Hace cuatro años que falleció el miércoles 30 de diciembre de 2020 el locutor Laureano Céspedes Hernández, nacido en 1928 en Camagüey, para quien la radio, y particularmente Radio Reloj, era “un medio verdaderamente auténtico”.
Había comenzado como locutor en 1948 atendiendo la programación de la Asociación de Jóvenes de la Fraternidad, perteneciente a las logias masónicas, en la emisora La Voz de Oro, de su provincia natal Camagüey; en 1951 obtuvo su título de locutor y comenzó a trabajar en Radio Camagüey hasta 1956, y en otras emisoras de radio camagüeyanas como lo era XCUR, que daba la hora a cada minuto.
Vinculado con el Movimiento 26 de julio, cuando llegó a su centro de trabajo y vio a la policía allí, lógicamente se preocupó: su célula había sido descubierta y lo estaban buscando; le avisaron y tuvo que salir rápido para no ser apresado. Logró escapar por una salida que la emisora tenía por el fondo.
En 1957 debió continuar luchando pero en la clandestinidad y tras muchos avatares, llegó a La Habana, donde afortunadamente halló trabajo en Radio Reloj, y para no ser descubierto tuvo que omitir su nombre y comenzó a identificarse por sus apellidos: Céspedes Hernández, como tradicionalmente ya se ha dado a conocer en toda Cuba, con su nombre artístico.
De tal suerte, desde 1957 y el resto de su vida laboral, fue locutor de Radio Reloj, emisora a la que distinguió con su voz (Mayán Venero: Voz que distinguió a Radio Reloj; en www.envivo.icrt.cu), y con su trayectoria de excelencia por la que mereció en 2008 el Premio Nacional de Radio, además del Micrófono de la Radio, la condición de Artista de Mérito, las Medallas Félix Elmuza de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec), la Jesús Menéndez de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y la Raúl Gómez García, del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura, así como la Medalla de los Comités de Defensa de la Revolución, y la Medalla por su participación en la huelga del 9 de abril (1958), entre otros reconocimientos.
También fue un aglutinador de las voces femeninas en tan paradigmática y respetada emisora que ya era Radio Reloj, y co-protagonizó la creación allí de un grupo de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), por lo que no es de extrañar que también fuera condecorado con la Orden 23 de agosto de la FMC.
Entre sus primeros compañeros del trabajo se mencionan Reinerio Flores, Eduardo Trista y Ramón Irigoyen; estuvo entre los protagonistas que fundaron el Sindicato de Trabajadores de la Cultura, y fue delegado en tres congresos de la CTC.
Participó como locutor en la zafra de 1970 en Camagüey, donde se ubicó una trasmisora que informaba sobre la marcha de aquella histórica zafra “de los Diez Millones”; fue inolvidable la trasmisión sobre el vuelo espacial del cosmonauta cubano General de Brigada el guantanamero Arnaldo Tamayo Méndez, Héroe de la República de Cuba, el jueves 18 de septiembre de 1980 con el cosmonauta soviético Yuri Romanenko, desde la rampa del cosmódromo puerto espacial en la estepa desértica de Baikonur en la entonces República Socialista Soviética de Kazajstán de aquella Unión Soviética, a bordo del cohete portador Soyuz para poner en órbita a la nave espacial Soyuz-38 que al día siguiente, se acoplaría a la nave orbital Saliut-6, estación espacial que operó desde septiembre de 1977 hasta julio de 1982; acontecimiento que fue narrado para todo el pueblo cubano en Radio Reloj íntegramente por un grupo de locutores entre los cuales, estaba por supuesto, Céspedes Hernández.
Era miembro de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana y del Frente Patriótico Militar, de tres Consejos Nacionales de la CTC, y del Secretariado de la Asociación de Cine, Radio y Televisión de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), que integraba.
Fue una de las 51 personalidades de la radio, que con otras 39 de la televisión y 27 nuevos Artistas de Mérito, entre otros nombres cimeros de toda la cultura cubana, en acto central el 24 de mayo del año 2019 mediante su vicepresidente entonces Danilo Sirio en el Palacio de las Convenciones en La Habana, durante la celebración del 57 aniversario del Instituto Cubano de Radio y Televisión (Icrt), recibieron la condición “Fundador del Icrt” por sus contribuciones al crecimiento de la institución, valorados como maestros de varias generaciones de profesionales.
Argumentaba la autenticidad de Radio Reloj, por su legitimidad ya tradicional de informaciones veraces, ágiles y actuales, lo que era sólidamente respaldado por la confianza que expresa el pueblo al avalar toda afirmación con que “sí es verdad, lo está diciendo Radio Reloj”; emisora que atesora décadas de la locución de Céspedes Hernández, quien la rememoraba al inicio trasmitiendo desde las 6 de la mañana hasta las 12 de la noche pero luego y hasta la actualidad, se mantendría las 24 horas del día sin interrupción, en lo que enfatizaba la magnitud de sus trasmisiones, y los profesionales que la han forjado y quienes aún posibilitan que siga aportando a sus oyentes novedosas e interesantes informaciones a cada minuto; emisora única para los locutores, por las noticias a cada minuto que repiten, y que verifica en la práctica popular cotidiana todos y cada uno de sus diferentes slogans, durante generaciones, una de las tradiciones mediáticas más sostenidas en la cultura cubana para el más genuino patrimonio cultural del país: “La emisora al servicio de la puntualidad”, “Si es noticia, la tiene Radio Reloj”, y “La emisora que marcha junto al tiempo”.
También en Radio Reloj, destacaba entre sábados y domingos La Revista Semanal que enfocaba distintas manifestaciones artísticas como música, artes plásticas y otras; y aun con sus 90 años de edad (2018) muy lúcidamente, según Venero, explicitaba su orgullo al escuchar las voces de Sonia Suárez e Isabel Fernández, entre las féminas por las que tanto abogó como profesionales de la locución y que en efecto, lograban de Radio Reloj, una emisora realmente auténtica.