Señora Presidenta:
La pandemia de COVID-19 ha exacerbado los graves problemas y colosales desafíos que ya enfrentaba la humanidad y develado nuevas amenazas, incluida la fragilidad de los sistemas de salud. La promoción, protección y respeto del derecho a la salud adquieren especial relevancia en este contexto.
En Cuba, la existencia de un sistema de salud gratuito, de calidad y alcance universal, garantiza el derecho a la salud de todos las cubanas y cubanos y aunque lamentamos pérdidas de vidas, ha permitido enfrentar con positivos resultados la pandemia. Hoy contamos con cuatro candidatos vacunales contra la COVID-19 en diferentes fases de ensayos clínicos, gracias al desarrollo de la ciencia cubana y el abnegado trabajo de nuestros científicos. Esperamos este año inmunizar a la totalidad de la población cubana.
Sra. Presidenta:
La pandemia ha desencadenado una grave crisis económica y social. Crecen de manera exponencial las desigualdades, el hambre y la discriminación, en un mundo ya lastrado por un orden internacional injusto y antidemocrático y por la aplicación de un neoliberalismo despiadado que impacta con fuerza mayor sobre los más vulnerables y convierte en quimeras sus derechos más elementales.
Observamos cómo las naciones más ricas de occidente intentan acaparar los medios para combatir la enfermedad. Según informó en enero la Organización Mundial de la Salud, apenas diez países habían comprado el 95% de las vacunas contra la COVID-19 producidas en el planeta.
Privilegiar intereses mezquinos por encima del bienestar general aumentará el sufrimiento y las muertes, incluso en los países industrializados. Urge la internacionalización de la cooperación. Se impone luchar por el establecimiento de un orden internacional justo, democrático y equitativo.
Sra. Presidenta:
Cuba, solidaria, compartió desde el primer momento su experiencia en el enfrentamiento a epidemias y ha enviado 56 brigadas médicas del Contingente Internacional “Henry Reeve” a 40 países y territorios.
Las calumniosas campañas políticamente motivadas contra la cooperación médica cubana, nunca tendrán eco en las naciones del mundo que siempre podrán contar con la solidaridad, el altruismo y el humanismo de los profesionales cubanos de la salud.
Sra. Presidenta:
Continuamos avanzando en la construcción de una nación independiente, soberana, socialista, democrática, próspera y sostenible, sobre la base de la probada capacidad de resistencia y la creatividad de nuestro pueblo, aun a pesar del cruel bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos, recrudecido a niveles extremos por el gobierno saliente del presidente Donald Trump. El ejemplo más reciente fue la inclusión de Cuba en la unilateral y espuria lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo.
Cuando algunos intentan tergiversar nuestra realidad y subvertir el orden constitucional, continuamos y continuaremos con paso firme perfeccionando nuestro modelo de desarrollo económico y social, y fortaleciendo el marco jurídico-institucional para la protección y promoción de todos los derechos humanos para todos, guiados por la nueva Constitución de la República.
Desde noviembre de 2019, está en vigor el Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial, para combatir y eliminar cualquier vestigio de esta manifestación. Es coordinado por una Comisión Nacional que encabeza el Presidente de la República.
También como programa de gobierno, en el mismo mes de 2020, se aprobó el Plan Nacional para el Adelanto de las Mujeres, para continuar promoviendo el avance de las cubanas, más allá de los notables logros alcanzados por el país en materia de igualdad de género.
Cuba ha dado muestras fehacientes de su firme compromiso con la promoción y protección de los derechos humanos de su pueblo y de otros pueblos del mundo. Resulta inaceptable la manipulación de esta noble causa en función de retorcidos intereses políticos. Frente a los intentos de denigrar a la nación y opacar sus indiscutibles logros en materia de derechos humanos, defenderemos nuestra verdad y jamás renunciaremos a la soberanía e independencia.
Como país miembro del Consejo de Derechos Humanos, hablaremos con voz propia, defenderemos el diálogo respetuoso y constructivo, en contraposición a los enfoques punitivos, la manipulación política y la selectividad. Trabajaremos por el fortalecimiento de la cooperación y la solidaridad internacional para una efectiva promoción y protección de todos los derechos humanos para todos.
También, seguiremos honrando nuestros compromisos de cooperación con todos los mecanismos de derechos humanos de aplicación universal.
Los pueblos del mundo demandan hechos, no palabras; reclaman soluciones, no promesas. Merecen una vida digna y un mundo mejor, que es posible. Solo podremos avanzar si anteponemos a nuestras diferencias, una respuesta global y mancomunada a los desafíos que se nos imponen.
Muchas gracias