Recuerdos grabados sobre Orlando Castellanos

La viuda de Orlando Castellanos, uno de los más grandes radialistas cubanos de todos los tiempos, hace referencia a su esposo como quien alaba ángeles. Razones suficientes habrá dejado este hombre como profesional y compañero de vida. “Era de esas personas sinceras y alegres que de solo mirarlas te transmite confianza”.

Virgen, ¿dónde crees que radicó el éxito de Orlando Castellanos como entrevistador?

En su personalidad. Consiguió muy buenos testimonios por la empatía que lograba con sus entrevistados. Orlando se hacía amigo de ellos al conversar. Recuerdo que decía que algunos llegaban con timidez al estudio y en la medida que corría el tiempo comenzaban a desenvolverse frente al micrófono. Y eso lo demuestran los archivos. Era un hombre muy jocoso.

En el programa de entrevistas Formalmente Informal, de Orlando en Radio Habana Cuba, podemos encontrar más entrevistados hombres que mujeres. ¿Por qué?

A él le era más difícil concertar una fecha con una mujer que con un hombre porque la mayoría siempre estaban ocupadas. Cuando no era en el trabajo era en las labores hogareñas. Entre las pocas mujeres que entrevistó se encuentran las célebres escritoras cubanas Dulce María Loynaz y Dora Alonso, la pintora Flora Fong y la cineasta Belkis Vega.

¿Sus principales entrevistados siempre fueron personalidades de la cultura?

No. En el programa, al inicio, también entrevistó a gente de pueblo, lo mismo a un obrero de la construcción que a pioneros en las escuelas para hablar de Martí. Orlando comenzó a acercarse a los intelectuales algún tiempo después de fundado el programa en la década de los 70s.

¿Cómo consiguió tantas citas con destacadas personalidades de América Latina y del resto del mundo?

Principalmente, en los Premios Casa de las Américas. Lo mismo interceptaba a los laureados que a los miembros del jurado. Además, llegado un momento determinado, el programa comenzó a escucharse en varias latitudes. Orlando se encontró varias veces con parejas de esposos en disímiles países que le confesaban haberse enamorado de Formalmente Informal a través de las ondas internacionales de la emisora cubana.

De las más de cinco mil entrevistas que se calculan realizó, ¿cuál fue la que más le gustó a Orlando?

Él decía que todas. Que cada entrevistado decía algo valioso. Pero siempre hizo hincapié en la que le hizo a Ignacio Villa, Bola de Nieve antes de morir. Esa entrevista tuvo una amplia repercusión en el mundo entero. Al parecer, es la última que se le hizo a Bola. Y de la cual, tanto la empresa discográfica EGREM como el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), han utilizado fragmentos de audio de la voz del Bola para hacer productos comunicativos sobre esta figura de la música.

Orlando se consideraba un hombre de radio. ¿Cuándo llega al medio, Virgen?

Imagínate que su padre era un comerciante y cuando se percató de las habilidades de Orlando como comunicador, le compró a la edad de quince años una emisora en su natal Ciego de Ávila, la actual provincia ubicada en el centro del país, con el objetivo, además, de promocionar sus productos. Es decir, que desde entonces, ya incursionaba en la radio.

Usted me comentaba que su esposo decía que febrero era para él el mes de la suerte. ¿Por qué?

Porque en febrero, casualmente, logró muchas cosas. De hecho, en ese mes llegó a La Habana como corresponsal de Unión Radio y más tarde como jefe de programación.

Entre otros espacios, realizó los programas Domingo en la noche, de Radio Habana Cuba, y Mi grabadora, de Radio Rebelde. ¿Cómo se las ingeniaba para hacer tantas cosas a la vez y con éxito?

Él salía caminando todos los días de nuestro apartamento, que quedaba en el número 105 de la avenida 5ta, entre H y G, en el Vedado, para la emisora. Siempre con muchos ánimos. Antes, cada noche antes o durante sus tiempos en casa, leía cualquier cantidad de libros, tanto de poesía como de historia; o escuchaba mucha música. Orlando no era un hombre de ver mucha televisión. Creo que su pasión por el periodismo y su interés por la cultura le facilitaban los caminos.

¿Cuáles eran sus textos preferidos?

Leía lo mismo poesía que obras biográficas. Estas últimas eran las que más le gustaban.

¿Y qué tipo de música escuchaba? ¿Cuál era su autor predilecto?

Le gustaban, principalmente, los géneros cubanos. Decía que no tenía ni tema ni autor preferido. Aunque sí confesaba en ocasiones que la cantante francesa Edith Piaf era su novia, sobre todo, cuando escuchaba el tema La vida en rosa, interpretada tanto por ella como por Bola.

¿Cuáles eran los gustos de Orlando en la casa?

Le gustaban mucho los dulces. Aunque sabía hacer de todo, menos cocinar. El chocolate era su preferido. Decía, de manera jocosa, que para ser feliz solo necesitaba estar sentado en el sillón de la sala, de un lado con un cubo de chocolate y del otro con una botella de whisky. No le gustaba el ron.

¿Era un hombre celoso?

Para nada. Por sobre todas las cosas, era comprensivo. Me daba confianza. Me apoyaba mucho en cualquier idea o proyecto de trabajo. Gracias a él, por convencerme para enviar uno de mis cuentos a un concurso latinoamericano, gané mi primer premio con Historia real de una mujer imaginada.

Virgen, ¿qué es lo que más recuerda de Orlando?

Su sinceridad, alegría…e inmensos deseos de vivir. Cuatro días antes de morir, Alexis Rodríguez, realizador de radio que venía a la casa para hacer los programas con Orlando, ya en cama, le hizo algunas preguntas. Entre ellas estuvo que si estaba complacido con lo que había hecho en la vida. A lo que Orlando le respondió: “Yo no sé que es, pero sé que lo voy a lograr”.

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