Disfrutemos Chez Bola, con su sonrisa y su canción

De visita en Ciudad de México, el 2 de octubre de 1971 falleció por infarto agudo del miocardio el pianista, compositor y cantante Ignacio Jacinto Villa Fernández, nacido en la calle Máximo Gómez de Guanabacoa, La Habana, el 11 de septiembre de 1911. Quedó en la historia con su nombre artístico: Bola de Nieve.

Hijo de Inés Fernández, ama de casa, y Domingo Villa, cocinero de una fonda, tenía 12 hermanos que vivían en difíciles condiciones económicas, pero participaban del ambiente festivo criollo de su natal villa de Guanabacoa, lo que marcó su personalidad creadora, bohemia y su alegría.

Con 8 años de edad se matriculó en el Conservatorio José Mateu y en 1923 comenzó a estudiar solfeo y teoría musical; quería ser Doctor en Pedagogía y en Filosofía y Letras, para lo que en 1927 matriculó en la Academia Normal para Maestros, pero la crisis del Machadato lo obligó a dedicarse a la música para sobrevivir.

Asumió elementos rítmicos y la manera tan particular de acompañarse al piano de los discos, de la pianista habanera María Cervantes (1885-1981) que según los especialistas, fue su mayor y verdadera influencia; hija a su vez, de la máxima cumbre del nacionalismo musical cubano, el habanero Ignacio Cervantes.

De su apodo Bola de Nieve, se dice que en una noche de espectáculo en el habanero Hotel Sevilla en 1930 o 1931, acompañando al piano a Rita Montaner en El Manisero y Siboney, fue a ella a quien se le ocurrió de pronto, llamarlo Bola de Nieve, recreando su negra cabeza rapada a navaja; para otros como el periodista Fernando Campoamor, Carlos Guerrero, el médico de su barrio, le puso el apodo que tanto molestaba a Ignacio Villa, mientras esperaba ante el teatro Carral de su barrio para sustituir al pianista de la función si faltaba, o para acompañar los filmes mudos que allí se exhibían, y los muchachos del barrio se mofaban de él llamándole Bola de Fango y Bola de Trapo, por su tendencia a la gordura y tez negra. En todos los casos, fue la Montaner quien hizo popular el apodo, cuando por primera vez se escribió en el cartel de presentación anunciando al público en México a “Rita Montaner y Bola de Nieve”.

Pero ya antes se fogueaba: a inicios de 1929 se había presentado como aficionado en un espectáculo en el Teatro Nacional de Cuba imitando al actor, compositor musical y director de cine chileno-alemán José Bohr, pero no tuvo gran éxito. Su primer contrato como profesional fue con la banda de Gilberto Valdés, que tocaba en el cabaret La Verbena, en Marianao, y una noche de presentación en 1933 en el bar Biltmore del hotel Sevilla, su música logró impresionar a Rita Montaner, quien lo contrató como acompañante y viajaron a México, donde ante las 4,000 personas que llenaban el Politeama, tuvo su primer gran éxito cuando la sustituyó improvisando Tú no sabe inglé, Bito Manué, de Eliseo Grenet y Nicolás Guillén; Rita regresó a Cuba, pero él continuó en México tocando en lugares como los teatros Principal, Lírico y Cine Máximo, donde tocó por primera vez con el pródigo Ernesto Lecuona, quien devino su asiduo espectador y le convenció de retornar a Cuba a que lo conociera su propio pueblo.

En Cuba, tocaron juntos en el teatro Principal temas de Lecuona como El cabildo de María la O y Como arrullo de palmas, continuaron una gira por Cuba y en 1936 como parte del elenco de Lecuona incluidas Esther Borja, su hermana Ernestina Lecuona y otros artistas, siguió presentándose por toda América Latina, Estados Unidos, Europa, Rusia, China, Corea, grabó con ellos y compartió escenario con grandes artistas como la española Conchita Piquer, y en Filadelfia, Estados Unidos, con Teddy Wilson, Art Dayton y Lena Horne, en Brasil con Ary Barroso y Dorival Caymmi, con la argentina Libertad Lamarque, en Cuba con su amiga Esther Borja… visitó Argentina en 1937 y actuó en LR1 Radio El Mundo, en Buenos Aires. En la ciudad de Matanzas por primera vez cantó canciones compuestas por él, como Carlota ´ta morí”; era muy exitosa su Mamá Inés, de Eliseo Grenet Sánchez.

Sentenció la ilustre compositora Olga de Blanck que él “al cantar, decía la canción a su manera, como la sentía. Impuso en el mundo entero su estilo como pianista y compositor”; “casi recitadas”, según Nicolás Guillén; a la manera de los viejos cuenteros, como oía en su niñez a su madre, de raíces africanas. En el Carnegie Hall de New York, el 21 de noviembre de 1948, fue presentado como Snow Ball, y tuvo que salir a escena en numerosas ocasiones por la ovación, calificado por la prensa como un diseur, a la manera de Maurice Chevalier. Él mismo aseguraba que hubiera querido cantar ópera, pero “tengo voz de vendedor de mangos (…), de ciruelos; entonces, me resigné con vender ciruelas en el escenario, sentado en el piano”.

De 1933 consta su primera grabación en Cuba Canta y Baila, Enciclopedia Discográfica de la Música Cubana 1925-1960, volumen 2, de Cristóbal Díaz-Ayala, y es su bolero No dejes que te olvide, editado en el disco de 78 rpm Peerles 903, y luego su canción Tú me has de querer, grabada el 12 de junio de 1940 en México para la RCA Víctor argentina, matriz BAVE-039550, y editado en el disco Víctor 83553, canción en que le acompaña Pedro Vargas. Del otoño de 1947 es su tercera grabación en esta Enciclopedia, cuando grabó al menos cuatro discos de 78 rpm para la Cía del Gramófono-Odeón en Barcelona, editados bajo el sello La Voz de su Amo, en su serie popular GY-, durante 1948 y 1949; ocho grabaciones registradas y audibles en el archivo de la Biblioteca Digital Hispánica, de la Biblioteca Nacional de España, con los números de matriz seguidos OKA-1182 a 1189, combinadas y editadas en los discos GY-736 (OKA-1186/9) con su Mi chinita se fue, bolero con refrán cantado, y de Lecuona, El dulcero, pregón rumba con refrán cantado; y GY-750, con Si me pudieras querer y Mesié Julián, quizás con otras interpretaciones.

Su primer disco fue un Long Play (LP) lanzado en 1953 bajo el sello de RCA Víctor Mexicana, con arreglos y orquestación de José Sabre Marroquín, donde interpretó composiciones suyas y de María Grever, Vicente Garrido y Adolfo Guzmán. A finales de los años 50 la firma española Montilla durante una gira a través de Europa, le propuso grabar su segundo LP, titulado Bola de Nieve con su piano, con composiciones todas de autores cubanos. Ya en los años 60, grabó en Cuba bajo los sellos EGREM y RCA Víctor Cubana; y a inicios de los años 70, en el mercado mexicano circuló el disco El inolvidable Bola de Nieve, que incluía entre otras canciones, Es tan difícil, que numerosas fuentes atribuyeron erróneamente al inglés John Lennon, pero en realidad lo compuso Bola en mayo de 1960, y once años después aparece el sencillo de Imagine de Lennon, que en algunos mercados hispanoamericanos fue traducido en la galleta como Imagínate, y en su cara B tenía el tema It´s so Hard, traducido en la galleta como Es tan difícil, causa de la confusión.

Ya fallecido, en 1980 la discográfica mexicana Discos Fotón editó los LP y casetes Bola de Nieve 1 y Bola de Nieve 2, con grabaciones originales colectadas en Cuba por el productor argentino-mexicano Modesto López; en 1994 la casa de discos catalana Discmedi lanzó un disco compacto titulado Show de Bola de Nieve, con grabaciones hechas en directo. Otra española, Nuevos Medios, lanzó una recopilación primero en vinilo (1982) y luego en CD (1990), titulada Bola de Nieve. Las grandes canciones del genial artista cubano; y en 2003 una reedición ampliada añadió La vie en rose. Estas realizaciones de Discos Fotón han sido reeditadas recientemente por Ediciones Pentagrama y añadieron dos temas que no estaban en el original, con fotos de Bola de Nieve y Oscar Castro ilustrando la portada.

En algunas ediciones en CD de las grabaciones de los Lecuona Cuban Boys aparece cantando y tocando el piano en algunas piezas. En 2021 el saxofonista Michel Herrera dirige su disco homenaje por la EGREM con ocho temas; el 10 de marzo de 2018 la cantante brasileña Fabiana Cozza presentó en el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes su trabajo discográfico Ay, amor, resultado de su obra con el pianista Pepe Cisneros, Canto Teatral para Bola de Nieve. Es una de las figuras que ya en 2012 reconocía en Bayamo el único Museo de Cera en Cuba.

En 1950 había iniciado en la cadena de radio cubana CMQ El gran show de Bola de Nieve, donde cantaba acompañado por una orquesta e invitaba a artistas cubanos y extranjeros de renombre, y en 1935 había actuado en una película: Madre querida, y luego se interpretó a sí mismo en Adiós Buenos Aires (1938), Melodías de América (1941), Embrujo (1941) y Una mujer en la calle (1955, México).

Prudente en temas políticos, mostró simpatía por la Revolución y hasta ofreció conciertos gratuitos, no sufrió persecución alguna y su homosexualidad no se hizo pública sino hasta después de su muerte. El escritor Reinaldo Arenas en su autobiografía Antes que anochezca, lo designó como “el calestero del Partido”; dado su prestigio internacional, había sido una suerte de “embajador artístico” muy atinado, sin panfletos.

En 1965 el restaurante Monseigneur en la céntrica Rampa fue reparado y se asumió como el Chez Bola, su espacio en que acostumbró intimar con su público y sus invitados; cantaba principalmente en idioma español aunque también en inglés, francés, italiano, catalán y portugués, y al preguntársele por su nacionalidad, siempre se auto-definía “latinoamericano”.

Padecía de diabetes y asma, y en enero de 1969 se le descubrió una cardiopatía arterioesclerótica. Tras un infarto en 1970, declaró: “Los trastornos que me está ocasionando la diabetes no me incapacitan para continuar martirizando al piano y a mi público”. Su última actuación fue en el teatro Amadeo Roldán el 20 de agosto de 1971, durante un homenaje a Rita Montaner, y su última aparición en televisión fue en el programa musical Álbum de Cuba, al día siguiente de haber cumplido 60 años.

Chabuca Granda, junto a amigos y admiradores, le preparaban un homenaje en Perú, y antes de partir, concedió una entrevista en Radio Habana Cuba, que sería la última. Edith Piaf decía que nadie interiorizaba como él La vie en rose, y Antonio Barbiere que era difícil hallar un mejor intérprete para su canción Monasterio Santa Chiara; son antológicas entre otras muchas, sus interpretaciones de La flor de la canela, de Chabuca Granda, y Arrivederci Roma, de Renato Rachel.

De sus composiciones decía “Yo escribo cancioncitas”, mas Drumi Mobila, Pero tú nunca comprenderás y No quiero que me olvides, y sobre todo Ay amor, y Si me pudieras querer, enriquecen sin dudas el mejor patrimonio cubano mucho más allá de nuestras fronteras.

Su voz y figura han quedado en entrevistas, cortos, documentales… Nicolás Guillén al despedir su duelo en Guanabacoa el 5 de octubre de 1971, concluía: “Triunfador será como siempre lo veremos. Bola con su piano, Bola con su frac en las grandes noches de mundana etiqueta. Bola con su sonrisa y su canción”.

Autor

  • Dr. C. Avelino Víctor Couceiro Rodríguez

    (La Habana, 1957) Licenciado en Historia del Arte (1982) y Licenciado en Historia General (1986), Técnico Medio Superior en Arqueología (1984) y Técnico Medio Superior en Museología (1985), Doctor en Ciencias sobre Arte (2001) y Máster en Antropología con Mención en Antropología Sociocultural(2001), Diplomado en Historia General Contemporánea (2006), Profesor Titular de la Universidad de La Habana (2002) e Investigador Titular (Ministerio de Cultura y Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente, 2004).