Con apenas 15 años, la que después adoptaría el nombre artístico de Rosita Fornés, se paró frente a los micrófonos del famoso programa Corte Suprema del Arte, que transmitía la CMQ Radio, ubicada entre las calles Monte y Prado, en La Habana. La fecha: 12 de septiembre de 1938.
Con una seguridad absoluta, como quien sabía que su suerte estaba echada en aquella producción radiofónica de gran audiencia y reconocida plataforma de lanzamiento de destacados exponentes de la cultura cubana, la joven Rosita se llevó el primer lugar con la interpretación de la milonga La hija de Juan Simón, obra principal de la pieza de teatro musical homónima creada por el director de cine español Nemesio M. Sobrevila.
Sobre este acontecimiento, se cuenta que el maestro de ceremonias del programa, José Antonio Alonso, no hallaba palabras para expresar la admiración por el talento de la concursante. Y el público presente en el estudio de Monte y Prado estalló en aplausos prolongados, otorgándole el voto unánime.
A partir de ese momento, las puertas se le abrieron de par en par a la novel intérprete, que cautivó al auditorio y al jurado por su impresionante belleza física. El éxito fue espectacular, no solo en CMQ Radio -donde fue figura protagónica en varios espacios y en zarzuelas y revistas musicales-, sino también en la emisora COCO, iniciando su carrera como animadora y cantante.
La fama de la Fornés fue creciendo de manera vertiginosa, y tras consolidarse como una indiscutible estrella radial, unos meses después debuta como actriz cinematográfica en la película Una aventura peligrosa (1939), bajo la dirección del cineasta cubano Ramón Peón.
El prolífico desempeño de Rosita Fornés constituye uno de los referentes más significativos de la cultura nacional, y le cabe el orgullo a la Radio Cubana de haber sido fuente nutricia y desbordante, que vio nacer y a la vez consolidó una rutilante carrera artística, muy difícil de igualar hoy día.