La necesaria correspondencia entre función y objetivo

Función es la razón fundamental o esencial de cada programa radiofónico, teniendo en cuenta que la radio es un medio de comunicación masiva y por tanto busca lograr algo en la audiencia o público que recibe el mensaje; recrear, divulgar, informar, orientar, educar, culturizar.

El objetivo, por su parte es el propósito específico que se propone obtener un programa, en estrecha correspondencia con su función. Ambos indicadores  son como lo general y lo particular. Varios programas pueden tener igual función, pero el objetivo es algo muy específico de cada uno de ello, pues ni siquiera dos programas pueden tener el mismo objetivo.

Por ejemplo, en una determinada emisora existen cuatro programas de función recreativa: una discoteca, un recital, un programa de música mejicana y uno de música latinoamericana y caribeña.  En ellos el entretenimiento, la recreación es elemento común, pero sus objetivos difieren de forma notable:

La discoteca se propone como objetivo “Contribuir al entretenimiento de quienes nos sintonizan en la tarde sabatina”, el recital “Destacar interpretes que gozan de la preferencia del publico’’, el de música mejicana sería “Satisfacer la preferencia de quienes gustan de este tipo de música”  y el de música latinoamericana y caribeña  “Identificar al oyente con la música del entorno geográfico, América Latina y el Caribe” . Recalcamos. Dos programas no pueden poseer igual objetivo aun cuando la función sea la misma.

Asimismo nunca debemos iniciar la definición de un objetivo con una función: recrear, orientar, informar, etc, pues seria confundir objetivo con función.

Hemos puesto como ejemplo varios casos hipotéticos de programas musicales, pero ello también es aplicable a informativos, variados y escenificados. Es así como una revista informativa, un noticiero, un resumen informativo y una mesa redonda tienen en común la función informativa, pero con objetivos diferentes.

Igualmente puede darse el caso de 2 o más programas de variedades de una misma función, escenificados, etc, pero siempre es vital que sus objetivos sean capaces de marcar las diferencias.

También la definición del objetivo tiene que corresponderse con la función, y es así, que un  programa de función recreativa no puede plantearse como objetivo  “Ampliar los conocimientos del oyente”, pues ese propósito es representativo de la función cultural y seria lo correcto: “contribuir al entretenimiento del oyente», aunque no es incorrecto agregarle y ampliar sus conocimientos. Ello es posible debido a que en un programa pueden coexistir más de una función, pero siempre predomina una.

En el ejemplo anterior coexisten dos funciones: la recreativa y la cultural, pero predomina la primera, lo cual se ve reflejado en la redacción del objetivo, donde el elemento ligado a la recreación aparece primero y luego el cultural.

Innumerables pudieran ser los ejemplos pero siempre hay una esencia que va a permanecer invariable: En una emisora de radio es posible la existencia de programas de una misma función, pero necesariamente tienen que poseer un diferente objetivo.

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