Ante la piedra que guarda toda la gloria del mundo (+Audio)

En el Cementerio Patrimonial Santa Ifigenia, de Santiago de Cuba, solo se escucha el silencio. Del edificio administrativo salen marchando los jóvenes soldados, muchachas y muchachos, luciendo una marcialidad impecable.

Ellos atraviesan el Altar de la Patria y el relevo de la Guardia de Honor se realiza de manera simultánea en los sitios sagrados donde reposan Fidel, Martí, Céspedes y Mariana Grajales.

Se escucha el toque de la corneta con las notas del Himno que en Santiago movilizó para el combate hace casi 65 años.

Al concluir la ceremonia, bajo el sol abrasador de la tierra santiaguera, el presidente cubano comienza rindiendo tributo al Comandante en Jefe, frente a la roca extraída de un sitio próximo a la Gran Piedra, que guarda la urna de cedro con las cenizas de Fidel.

Cada detalle en ese sitio solemne encierra un significado. Por eso, a escasos metros se lee en letras doradas el concepto de Revolución, emitido por Fidel en el año 2000, un mandato para todos los tiempos.

Luego el tributo al Héroe Nacional, al Padre de la Patria y a Mariana, Madre de todos.

Cuando termina el recorrido por Santa Ifigenia, el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez regresa caminando sobre sus propios pasos, siguiendo la huella de los héroes y mártires que nos trajeron hasta aquí.

 

 

 

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