#CubaRadio93: la CMQ de Monte y Prado

Los dueños de la CMKC de Santiago de Cuba,  intentaron anexarse todos los transmisores y derechos del Circuito Nacional Cubano.  Fue una etapa muy difícil en la que el oportunismo se desbordaba con tremenda fuerza y rapidez.  

Una jugada que no pudieron  consumar, aunque lograron transmitir durante varios días desde la aguerrida capital oriental.

Para enriquecer   todo el proceso que les hemos contado:

La CNC  era, también, de Fulgencio Batista y Zaldívar, quien usó para su compra a Benito Pérez Benitoa, ex compadre suyo y uno de sus allegados más confiables, aunque aparecía como dueño, el industrial  tabacalero, José L. Piedra. ¡Qué república era aquella! 

Tanto la Cadena Azul, como Cadena Roja estaban ubicadas en Prado y Cárcel, junto al Hotel Packard hasta su desastroso final.  A partir de ahí, lo que quedó de la Cadena Azul, fue a dar, como por arte de magia, a los altos del periódico El Pueblo, en Zanja y Escobar, como dos hermanitos, hijos del mismo padre.

Este lugar al triunfar la Revolución,  lo ocupó el periódico La Calle, de Luis Orlando Rodríguez.  Por supuesto, como esta emisora era también, propiedad de Fulgencio Batista (recordemos que era Radio Siboney, La voz del indio) se nacionalizó inmediatamente y se le puso por nombre Radio Periódico La Calle;  esto ocurre en el 59 ya. En esta dirección permaneció algún tiempo.

Al crearse la Escuela de Periodismo en la calle 19 de Mayo, entre Ayestarán  y Almendares, el objetivo de ésta, ya una pequeña emisora, fue el de servir a  las prácticas de los estudiantes de periodismo.

Cuando pasaron a manos del pueblo todas las emisoras del país y se produjo una racionalización de la radio en Cuba,  fue desactivada también.

CMQ.  610 ks  con 50 kwatts de potencia.

Sus transmisores y antenas, estaban ubicados en Tele Villa, al sur de la Capital.

Algunos elementos sobre esta importante  emisora,  que pudiéramos añadir, emergió potente sistema radial hasta convertirse en un poderoso emporio de la radiodifusión cubana prerrevolucionaria.

Cuántos artificios,   según se decía y se dice aún, para alcanzar la plaza lograda.  No sabemos, aunque pudiéramos imaginar. Pero lo que sí es demostrado, es  la utilización  de un sistema empresarial, organizativo y de control económico muy eficiente;  algo que, evidentemente, faltó en la Cadena Azul.

Nosotros, en la etapa revolucionaria, no supimos aprovechar esas experiencias e hicimos todo lo contrario: romper lo establecido, como si ello nos fuese a contaminar.  Algo que lamentablemente hemos pagado con creces.

Los Mestre, venidos de  Palma Soriano en la provincia oriental de esa época, demostraron pujanza e inteligencia; exigencia y modernidad, empleados en una empresa que no se dedicó solo a la radio, sino que, teniendo al Circuito CMQ como núcleo central, irradió en otras actividades del mundo de los negocios.

Fundaron la emisora Radio Reloj y compraron la CMBF,  que estaba por el cine Fausto, en Prado. También incorporaron a su negocio las plantas de la televisión: CMQ, Canal 6, CMBF, Canal  4 y el Canal  7. Estos dos últimos, cargados de programas enlatados.

Recordamos, en la época de la CMQ  de Radiocentro   ya, un comentario de riposta que le dedicaba  Gaspar Pumarejo, por la Unión Radio,  acusándolos de que sus tentáculos llegaban inclusive, a la coladera del café que mantenía en los bajos del edificio central, en M y 23. Estampa que demostraba la escasez ética de aquellos  tiempos, cuando de dinero se hablaba.

Génesis de esta  emisora: nació como una pequeña estación de radio, en 25 y 8, lugar que ocuparía luego Radio Suaritos.

La CMQ  inauguró sus nuevos estudios en Monte y Prado. Su frecuencia, entonces, era muy alta. Hablamos del año 1944.

Recordemos, también,  que el Presidente Ramón Grau San Martín, tomó posesión, precisamente en ese año. Lo acotamos, porque existen relaciones entre uno y otro elemento.

Veremos:

Grau inauguraba una etapa en la que, supuestamente, resplandecía la democracia, luego de tantos años de dictaduras, torturas y asesinatos políticos. Por ello, el dueño de la CMK, aprovechando  la apertura, pretendió despacharse a dos manos y comenzó a hablar mal de Grau; a criticarlo pública y reiteradamente.

Pero  el estrenado Presidente no quería quedarse dado y usó sus  mañas y poderes: se dijo de seguro: “se acabó este  desacato” y clausuró la emisorita, que coincidentemente, quedaba casi frente a su flamante recinto, el Palacio Presidencial. 

Los Mestre que de bobos no tenían ni un pelo, rápidamente solicitaron la sede de esa frecuencia vacía y se la otorgaron.

Pronto comenzó el lloriqueo del ex dueño de la CMK,  quien solicitaba de nuevo su frecuencia; pero tuvo que conformarse y dar gracias, con la que habían dejado los santiagueros Mestre…  y chirrín chirrán!…

Los operadores de audio de la CMK, de la Manzana de Gómez, entonces,  Manuel Villar y Pedro Yera,  cuentan que el dueño de la misma era Fausto Montiel Reiniel:  el extrovertido crítico de Grau.

De la CMQ, recordamos, entre otros programas estelarísimos, el más paradigmático en todos los tiempos y en toda la radio nacional, a la novela “El Derecho de nacer “, del autor Félix B Cagnet, en 1948, Los Tres Villalobos o Leonardo Moncada, el titán de las verdes llanuras; una pequeña  muestra solamente.

En general, de sus peripecias, andares y desarrollo impetuoso, se ha escrito bastante y no queremos repetirnos innecesariamente.  

Sigamos de nuevo la dirección de la agujita del dial:

RADIO GARCIA SERRA, 660 ks CMCU

Una emisora que tenía 5 kilowatts de potencia, su trasmisor estaba en Santa Catalina y Boyeros y los estudios en Prado. Esa emisora era propiedad de la familia García Serra.  

Esta explicación nos alimenta  la idea de que muchas de estas estaciones radiales, eran pequeñas empresas familiares que pasaban de padres a hijos. 

Más, sobre esta  historia continuaremos  el venidero lunes.

 

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