La Radio contra desastres naturales

Afirmar que la radio es una brújula social que sirve de orientación para indicar la correcta posición o dirección a asumir dentro de los puntos cardinales, significa catalogar el medio como un ser tecnológico-humano, muy identificado con la familia,  el individuo, y el entorno.

Por la radio escuchamos los mensajes, que son bien asimilados o no con efectividad, si reúnen los  atributos de la información verbal: exactitud y brevedad. Si se le añade el lenguaje simple y directo que identifica el medio sonoro descubierto por el italiano Guillermo Marconi no hay dudas: la radio es  un invento genial, muy útil  para enfrentar contingencias desde la comunidad. Ha quedado demostrado que tras los efectos de un devastador huracán o terremoto, en la fase de recuperación de estos fenómenos, el medio que mejor orienta y moviliza a las masas facilitando la evacuación de heridos y contribuyendo a salvar vidas es la radio.

Imaginemos los minutos o las horas  en medio de la desolación y la incertidumbre de las masas ante un desastre natural de gran envergadura ¿Hacia dónde ir? ¿Qué camino tomar? ¿Cómo contribuir al rescate de los familiares o vecinos heridos? Es el momento de intervenir desde el éter con la voz salvadora y orientadora de la radio.  En ese minuto sentir la compañía de un sonido de aliento y estímulo constituye un bálsamo frente a la tragedia.

Ante la circunstancias de desastre se instalan centros públicos de escuchas estacionarios y móviles. Los primeros se levantan en plazas o centros de afluencia habitual de personas como las terminales o estaciones de transporte.  Una pequeña planta eléctrica suministra  energía a los equipos de transmisión  que desde un punto fijo acometen la humanitaria labor, mientras otra dotación de reporteros, técnicos  y locutores, desde un automóvil recorren calles o lugares con acceso o cercano al lugar de los hechos conectados al centro matriz. Los líderes hablan desde esos micrófonos exponiendo las orientaciones, hasta los vecinos asumen la radio como medio democrático y participativo.

Cuba tiene una amplia experiencia de utilización de la radio ante, durante y después del paso de huracanes bajo el principio: una emisora no puede dejar de trasmitir en circunstancias excepcionales. Si el viento derrumba la torre se tiene una segunda variante, hasta una tercera o incluso la de trasmitir por teléfono sin necesidad de utilizar los estudios.

Mientras en  tiempo de desastres la TV juega un papel trascendente hacia el exterior, con informaciones e imágenes al público distante, que sirven de aliento y para reconocer la dimensión del problema, la radio trasmite hacia los dos lados, principalmente hacia adentro, la orientación precisa y el llamado a la movilización organizada de enfrentamiento a los eventos meteorológicos u otros.        

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