y política aplastan y casi invisibilizan su verdadera función social. Definitivamente no hay pocas, solo en Brasil existen cerca de 15 mil emisoras comunitarias.
Pequeñas. Ciertamente una radio comunitaria puede ser una emisora de baja potencia en alguna localidad pequeña, pero también lo puede ser una estación en una gran ciudad con una potencia suficiente para cubrirla, ya sea en AM o FM. Lo comunitario se refiere a una comunidad de intereses. Así, la comunidad de jóvenes de una ciudad o de una localidad en el campo puede ser grande o pequeña, pues tal sector está en todas partes.
Pobres. Existe la tendencia a creer que una emisora con compromiso social es un proyecto pobre, con una visión misionera que apenas si sobrevive con donativos y no tiene publicidad ni venta de espacios. Las emisoras comunitarias sí reciben financiamiento suficiente para mantenerse al aire son privilegiadas, sin embargo no siempre existe esa oportunidad para todas.
El movimiento mundial de radios comunitarias ha pasado por varias etapas. Empezó con la modalidad de escuela radiofónica en los años cuarenta en Sutatenza, Colombia.
Después pasó a reivindicar posturas de lucha social y se llamó radio popular. En los años ochenta empezó a tener identidad como radio comunitaria y en los noventa como radio ciudadana.
En los últimos años se habla cada vez más de radio comunitaria y ciudadana, que se define así en la medida que su misión se relaciona directamente con el ejercicio de los derechos ciudadanos: Las radios comunitarias y ciudadanas: son lugares de representación de diferentes identidades culturales y de construcción de la democracia, pues ejercer ciudadanía es dejar de ser neutrales.
La radio comunitaria busca mostrar la diversidad y la riqueza de los diferentes sectores y movimientos sociales; defender la legalidad democrática, propiciando la focalización de problemáticas específicas; y erigirse como tribuna abierta para toda sociedad.
Este tipo de emisora se dirige a sectores concretos de la población: mujeres, niños, campesinos, indígenas, organizaciones populares, ambientalistas, jóvenes, sectores barriales, entre otros. Su principal sello es el servicio público sin fines de lucro: la construcción de ciudadanía.
La defensa de los derechos humanos, la promoción de un desarrollo humano sostenible, la equidad de género, el respeto a las identidades étnicas, la preservación del medio ambiente, el protagonismo de los jóvenes y sus propuestas, la protección a la niñez y a las personas adultas mayores, la educación y la salud, así como la integración nacional y regional constituyen prioridades y perfiles de las radios comunitarias.
La Radio Comunitaria es la más cercana al oyente, es el medio más influyente en la gente, el perceptor logra una identificación inigualable a otros medios de alcance nacional.