Históricamente el imperio se ha caracterizado por virar al revés lo que está al derecho. Es como un mecanismo automático: si un gobierno comienza a trabajar por mejorar los índices sociales más importantes para el pueblo, como salud, educación, cultura y bienestar en general, entonces una fuerza tenebrosa se descarga de inmediato sobre tal gobierno. Los medios de comunicación, carentes de ética y vergüenza le hacen un torrente de falsedades, distorsiones y acusaciones sin ningún fundamento y, mucho menos veracidad, quedando acuñado con el visto bueno del gran depredador de pueblos que no se le someten. Entonces, por obra y gracia del cinismo y la doble moral el país agredido queda ante el mundo como fallido, canalla o cualquier otro epíteto que se les ocurra. Entonces, queda muy claro, a la vista de cualquier persona honesta, el doble rasero que utiliza el imperio. Es decir, jamás un país del llamado primer mundo lo mencionan como fallido o canalla, aunque algunos de ellos sean capaces de poner al borde del abismo al mundo. Tales calificativos están separados únicamente para los que no quieren alinearse con tanta injusticia. Y vea usted, sin embargo, cómo hay países constantemente acusados que son capaces de obtener logros en medio de un bloqueo despiadado, ilegal, injusto e inmoral como el caso de Cuba. La Isla rebelde e irredenta fue capaz de conquistar mucho mejores resultados que EE.UU. en cuanto a la pandemia de la Covid, creó vacunas de gran efectividad demostrada, y facilitadas a la población de forma gratuita. Continuemos con el sector de la salud, el mismo que recibe muy alta prioridad en el presupuesto nacional. La ciencia cubana, desde hace mucho trabaja incesantemente en fármacos de significativa utilidad. Vea algunos ejemplos: NeuroEpo para combatir enfermedades neurodegenerativas; Anticuerpo monoclonal Nimotuzumab, para el tratamiento del carcinoma …