Con más de 70 años cumplidos, Fernando González Castro, aún en activo, es una cátedra a la que siempre puede acudirse para saber de radio. Siempre joven, más de cuatro décadas en CMHW hablan de una vida entregada a un medio que es su otra casa.
Por: Dalia Reyes Perera
Director de programas, guionista, escritor consagrado con una obra prolífera. Premio Nacional de la Radio y Maestro de Radialistas, llegó muy joven desde su tierra natal, el municipio de Santo Domingo, para no irse jamás.
Hoy, a propósito del aniversario 90 de la Reina Radial del Centro y el cumpleaños 54 del Grupo Dramático de esta emisora, tiene una sección en su perfil de Facebook, que bajo el nombre “Rostros del Sonido”, trae a los internautas la trayectoria de muchos colegas, y habla de la historia, pero también del presente y del futuro de este Palacio donde anidan muchas voces.
«Hay una añoranza por lo que dejamos atrás, por los que ya no están, pero hay esperanza, porque el Dramático se ha renovado con jóvenes de la Escuela de Arte y de Teatro, y ahí está la obra de uno también, porque los hemos ayudado a formar», precisa.
Todavía recuerda a sus profesores en Santo Domingo, como Eduardo Franco y Ángela Benítez y después de su entrada a la Reina Radial del Centro, grandes personalidades como Joaquín Cuartas, Nikitín, Rolando Rodríguez Frenes, Tomás Hernández Moreno, Rogelio Castillo, y José Antonio Espino Blanco, que lo ayudaron a penetrar el mundo del sonido.
«Aquí encontré a Eduardo Cruz Domínguez, que me invitó a laborar en el medio, Frenes pensó en mí para dirigir el grupo dramático, pero definitivamente quería actuar, dirigir y escribir», aclara.
«El primer programa que escribí fue un espacio histórico sobre el Primero de Mayo, me lo devolvieron once ocasiones, insistí y la duodécima vez me lo aceptaron, y senté en la casa a toda la familia a escuchar ese programa, y la primera actuación que hice fue un policía que sólo decía “Atrás, atrás” (sonríe), desde entonces no he parado, dirijo, actúo, y todavía escribo con pasión diariamente hasta altas horas de la noche».
Fernando tiene obras claves que ha dirigido y escrito, pero recuerda muchas que fueron una escuela.
«Entre ellas, “Gente de mi barrio”, de Nikitín, que era como una caja china, en un capítulo una familia de un solar era la protagonista, y después al capítulo siguiente, esa familia era de personajes secundarios, y los que vivían en otra casa eran los protagónicos, era increíble esa manera de escribir, eso me marcó».
Después de tanto hacer, de madrugadas sin dormir haciendo guiones, o de su obsesión por enseñar, llegaron los premios y reconocimientos.
«Tuve muchas sorpresas, la de Maestro de Radialistas, y por supuesto, el Premio Nacional de la Radio, cuando me lo informaron, ¡qué impacto!, estar junto a nombres de maestros como Rogelio Castillo, Luis Orlando Pantoja, Aldo Isidrón del Valle, y el más joven, Abel Falcón, qué honor!».
Fernando hoy agradece, y en reciprocidad, enseña, que es la mejor manera de perdurar, «por eso imparto talleres, cursos de actuación, de guión, en varias provincias, a mí me enseñaron mucho, me abrieron las puertas, y disfruto dar clases, todos los días quiero seguir haciendo».
La W -asegura con muchos sentimientos- es su vida.
«Es mi casa, en vacaciones vengo aquí, saludo a la gente, es mi vida, mi hija se hizo actriz aquí, antes de ser psicóloga y Pastora de su Iglesia, mi esposa se lee todas mis obras, me sugiere títulos».
Cuando le pregunto sus augurios para la CMHW es enfático: «A la CMHW le deseo vernos dentro de 90 años más para celebrar».
Fernando González Castro, el Premio Nacional de Radio, el profesor, el Maestro de Radialistas, es, sin dudas, otro de los paradigmas del Grupo Dramático de esta CMHW.