por El Presidente dirigió durante varios meses una comisión de trabajo integrada por representantes del PCC, la UJC, las organizaciones de masas, las FAR y el MININT, así como el Estado y el Gobierno, que se encargó de la elaboración y análisis del documento, siendo enriquecido luego por un amplio proceso de consultas en todas las provincias del país.
Conocedor de ese texto, cuyas páginas examinan en detalles cómo se han implementado las acciones aprobadas desde el Congreso anterior respecto a la Política de Cuadros, el jefe de Estado enfatizó en que no se puede dar lugar a la improvisación en lo relacionado con este importante tema.
Díaz-Canel insistió en la importancia de fomentar la conciencia de lo que significa para la Revolución y el país una correcta implementación de esta política.
El mayor desafío y retos los tienen los cuadros, aseveró; y añadió que “no necesitamos que lleguen a cuadros los buenos, sino los mejores, los que tienen más cualidades revolucionarias”. 
Durante el debate crítico, enriquecedor y profundo, Díaz-Canel reflexionó varias veces acerca de los temas analizados por los delegados, entre ellos la atención y control en el desempeño de los cuadros, la disciplina y el ejercicio permanente de la ética, la oportuna selección y preparación de las reservas, así como la responsabilidad de los dirigentes en el enfrentamiento a las ilegalidades y la corrupción.
El seguimiento a los cuadros más jóvenes ofreciéndoles oportunidades para su ejercicio, la discusión sistemática y coherente para evitar que se cometan errores, y la necesidad de poner ciencia a esta medular tarea partidista fueron también otros temas sobre los cuales reflexionó el Presidente cubano.
El 8vo. Congreso del PCC ratifica que la raíz de su continuidad está en sus cuadros, en ellos descansa la alta responsabilidad de conducir los procesos de esta organización que defiende los principios de la Revolución y la unidad de su pueblo.