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La salida del sol encontrará hoy a decenas de miles de cubanos en plazas y calles. Como se hizo costumbre desde el triunfo de la Revolución, el Primero de Mayo convoca a celebrar el Día Internacional de los Trabajadores con espíritu festivo y comprometido con la defensa de las conquistas logradas por la sociedad, siempre a contracorriente, siempre bajo el asedio de quienes se empeñan en asfixiarnos.
Este año la sede central de la conmemoración es la Tribuna Antimperialista José Martí de La Habana, con cerca de 200 mil pobladores de cinco municipios aledaños.
Así lo imponen las circunstancias de la economía, golpeada por una crisis intensa y tensiones que aconsejan máxima austeridad. Pero de oriente a occidente la fecha será celebrada, en amplias plazas o modestos espacios. Es Primero de Mayo. Y hay que sumar otra página a la épica de un pueblo estoico y generoso.
Es cierto que la travesía de los últimos años ha sido particularmente difícil para Cuba. Distorsiones propias, y el reforzamiento al máximo de la política del bloqueo impuesta por Estados Unidos, han acentuado los agobios de la vida cotidiana.
Pero este Primero de Mayo -Día Internacional de los Trabajadores- servirá para renovar la confianza en la Revolución y desplegar sus banderas victoriosas, con la certeza de que es posible vencer la crucial batalla de la economía, aún en las condiciones más adversas.
Porque -como sentenció José Martí- cuando se tienen los ojos fijos en lo alto, ni zarzas ni guijarros distraen al viajador en su camino.
Éste es, pues, un día de vocación unitaria y expresiones de solidaridad. Para acompañar la Revolución y aunar voluntades para hacerla más fuerte, diáfana, transformadora, frente a quienes pretendan descarrilarla.
Fuente: Radio Reloj / Canal de información contínua más antiguo del mundo
