Una escuela para profesar amor

 Ante esa obra de infinito amor, el Presidente cubano entregó a la escuela la Orden Lázaro Peña de tercer grado, «por ser un centro de vanguardia, de referencia nacional, cuyos trabajadores poseen un alto valor humano, preparación y consagración a la atención y educación de niños con discapacidades físicomotoras».

Como constancia de todo lo hermoso construido en este lugar, que lleva tres décadas enorgulleciendo a Cuba, el General de Ejército puso también en manos de su directora, María Esther La O Ochoa –la querida Teté– un álbum con fotografías de las visitas que los líderes de la Revolución realizaron a la escuela durante estos años.

De ese compromiso tremendo habló ella y recordó los años fundacionales, cuando los duros tiempos del periodo especial, que recién comenzaba,no impidieron que se acogieran en sus aulas a niños de todo el país.

En el año 2018, rememoró Teté, el General de Ejército nos visitó y se comprometió a cumplir con el sueño truncado de Fidel de construir otras instituciones similares. Hoy son una realidad la escuela Amistad Cuba−Vietnam, en Santiago de Cuba, y Marta Abreu, en Villa Clara; esta última se inaugurará de manera oficial próximamente.Ya nuestros niños, agregó la directora, no tienen que viajar tan lejos, ni estar alejados de sus familias por mucho tiempo.

Subrayó los esfuerzos que realiza la nación para mantener una escuela de excelencia como Solidaridad con Panamá, en medio de la difícil situación económica impuesta por el bloqueo de Estados Unidos. En el último año, apuntó, se ha invertido medio millón de pesos para elevar el nivel y la calidad de vida de nuestros niños. A pesar de todas las dificultades, esta escuela seguirá siendo un centro para la sonrisa y la paz, aseguró emocionada la maestra mayor.

Durante la velada, en la que se entregaron reconocimientos a sus trabajadores y pioneros, y que contó con el regalo de la actuación de La Colmenita, se rescató de la memoria el emotivo video en el que el Comandante en Jefe inauguraba la escuela, el 31 de diciembre de 1989. Entonces decía Fidel: «Estos niños necesitan una atención especial y se necesita gente con mucho amor para este trabajo…Esto habla alto de la calidad de nuestros maestros».

Tres décadas después sigue en pie la obra nacida del empeño del líder de la Revolución cubana. Eso lo volvieron a comprobar en la noche de este viernes Raúl y Díaz−Canel, asiduos visitantes de la escuela, cuando luego del acto conversaron con los niños y familiares, también con sus maestros, esos a los que el General de Ejército felicitó por «el heroico trabajo que hacen, esto no hay cómo pagarlo».

Y así, entre anécdotas, risas, abrazos, el orgullo de cuanto hace Cuba por sus niños y el compromiso de continuar cuidando lo más preciado de la Isla, culminó la celebración que mágicamente espantó la lluvia y mostró en todo su esplendor una escuela que no se cansa de profesar amor y hace de ello una lección de vida.

 

Fuente. Granma, Twitter / Editora. Carmen Torres Laffita 

 

 

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