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Calificada como “La Única”, Rita Montaner ocupa un lugar significativo en la historia de la cultura cubana y también de modo específico en la de la radio y la televisión. Ella sobresalió como pianista, actriz y cantante.
En 1922 Rita fue la primera artista que cantó en la radio cubana al participar en el acto de inauguración de la emisora PWX el 10 de octubre del año citado. Ese día cantó las canciones “Rosas y violeta” de José Mauri y “Presentimiento” de Eduardo Sánchez de Fuentes.
Fue el poeta Nicolás Guillén quién la consideró como La Única al hablar en un acto en su homenaje que le tributaba el Partido Socialista Popular a esta singular artista cubana.
En el citado acto, efectuado en La Habana, el 28 de marzo de 1942, Guillén especificó:
“No hay tan adecuado modo de llamarla, si ello se quiere hacer con justicia. De Cuba porque su arte expresa verdaderamente lo nuestro… pues sólo ella y nadie más ha hecho del solar habanero de la calle cubana, una categoría universal.”
El nacimiento de Rita Montaner se produjo en la famosa Villa de Pepe Antonio, Guanabacoa, al este de La Habana, el 20 de agosto de 1900. Su nombre oficial fue Rita Aurelia Fulceda-Montaner y Facenda.
Ya desde la etapa de su niñez evidenció su afición por la música y sus padres decidieron comprarle un piano.
Algo que influyó igualmente en su futuro desenvolvimiento artístico es que además en la zona en la cual ella residía, la calle Cruz Verde, que aún mantiene su nombre, solía escuchar con facilidad los tambores batá, el toque carabalí y la rumba de cajón que interpretaban algunos vecinos.
Cuando era una adolescente concluyó estudios de solfeo y piano. Alcanzó el premio Medalla de Oro en el conservatorio ¨Peyrellade¨. También estudió canto con Pablo Morales quien significó públicamente que Rita poseía una voz bellísima y un gran temperamento.
Inicialmente se presentó como pianista en salones de amigos y familiares y en conciertos que organizaron destacados creadores, entre ellos Jorge Anckermann, Eduardo Sánchez de Fuentes y Ernesto Lecuona, hasta que después lo hizo como cantante.
Como intérprete inauguró un estilo que luego sería calificado como afrocubano.
Debutó oficialmente en el teatro “Regina” , en 1926, al ser la artista principal del elenco que presentó la zarzuela “Niña Rita” de Ernesto Lecuona y Eliseo Grenet.
En 1927 viajó a Nueva York y después a España y Francia. Tuvo un gran éxito. Alternó con las figuras más célebres de su tiempo.
Volvió a Cuba en 1935 y en el teatro Principal de la Comedia estrenó un repertorio nuevo y difícil en el que sobresalieron obras como Oguere, Tambó, Sangre Africana y Bembé.
En Cuba Rita se presentó durante varios años en el cabaret Tropicana y como actriz en programas de radio y la televisión.
Fue la artista que en la primera mitad del siglo XX alcanzó mayor resonancia en el territorio nacional y en el extranjero.
Entre sus grandes éxitos como cantante se encuentran El Manisero, de Moisés Simons, Siboney, de Ernesto Lecuona y Ay Mamá Inés, de Eliseo Grenet.
Ella igualmente como actriz trabajó en el teatro así como películas cubanas y mexicanas.
Llegó a alcanzar por su labor artística en sentido general una gran trascendencia a nivel internacional.
Rita Montaner falleció en La Habana el 17 de abril de 1958.
En Guanabacoa, su terruño natal, la Casa de Cultura, creada en 1977, se identifica con su nombre. Ese recinto cultural tiene su sede en la edificación que en el siglo XIX funcionó desde el 16 de junio de 1861 el Liceo Artístico y Literario, institución en la que José Martí fue admitido como Socio Facultativo de la sección de Literatura en noviembre de 1878 y después como Secretario y también donde pronunció su primer discurso en el año 1879.
Es considerada como uno de los registros más auténticos en el género del son, sin embargo, su consagración artística tuvo lugar cuando protagonizó la zarzuela Cecilia Valdés, del maestro Gonzalo Roig.
Soprano cubana de una gran disciplina y consagración a su arte, a Rita Montaner se le cataloga como una de las exponentes más universales de las artistas cubanas con una huella imborrable en el teatro, la radio, el cine y la televisión.